Forbes revela un estudio que hizo la firma Raddar para el Programa de Alianzas para la Reconciliación de Usaid y Acdi/Voca sobre la población venezolana en el país.

Un completo estudio que hizo la firma Raddar para el Programa de Alianzas para la Reconciliación de Usaid y Acdi/ Voca entrega una amplia radiografía sobre el papel que tiene la migración venezolana para Colombia en especial en esta coyuntura, la cual recomienda hacer una inclusión positiva de esta población, que con corte a julio de este año era superior a 1,7 millones de migrantes en el país.

En la investigación que analizó más de una decena de variables -qué están haciendo los venezolanos en Colombia, sus ingresos, en qué se están ocupando y sus expectativas-, se concluye que de no hacer la integración de dicha población se “desaprovecharía el ingreso de mano de obra a sectores en donde es insuficiente, al mismo tiempo no se sacaría provecho del aumento en el consumo agregado, del potencial de emprendimiento de los migrantes y del aumento en la tributación”.

Otro de los puntos que dejó ver el estudio es que el costo fiscal de los migrantes estaría entre 0,19 % y el 0,26 % del PIB. “La no integración de la población venezolana afectaría el gasto del Gobierno en la medida en que se reducen sus aportes a los ingresos de la nación y aumentan los costos de atención. Bajo un contexto de crisis sanitaria estos costos de la no integración se intensifican”, señala Raddar.

Vea el panel sobre migración

Camilo Herrera, fundador de Raddar; Lucas Gómez, gerente de Fronteras; Elisa Zogbi, directora de integración de venezolanos de Usaid, y Rubén Anzures, gerente de Nuevos Negocios de Tpaga

A largo plazo, reseña la investigación, se desacelera el proceso de envejecimiento de la población prolongando así el bono demográfico. Como ya se mencionó, existe evidencia de que un gran porcentaje de migrantes se inclina al emprendimiento. Esto último puede ser beneficiosa para impulsar el mercado laboral en los venezolanos e incluso en población colombiana.

Raddar confirmó, además, el impulso que ha traído la comunidad venezolana al consumo. Entre enero y junio de este año, el gasto de hogares, sin contar los migrantes venezolanos, ascendió a 414.2 billones de pesos, mientras que, si se le suma lo que han gastado estos extranjeros en ese periodo, esta cifra llega a los 430.8 billones.

Se espera también que a largo plazo los migrantes del vecino país pasen de las compras frecuentes a aumentar los gastos en bienes durables y servicios especializados, según el estudio. La investigación de Raddar, además, hace una caracterización de la población migrante, con lo que se dan pistas sobre los desafíos que se tienen para la inclusión de esta comunidad. Hay dos tendencias claras sobre por qué llegan a Colombia. El 39 % señala que busca una estabilidad laboral para su hogar y el 38 % dice que atravesó la frontera para reunificar a la familia en territorio colombiano. En lo que tiene que ver con las oportunidades laborales, estas son precarias para dicha población.

Para el 2019, casi la mitad (el 46 %) de los migrantes que trabajan en Colombia están ubicados en el sector de comercio, restaurantes, hoteles y en general de servicios, donde el 54 % de las personas reciben ganancias por debajo al salario mínimo.

Llama la atención que, precisamente, estos rubros han sido los más afectados por la pandemia. En comparación con el 2014, los venezolanos han incrementado su participación en la construcción y la han disminuido en actividades inmobiliarias, transporte y comunicaciones. En el análisis, la precariedad para el venezolano que trabaja es evidente.

Ocho de cada 10 contratos son verbales y los ingresos promedios para el extranjero están muy por debajo en comparación al colombiano. Por ejemplo, en el sector primario, el colombiano recibe 1’460.927 pesos y el venezolano, 879.099. Además, el 38,3 % trabaja más de 50 horas a la semana, en comparación con el 20,8 % de los colombianos.

Este fenómeno se amplía a las mujeres migrantes, quienes tienen más probabilidades de tener ingresos menores de 500.000 pesos al mes, por lo que se ven en la necesidad de ubicar varias actividades para subsistir.

Claves para superar los obstáculos

El estudio hace recomendaciones para hacerle frente a las dificultades que tienen los venezolanos en el país. Se recomienda generar alianzas entre los sectores económicos con el fin de convalidar las capacidades técnicas de la población migrante a través de institutos como el Sena.

Así mismo, incorporar al sector privado en la ejecución de programas sociales para la integración de los migrantes. Se debería evaluar la posibilidad de que el empleador subsidie la convalidación de títulos a la hora de contratar un migrante venezolano. Esto permitirá que el empleador se asegure de la capacidad del empleado.

Para la empleabilidad se recomienda que, una vez realizado el trámite para el PEP, el último paso sea el registro a las plataformas del servicio de empleo. Además, se recomienda al sistema financiero estandarizar condiciones para facilitarles la inclusión bancaria.