"Como seres humanos tenemos una sed insaciable de superar las fronteras del conocimiento pensando cómo hacer las cosas cada vez mejor", dice Andrés Zuluaga, gerente de Innovación de Claro Colombia.
Por: Andrés Zuluaga*
Hace más de un mes el mundo cambió dramáticamente a causa del Covid-19, el cual fue declarado pandemia mundial y se propagó de forma exponencial en Italia, España y Francia. En Colombia y la gran mayoría de países del mundo se implementaron planes de acción para controlar el virus, los ciudadanos han estado en sus casas, las compañías enviaron a sus empleados a teletrabajo, los colegios y universidades comenzaron a realizar estudios virtuales, se suspendieron los eventos deportivos, culturales y los conciertos, es decir, la industria del entretenimiento se detuvo. Incluso, cambiamos nuestra forma de saludar, una costumbre de más de 5.000 años, y que es posible que no sea utilizada en el futuro, reservándola únicamente a nuestros seres queridos.
De hecho, probablemente, el no saludar parecerá un gesto de consideración por el prójimo y de buena educación. Como vemos, se presentó un gigantesco cambio cultural y de transformación. Y como dicen, “las restricciones y las crisis fomentan la innovación”.
¿Por qué es tan importante esta idea? Recordemos. Como seres humanos tenemos una capacidad natural para usar herramientas y mejorarlas, pero ser una especie que las usa no nos hace diferentes a otras especies de la naturaleza. Estas nacieron con un propósito y empezaron a ser mejoradas hace seis millones de años. Siempre fueron monótonas por más de un millón de años, dependiendo de cómo y cuándo se usaron, y transmitidas sin variantes por veinticinco mil generaciones. Todo llegaba por instinto y no por reflexión.
Posteriormente, la mente comenzó a evolucionar de manera paralela al relato de las historias y al descubrimiento del fuego. Así ocurrió en los últimos 300 mil años con cazadores y recolectores. Pero algo sucedió hace 50 mil años, las herramientas comenzaron a cambiar muy rápido gracias a que la especie humana pensó ¿puedo hacerla mejor? Lo que inventó fue la capacidad de la creación misma.
Como ejemplo de trabajo en equipo y nuestra capacidad para usar herramientas, precisamente el pasado 14 de marzo estábamos regresando al país con un equipo de profesionales colombianos después de pasar una semana de trabajo de investigación en Sillicon Valley cuando la situación del COVID-19 empeoraba. Junto con varias personas reflexionábamos sobre las medidas de control de aeropuerto y nos surgieron ideas que se podrían implementar con los elementos existentes en cualquier aeropuerto del mundo, teniendo en cuenta el nuevo panorama al que la industria aérea se enfrentará en los próximos meses o años:
1. ¿Qué pasaría si se mide la temperatura de las personas antes de bajar del avión o durante el vuelo?
2. ¿Cómo podrían adaptar el software del control biométrico de iris BIOMIG o MI (migración automática) asignando una tarea adicional para tomar la temperatura en el mismo control?
3. ¿Qué ocurriría si la aerolínea envía el formulario virtual a los pasajeros un día antes de ingresar al país? ¿Incluso dar la posibilidad de llenar el formulario durante el vuelo?
5. ¿Se podrían aprovechar los diferentes avisos de la coronavirus incluyendo unos códigos QR que dirija al formulario? ¿Si el desembarco se hace en pista, lejos de las puertas de llegada, se podría medir la temperatura a los pasajeros de cada vuelo, identificar positivos y aislar en caso de ser necesario?
6. Instalar sobre el pasillo cámaras conectadas a la nube con sensores Iot de Claro basadas en reglas de temperatura. Para ello se podría utilizar Deep Lens, IotCore, GreenGrass, IoT Rules, Kinesis Stream Data o Kinesis Analytics para tener un dashboard en tiempo real con alertas. Ahora, para saber cuál es la persona que identifica la cámara con alerta de temperatura, un scanner prefiltro que lea el código de barras del pasaporte. De esta forma, se podría detectar en tiempo real, asociando la alerta a un pasaporte.
Como seres humanos tenemos una sed insaciable de superar las fronteras del conocimiento pensando cómo hacer las cosas cada vez mejor. Por eso, la coyuntura actual, al igual que hace 50 mil años, nos hace un llamado para reflexionar, trabajar y crear en equipo, pensar y actuar de una manera diferente, útil y efectiva. Debemos romper las barreras pensando colectivamente para sortear esta situación de la mejor forma haciendo uso de los elementos y tecnologías actuales al servicio de la humanidad. Como dice el proverbio chino “si caminas solo, iras más lejos, si caminas acompañado, llegarás más lejos”.
Estamos en un momento de grandes cambios que nos motiva a reinventarnos. Estamos seguros de que las soluciones pueden venir de cualquier persona y lugar, y que las mejores mentes están listas para contribuir a los retos que nos impone esta coyuntura. Escuchemos y tengamos en cuenta todas y cada una de las ideas que se nos pasen por la cabeza, ya sean incrementales o radicales, revolucionarias o simples, puesto que las nuevas herramientas hacen nuevas sociedades.
*El autor es gerente de innovación de Claro Colombia.
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