Lina Bernal, una de las Mujeres Poderosas Forbes 2025, es referente en sostenibilidad, innovación y liderazgo femenino. Con más de 15 años en Schneider Electric, hoy es la directora de Power Systems para el Clúster Andino Norte. Desde su rol como ingeniera y líder regional, abre camino para más mujeres en carreras STEM y en la industria energética del futuro.
El ecosistema energético de América Latina necesita liderazgos que puedan navegar entre las oportunidades tecnológicas y las exigencias urgentes de sostenibilidad. Uno de esos casos es el de Lina Bernal quien, con visión, profundidad y propósito, ha construido una carrera de más de 15 años en un sector desafiante como este.
Desde febrero de 2025, Lina Bernal lidera Power Systems en el Clúster Andino Norte de Schneider Electric, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo en Sudamérica. Reconocida como una de las Mujeres Poderosas Forbes 2025, su historia es un ejemplo de innovación con propósito, liderazgo empático y compromiso con la sostenibilidad.
Su historia comenzó cuando decidió estudiar Ingeniería Electrónica en la Universidad Católica de Colombia. Ya desde entonces desafiaba normas implícitas, las que asumían que la tecnología era cosa de hombres, o que el liderazgo era cuestión de autoridad. Hoy, con más de 15 años en Schneider Electric, un MBA Ejecutivo de INALDE Business School y una especialización en Automatización de Procesos Industriales de la Universidad de los Andes, Lina no solo es una de las voces más influyentes del sector, sino un referente para una generación que entiende que la innovación sin propósito no transforma, y que el liderazgo sin empatía no inspira.
De la técnica al liderazgo con propósito
Su recorrido profesional no ha sido lineal, sino de evolución constante. Ingresó a Schneider Electric en 2009, y desde entonces ha ocupado distintos cargos de responsabilidad, pasando por áreas técnicas, comerciales y estratégicas. Esa trayectoria diversa es parte fundamental de su estilo de liderazgo. “He vivido en carne propia muchos de los retos que enfrenta hoy mi equipo. Eso me permite ponerme en sus zapatos, entender los desafíos y liderar con empatía y desde el ejemplo”, explica.
Su visión del liderazgo ha cambiado con el tiempo. Al comienzo, como muchos en entornos corporativos tradicionales, pensaba que liderar era decir qué hacer. Hoy sabe que se trata de servir. “Un líder es quien da herramientas, quien ayuda a desarrollar a otros, quien apoya y potencia el talento que tiene alrededor. Servir es una herramienta poderosa que he aprendido en este camino”.
Ese enfoque humano se potencia al alinearse con los valores de Schneider Electric como inclusión, sostenibilidad, acción y compromiso con la transformación real. Pero también con sus propios valores personales, que giran en torno a la coherencia y el propósito.
La industria energética y tecnológica ha sido tradicionalmente un terreno dominado por hombres. Lina no solo ha navegado ese entorno, lo ha transformado. Hoy lidera un cargo que, en Sudamérica, nunca antes había ocupado una mujer. “En los primeros años era común escuchar frases como ‘quiero hablar con el ingeniero’, y responder ‘yo soy la ingeniera’. También enfrenté el síndrome del impostor, esa sensación de que no es suficiente, que te falta algo para estar ahí”, cuenta.
STEM, diversidad y el poder de los referentes
Con los años, aprendió a reconocer su preparación, su experiencia y su capacidad. “He aprendido a creerme mi propia historia. Y desde ahí, a ayudar a otras mujeres a creer en la suya”.
Por eso, más allá de sus logros técnicos, Lina es una promotora activa del talento femenino en carreras STEM. Participa en espacios de mentoría, da charlas, impulsa políticas internas en Schneider Electric y, sobre todo, se asegura de que el camino esté más despejado para las que vienen. Para ella no se trata solo de abrir puertas, sino de dejarlas abiertas para que muchas más puedan entrar.
En Colombia, cerca del 35% de quienes estudian carreras STEM son mujeres. En ingeniería, el porcentaje baja al 25%, y en sectores como la automatización industrial, las cifras son aún más bajas. Lina no cree en cuotas simbólicas, sino en la creación de condiciones reales para el acceso, el crecimiento y el reconocimiento del talento femenino.
