En las periferias del país se concentran los más bajos indicadores sociales y económicos.
Cartagena de Indias, capital del departamento de Bolívar. Foto: ProColombia.
El hecho de que los departamentos del norte de Colombia tengan en su conjunto índices de pobreza monetaria y tasas de desempleo por encima del promedio nacional, así como un crecimiento económico y PIB per cápita por debajo, juntó a varios sectores y líderes del país a pensar en el foro Casa Grande Caribe y el tercer encuentro Ciudad Caribe, que tuvo lugar en Barranquilla.
En el Índice Departamental de Competitividad de 2018, el promedio de la región Caribe es 4,4 en una calificación de 1 a 10, que a nivel nacional es de 4,8. Entre los 32 departamentos, solo Atlántico está en los 10 mejores, ubicándose en el puesto 8. Le sigue Bolívar (11), Magdalena (17) y Cesar (20).
Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) reiteró su preocupación por las condiciones energéticas de los departamentos de la zona, donde habita el 22% de la población nacional. A la vez destacó las condiciones logísticas de las que se pueden desprender de la ventaja portuaria.
Aunque las vulnerabilidades de Electricaribe llevan varios años azotando a estos territorios, Mac Master sostuvo que los 143.960km2 –extensión superior a la de la mayoría de lo países centroamericanos y europeos– poseen la capacidad energética “más potente” del país que se irá consolidando, a la medida que proyectos, como las subastas de energías renovables, se ubiquen en departamentos con ventaja solar y eólica.
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En el Caribe colombiano se origina el 19,2% de la electricidad, gas y agua del total nacional. También el 24,2% de las minas y canteras, el 13,5% de la industria manufacturera, el 17,5% de la construcción y el 14% del sector agropecuario, según cifras del Dane. En el PIB nacional, la participación es 15,2%.
Imelda Restrepo, vicepresidente de Desarrollo Económico y Competitividad de la Andi, resaltó que las ventajas de localización de puertos que tiene esta región no se ha capitalizado, que cada departamento debería especializarse en lo que es bueno y pensar no en competir con otros departamentos, sino con otros países para lograr un polo atractivo de inversión.
Restrepo contó con preocupación que mientras que el país tiene una tasa de informalidad de 47% por tamaño de empresa, las ciudades de la región Caribe aparecen entre el 55% y 70%. Desde su perspectiva, la reducción de esa tasa permitiría tener una región productiva, aumentaría el recaudo de impuestos y eliminaría la “competencia desleal”.
En ese sentido, hizo un llamado para trabajar en la informalidad empresarial, informalidad laboral e informalidad de producto, con el Conpes de formalización, aumentando castigos al informal y manteniendo el régimen simple de la Ley de Financiamiento.
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El rector de la Universidad del Norte y excodirector del Banco de la República, Adolfo Meisel, se enfocó en la situación de la educación regional e hizo una revelación producto de la investigación académica: en las periferias del país, en el sur y el norte, están los peores puntajes de las Pruebas Saber 11 del 2018, mientras que en el centro se concentran los más altos.
Este economista ha determinado en sus estudios de economía regional que en la zona central andina de Colombia están los departamentos más avanzados y en la periferia los más bajos indicadores sociales y económicos.
La cantante Adriana Lucía comentó en una de las sesiones, moderada por José Caparroso de Forbes, que la población costeña debería estar “más inconforme”, ser autocrítica y criticó a los dirigentes que están desconectados de la realidad de los ciudadanos al no escuchar sus necesidades.
Por su parte, el economista Roberto Angulo aseguró que el Caribe colombiano no ha logrado capitalizar su cohesión cultural e idiosincrasia en riqueza, pobreza y desarrollo.
Meisel mencionó que no se puede construir infraestructura de lujo mientras que hay gente que no tiene agua. “Eso es inaceptable”.
El presidente de Reficar Amaury De La Espriella, manifestó que el sector privado no puede trabajar aislado del sector público, sino que al contrario son corresponsables para que las empresas sobrevivan en lugares donde haya sistemas públicos eficientes y condiciones atractivas para atraer talento, lo cual deriva desde su concepto, “desde la institucionalidad”.
De otro lado, Juan Diego Mejía, presidente de Esenttia, indicó que la pobreza es “un enemigo tremendo” para competir con el mundo. “Tratamos de optimizar nuestras industrias, pero eso no tiene futuro porque cuando el 45% de las personas a nuestro alrededor está en situación de pobreza, eso no funciona, tenemos que trabajar en destruirlo”.