Una serie coordinada de ataques con explosivos, ráfagas de fusil y coches bomba sacudió el martes el suroeste de Colombia, dejando al menos ocho muertos y más de 40 heridos en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca. La jornada, calificada como una de las más violentas desde los acuerdos de paz de 2016, […]

Una serie coordinada de ataques con explosivos, ráfagas de fusil y coches bomba sacudió el martes el suroeste de Colombia, dejando al menos ocho muertos y más de 40 heridos en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca.

La jornada, calificada como una de las más violentas desde los acuerdos de paz de 2016, ha avivado la tensión política en el país y recordó los peores años del conflicto armado.

Cali, la tercera mayor ciudad de Colombia, amaneció este miércoles con el comercio cerrado y ley seca ordenados por la Alcaldía, que además reforzó la presencia policial en las calles tras los ataques terroristas de la víspera cuando las explosiones de tres motocicletas bomba dejaron dos personas muertas y 42 heridas.

La Alcaldía decretó el cierre de establecimientos de comercio desde las nueve de la noche del martes hasta las seis de la mañana de hoy, además de la ley seca que estará vigente hasta las cero horas de este jueves.

El alcalde de Cali, Alejandro Eder, anunció la llegada de 100 policías adicionales a reforzar la seguridad de la ciudad.

1. Asedio armado en Cauca y Valle del Cauca

Las autoridades registraron un total de 19 ataques, entre hostigamientos armados y explosiones, que afectaron múltiples municipios en estos dos departamentos estratégicos para el narcotráfico y otros negocios ilícitos. El Ministerio de Defensa los calificó como “una reacción desesperada de los grupos armados ilegales ante las operaciones contundentes de la fuerza pública, que han golpeado sus estructuras y economías ilícitas”.

En el Valle del Cauca se reportaron siete atentados, entre ellos tres explosiones en Cali —en los sectores de Meléndez, Los Mangos y el caserío de Guachinte, en Jamundí— que dejaron cinco personas muertas. Las bombas fueron instaladas en motocicletas y barreras de señalización vial.

En Cauca, se confirmaron doce ataques, incluyendo un autobús bomba en el peaje de Villa Rica que cobró la vida de un policía, y el asesinato de otro uniformado por un francotirador en Caloto. Además, se registraron explosiones en Corinto y El Bordo que inicialmente se reportaron sin víctimas, pero luego se confirmó la muerte de una mujer de 32 años. Hubo daños a edificaciones públicas, viviendas y estaciones de policía.

2. Emergencia hospitalaria y alerta naranja

La Fundación Valle del Lili, clínica caleña que recibió a 21 heridos, ocho de ellos en estado crítico, informó que su servicio de urgencias opera con una sobreocupación del 300 %. La Secretaría de Salud del Valle del Cauca declaró alerta naranja hospitalaria y activó bancos de sangre, transporte especial de pacientes y toda la red pública y privada de atención médica.

3. Disidencias detrás de los atentados

La autoría de los ataques fue atribuida al Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC, liderado por alias ‘Iván Mordisco’, considerado el criminal más buscado de Colombia. Nacido como Néstor Gregorio Vera Fernández, ‘Mordisco’ encabeza una facción que nunca se acogió al acuerdo de paz de 2016. Tiene 50 años y lleva más de dos décadas en armas. El gobierno ofrece cerca de un millón de dólares por información que permita su captura.

4. Un nuevo golpe en medio de tensión política

La violencia del martes ocurre apenas tres días después del atentado contra el senador y aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay, quien fue tiroteado en Bogotá mientras participaba en un acto de campaña. El ataque, perpetrado por un menor de edad, dejó al político en estado crítico y reavivó los temores de violencia política en un país que vivió asesinatos de candidatos presidenciales en los años 90.

En este contexto, el presidente Gustavo Petro tiene previsto visitar Cali este miércoles para participar en una movilización sindical que respalda su propuesta de convocar por decreto una consulta popular con la que busca aprobar su reforma laboral, rechazada por el Senado. La oposición ha tachado esta maniobra de “ilegal”.

5. La peor crisis de seguridad desde la firma de paz

La ola de atentados revive el fantasma de décadas de conflicto y evidencia el deterioro de la seguridad en varias regiones del país, particularmente en el suroeste, donde confluyen intereses de narcotráfico y control territorial. A pesar del compromiso del gobierno Petro con una “paz total”, Human Rights Watch ha alertado sobre un aumento del 20 % en homicidios y del 35 % en secuestros desde 2016. La ONU estima que entre enero y abril de este año más de 950.000 personas han sido afectadas por el conflicto, cuadruplicando la cifra del mismo periodo en 2024.

*Con información de EFE.