“Yo creo en el mérito. Pero también sé que muchas mujeres tienen el mérito, el talento y la preparación. Lo que les falta es que alguien las vea, las escuche o las impulse. Y para eso, el liderazgo femenino tiene que ser visible, inspirador y activo”, afirma.
Desde su rol, ha sido parte de las políticas de Schneider para aumentar la participación femenina en cargos de liderazgo. Hoy, en muchos comités directivos de la compañía en la región, hay incluso más mujeres que hombres, y enfatiza que eso no se logra con discursos, se logra construyendo desde la base, con semilleros de talento, con acompañamiento y con decisión real desde todos los niveles.
Transición energética, de la urgencia al compromiso
Desde su posición como Directora de Power Systems, Lina lidera una de las áreas más críticas de la transición energética en la región. Su foco está en ayudar a que las industrias modernicen sus sistemas eléctricos, adopten tecnologías limpias, digitalicen sus procesos y se preparen para un futuro donde el consumo energético crecerá, pero los recursos serán más limitados.
“Estamos avanzando, pero necesitamos más velocidad y más compromiso. No es solo una decisión técnica, es una decisión estratégica desde la sostenibilidad. Uno de los temas que me apasiona es la eliminación del uso de gases como el SF6 —altamente contaminantes— en equipos de media y alta tensión. España ya ha trazado una hoja de ruta clara para eliminarlo en 2026. En nuestra región aún falta, pero tenemos que liderar desde la empresa privada ese cambio, mostrar que sí se puede innovar, operar de forma eficiente y proteger el planeta al mismo tiempo”.
Para Lina, no se trata de cumplir regulaciones, sino de liderar el cambio, ya que cada decisión energética que toman las empresas, organizaciones y entes de Gobierno hoy está construyendo o destruyendo el futuro y eso no puede esperar.
Uno de los sectores que más rápido crece, y que más atención requiere, es el de los centros de datos. La explosión de la inteligencia artificial, el almacenamiento en la nube y la economía digital está disparando la demanda de energía.
“La carga energética de la IA en data centers era del 8% hace dos años. Se proyecta que sea del 20% en menos de tres. Y además, esa carga ya no solo estará en grandes centros, sino cerca del usuario. Esto exige nuevas infraestructuras, sostenibles y descentralizadas, con baja latencia y alta eficiencia”.
En ese contexto, Lina y su equipo impulsan soluciones que permitan construir esos “micro data centers” sin replicar los errores del pasado. Tecnologías de enfriamiento líquido, sensores inteligentes, automatización y monitoreo continuo son parte de esa estrategia, para ella el reto no es solo escalar, sino hacerlo sin comprometer el planeta.
Dejar una huella que trascienda
Después de más de una década liderando en un sector desafiante, Lina Bernal tiene claro lo que quiere transmitir a las nuevas generaciones, especialmente a mujeres y niñas que sueñan con transformar el mundo desde las ciencias, la tecnología y la ingeniería, primero, todo parte del propósito.
“Uno debe tener claro por qué quiere hacerlo. Apuntar a un rol de liderazgo tiene que estar alineado con un deseo de trascender, no con el ego. Entre más influencia se tiene, más humildad y servicio se necesita”, afirma con convicción.
Para Lina, liderar no es un objetivo final, es una consecuencia de comprometerse con un camino coherente y profundo. Por eso también insiste en algo que, en tiempos de inmediatez, puede parecer contracorriente, no forzar los procesos.
“Hoy todo lo queremos rápido, pero yo soy muy creyente de aprender en cada etapa. Cada rol, cada proceso, te da herramientas que más adelante vas a necesitar. Hay que darse el tiempo no solo para aprender, sino para entregar lo mejor en cada posición. Se trata de dejar una huella. En el mundo, en las personas, en el trabajo. Cada paso puede ser una oportunidad para construir”.
Para Lina, transformar el mundo no es una consigna idealista, es una responsabilidad real que empieza con decisiones personales. Decisiones que, paso a paso, construyen un liderazgo coherente, generoso y profundamente humano.