La instancia legislativa considera estos certámenes como “violencia simbólica” ya que exhiben a las mujeres bajo estereotipos con el fin de enaltecer su cuerpo como objeto.
La barranquillera cuenta a Forbes cómo ha fundado un emporio de más de US$65 millones basado en productos naturales que han conquistado los tocadores de Hollywood y ya recorren 48 países.