La historia detrás de los empresarios paisas que decidieron apostarle a hacer respiradores para todos.
En un mundo en el que, aún en medio de una pandemia, las más naciones poderosas disertan en sus medidas y formas de actuar, hay un lugar en el que cerca de 50 organizaciones del sector privado, la academia y el sector público han sumado esfuerzos en la carrera de construir ventiladores de bajo costo: Medellín.
Si se llegaran a cumplir los más trágicos de los pronósticos, de alcanzar 200.000 contagios de COVID-19, en Colombia podría haber un déficit de 10.000 ventiladores, por lo que, lo que está pasando con la más avanzada de las nueve propuestas similares en el territorio nacional, no es menos que un acto de heroísmo.
“Vamos muy bien, ya entregamos la información adicional que solicitó el Invima sobre las pruebas preclínicas. Con el aval del Invima, pasaremos a pruebas en seres humanos y a producción de los ventiladores”, dijo a Forbes el director de Ruta N Juan Andrés Vásquez, quien es el encargado de articular la misión.
Para llegar ahí, al ver venir una emergencia imprevista que sacudía todas las esferas del planeta, el ecosistema de innovación antioqueño hizo lo suyo: unir a la universidad, a la empresa y al Estado para idear desde cero ventiladores mecánicos que puedan asistir a pacientes en condición crítica causada por el COVID-19.
Fue así como nació InnspiraMED, la iniciativa, que más que para Medellín, está trabajando día y noche para la humanidad, porque desde el principio fue pensada como open source (o código abierto), con patentes libres para que cualquier persona pueda replicarla desde cualquier lugar.
Que la rueda pueda andar depende de un ejercicio estructurado en frentes interdisciplinarios, colaborativos y de participación. Por un lado, están los tres equipos multidisciplinarios de investigación y desarrollo, trabajando, cada uno, en un prototipo de ventilador mecánico. Son ellos: Equipo Universidad de Antioquia, Equipo Industrias Médicas Sampedro y Equipo Escuela de Ingeniería de Antioquia.
Por el otro, están quienes trabajan en la parte administrativa, la cadena de suministro, los asuntos regulatorios, las comunicaciones y en el financiamiento.
Descargue la revista de Forbes de mayo
Son muchos lo que se han metido la mano al bolsillo para aportar a la causa: el más visible, Postobón que está aportando $9.000 millones para el proceso, pero también hay cofinanciadores como Brinsa, la Fundación de Colombia y miles de personas que lo hacen por medio de la iniciativa de crowdfunding Innova por la Vida.
Haceb y Auteco Mobility, son las empresas encargadas de la producción. “Ya entrenaron a su gente y adecuaron las plantas. La producción iniciará luego de las pruebas en humanos y contar con los permisos necesarios. Estamos trabajando contra el tiempo para apoyar a la red hospitalaria y poder así salvar vidas, pero debemos garantizar que los dispositivos cumplan con toda la regulación y las especificaciones de seguridad para los pacientes”, explicó Vásquez, quien, a su vez, con mucha esperanza, expresó que si todo esto se cumple al pie de la letra, los primeros respiradores podrían estar a finales de mayo.
Una vez pasadas todas las pruebas, los respiradores no se quedan en Medellín, se irán a los hospitales “donde realmente los requieran para la atención de pacientes críticos con COVID-19”.
De acuerdo con los líderes de la iniciativa, estos son aparatos sencillos, prácticos y desarrollados correctamente para que cumplan una función específica: garantizar la respiración de una persona en situación crítica. El ventilador mecánico presuriza el sistema respiratorio, abriendo los alvéolos, facilitando la respiración y salvando así la vida de los pacientes.
Con todo esto, InnspiraMED aspira a producir cerca de 1.500 ventiladores mecánicos, pero el ánimo, la motivación y si se encuentra más financiación, permitirían hacer muchos más.
Vásquez aclaró a Forbes que la iniciativa está en permanente diálogo con el Invima para estar alineados con los protocolos de ley, la regulación del país y los permisos necesarios. “La evaluación ética la realiza el Comité de Ética de la Fundación San Vicente de Paúl”, añade.
Los tres prototipos de ventiladores mecánicos, que hacen parte de la iniciativa InnspiraMED ya surtieron las primeras fases estipuladas en el cronograma como la aprobación de los prototipos y sus pruebas en ambientes simulados y ambientes reales, utilizando simuladores de tecnología de punta y un estudio de seguridad con animales.
Al momento de la publicación de esta historia, se estaba avanzando en la autorización del Invima para hacer las pruebas clínicas y confirmar que sea confiable en pacientes. Cuando los ventiladores estén producidos se distribuirán de acuerdo con el criterio del comité de asignación conformado por la gerencia de la iniciativa InnspiraMED, Ruta N, miembros del equipo médico y del Gobierno