Con el péndulo político moviéndose hacia el centro y el deterioro de la imagen presidencial, Esteban Tamayo ve más difícil la aprobación de las reformas en el Congreso, aunque la suerte de cada una varía.

Aunque Gustavo Petro aún está lejos de ser un ‘lame duck’, como denominan en la jerga de los politólogos al presidente cuyo poder se ve disminuido por la escogencia de su sucesor, las elecciones de alcaldes y gobernadores sí demostraron un movimiento de los votantes hacia el centro y el centro derecha. 

A ello hay que sumar el desgaste de la imagen del actual gobierno, lo cual se refleja en encuestas de favorabilidad como la de Invamer, según la cual su nivel de aprobación apenas marca un 26% mientras que el 76% de los colombianos tienen la sensación de que las cosas van empeorando.

Sin una coalición de gobierno y sin respaldo popular,  ¿cuáles son las posibilidades de que el gobierno saque adelante las reformas de la salud, laboral y pensional, que, aunque cuestionadas por expertos y gremios, constituyen el corazón de la agenda de Petro, en la próxima legislatura del Congreso?

Esteban Tamayo, economista principal del Citi para Colombia, Perú y Centroamérica, plantea que la sumatoria de un ejecutivo más débil, cada vez más impopular y el comienzo del segundo año del gobierno harán más difícil la aprobación de las reformas en el Congreso, aunque la suerte de cada una varía.

“En  2024, ya entramos al segundo año del gobierno y estos son los momentos en los que el Congreso comienza a pensar en las próximas elecciones, lo cual hace mucho más difícil pasar reformas en general”, dice el experto en cuyo escenario base la reforma a la salud no pasa y si lo hace existe una alta probabilidad de que sea demandada y de que la Corte Constitucional la tumbe por vicios de forma.

En cuanto a la laboral, Tamayo cree que en 2024 tendrá menos posibilidades de ser aprobada, teniendo en cuenta que el Partido Liberal se ha declarado independiente y que en el Verde hay una creciente inconformidad con el gobierno, lo cual limitará la capacidad de negociación del ejecutivo.

Tamayo considera que la reforma pensional sí tiene grandes posibilidades de ser aprobada, dado que el régimen de ahorro individual (caracterizado por las AFP) no tiene una imagen muy positiva entre los colombianos, en un claro contraste con las EPS.

“Ahora su impacto no debe ser tan fuerte como lo hubiera sido el proyecto original, ya que se ha diluido y no hay un impacto inmediato sobre el mercado de capitales, ya que el fondo de ahorro será publico pero puede invertir en deuda pública, le da un apoyo al mercado de TES y esto hace que el impacto de corto plazo sea relativamente limitado”, dice Tamayo. 

Sin embargo, plantea que la reforma -que llevaría casi el 90% de las cotizaciones a Colpensiones- si tendrá impactos macroeconómicos en el mediano y largo plazo, por lo cual en unos 5 años o más se discutiría una nueva reforma pensional.

Sobre el impacto de las reformas en las decisiones de los inversionistas, Tamayo sostiene que la prima de riesgo políticio de los activos colombianos ya ha disminuido a mínimos, lo cual se refleja en el precio del dólar y la tasas de los TES. 

“A finales de 2022 la tasa de cambio llegó a casi $5.200 y un año después está en niveles de $4.000; los bonos locales que tuvieron tasas de interés del 15% y ahora oscilan entre 10% y 11%. El ajuste de 400 puntos básicos es porque en parte se ha disminuido el riesgo político”, dice el economista principal del Citi, entidad que prevé crecimientos del 1,2% y 1,5% para este y el próximo año.

“Crecimientos de ese orden son bajos para Colombia, que en los últimos 25 años solo tuvo una recesión en 1999 y 2020”, dice el economista que explica que detras de la desaceleración está el impacto de la política monetaria restrictiva del Banco de la República y el desplome de la inversión privada.

En cuanto a la inflación, el economista es optimista y prevé un cierre de 2024 en niveles de 4,4%, lo cual podría facilitar nuevas reducciones en la tasa del Emisor, que acaba de dar un primer paso en ese sentido, aunque ello también dependerá de si el banco central de Estados Unidos (la FED) se mueve en esa misma dirección. 

“Si la FED no baja tasas, el Banrep tendrá que bajarlas más despacio o pausar su reducción en la mitad del camino”, dice el economista del Citi que no ve viable ni necesaria una revisión de la regla fiscal, ya que el gobierno incluso ha tenido problemas para ejecutar el Presupuesto General.

“Posiblemente veremos incluso mejores cifras fiscales de lo que planea el gobierno, no nos sorprendería un déficit de 3,8% en vez del 4,1% que el Ministerio de Hacienda proyecta para 2024”, sostiene. En cuanto al tipo de cambio, Citi proyecta $4.032 para 2024 y $3.987 para 2025.