El gobierno Duque está pasando sus peores horas. Los paros nacionales, que viven una nueva jornada este miércoles, lo han acorralado. Expertos llaman a llegar a acuerdos con los sectores.
“Nosotros convocamos a una manifestación de 24 horas y todo se desbordó”. Jorge Roberto Gómez, líder sindical de trabajadores, resume así lo que pasó el 21 de noviembre pasado, cuando al menos un millón de personas salieron a las calles del país a protestar en el paro nacional.
“El problema no es si hay o no un proyecto de reforma laboral o pensional. El tema de fondo es de carácter político y económico: hay una deuda social acumulada”, agregó Gómez en un foro sobre pensiones de Fedesarrollo en Bogotá.
El 21N fue un día histórico. Más allá de la gran participación pacífica, los vándalos llevaron a que se declarara un toque de queda general que no se había visto en Bogotá desde finales de los años 70, amenizado con un cacerolazo nacional nunca escuchado; varios centenares de heridos, tanto civiles como de la Fuerza Pública, y el luto por la muerte del joven Dilan Cruz, de 18 años, en pleno centro de Bogotá, tras recibir el impacto con un objeto lanzado por un policía antidisturbios.
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Después se han vivido días tensos en el país, lo que obligó al presidente Iván Duque a llamar en una alocución presidencial a “conversar para fortalecer el diálogo social”. Al parecer ese es el único camino que le quedaba al mandatario.
“La salida del Gobierno es negociar y cumplir con lo que se va a acordar. Se llamó a una mesa multisectorial, con presión en la calle, algo que no se había visto”, explica Catalina Jiménez, docente e investigadora de la Facultad de Gobierno de la Universidad Externado.
A pesar de que el Gobierno Duque ha desmentido de todas las formas que esté planeando unas reformas pensional y laboral y que, incluso, apoya una ley para que los jóvenes devenguen menos de un salario mínimo mensual con el fin de promover el empleo, y hasta creó un espacio televisivo para contar los logros de su Gobierno, Conéctate con Duque, no logró apaciguar los ánimos y hoy se encuentra sentado con los diversos sectores, entre ellos los promotores del paro, para buscar acuerdos con el fin de salir de la crisis.

Coctel explosivo:
En medio de toda la tensión que existe, en lo que hay coincidencia es que no hay una sola razón para la protesta, sino un coctel de justificaciones que llevaron a una explosión de indignación, comparable, pero con hondas diferencias, a lo sucedido primero en Ecuador y después en Chile este año.
“Tiene que ver con varios elementos estructurales: el nivel de polarización que mantienen los políticos y sus partidos; hay una sensación de crisis, de zozobra económica, de inseguridad, de no poder tener la calidad de vida acorde al esfuerzo que se hace, y la no implementación de los acuerdos de paz”, dice Jiménez.
De igual manera, sin duda al gobierno de Iván Duque, elegido con el 54 % de la votación en julio del año pasado, no le ha sido fácil tramitar sus proyectos de ley, debido a que su partido, el Centro Democrático, no tiene mayorías en el Congreso. Además, le han golpeado hechos como el bombardeo a un campamento de disidencias de las Farc en febrero de este año en el que murieron al menos ocho menores de edad.
A esto se suma el protagonismo que han tenido los estudiantes universitarios, quienes han organizado solo este año al menos 15 grandes marchas en el país. Reclaman, desde más recursos para la educación superior hasta mayor acceso a puestos de trabajo (el 18 % de los jóvenes están desempleados y entre ellos, el 23 % son mujeres).
Los retos de Duque
Al unísono, el grueso de los gremios ha estado en el bando del rechazo a la violencia en las protestas, del apoyo a Duque y han llamado a que se llegue a un diálogo pronto con las partes para llegar a acuerdos. “El año pasado llegamos a un acuerdo con el aumento del salario mínimo para los colombianos, el más alto de los últimos 15 años. Este año damos la bienvenida al diálogo y a las conversaciones para construir un país”, dijo Jorge Bedoya, presidente del Consejo Gremial.
Por la misma línea, Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, le manifestó a Forbes Colombia que “hay una insatisfacción social clara y hay que atenderla, además de canalizar las propuestas para que lleguen al Congreso”, y Bruce Mac Master, presidente del gremio de los industriales, manifestó en un comunicado que acompaña el diálogo, debido a que “hay mucho trabajo para superar las grandes necesidades del país”.
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Precisamente, las necesidades de un país como Colombia son muchas.
Colombia se mueve entre los primeros puestos de los países más desiguales del mundo, según el Banco Mundial. En el 2018, el porcentaje de personas en situación de pobreza multidimensional fue del 19,6 %, según el Dane.
Un estudio de la Organización para la Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) en 20 países, conocido en el 2018, determinó que una familia de bajos recursos en Colombia debe esperar 11 generaciones para salir de la pobreza, cuando en el primer mundo, como Dinamarca, solo se tardaría dos.
“Desde el año 2015, Colombia viene teniendo un deterioro estructural y para mí tiene una razón: la altísima desaceleración de la economía colombiana en los últimos años. Esto tiene un impacto en la generación de empleo”
José Manuel Restrepo, ministro de industria y comercio.
Otra de las paradojas que vive el país es que en el tercer trimestre del 2019, Colombia tuvo un crecimiento del PIB del 3,3 %, por encima de sus países vecinos, pero el empleo no avanza a la misma velocidad y se ubica en dos dígitos, por encima del 10 % de desocupados.
Entonces, cómo explicarle al ciudadano que la economía crece, pero no la creación de empleos. ¿No debería ir esto de la mano?
José Manuel Restrepo, ministro de Industria y Comercio, le dijo en entrevista a Forbes Colombia, horas antes del paro nacional del 21 de noviembre, que el crecimiento que ha tenido el país “es muy destacable” y muy por encima de lo que se preveía el Fondo Monetario Internacional (FMI) para América Latina.
No obstante, el ministro Restrepo señaló que uno de los factores por los que no repunta es que hay una herencia de bajos crecimientos de la economía desde el 2015.
“Desde el año 2015, Colombia viene teniendo un deterioro estructural y para mí tiene una razón: la altísima desaceleración de la economía colombiana en los últimos años. Esto tiene un impacto en la generación de empleo. Y ese impacto muchas veces no es inmediato. Entonces, estamos recogiendo esos años en los que Colombia creció 1,4 % en el 2016”, explicó Restrepo.
Para él, hay otros puntos sobre la mesa, como “el impacto en el choque migratorio porque presiona la creación de más empleo y, eventualmente, puede haber la algo de la reconversión tecnológica”.
En criterio de Restrepo el único camino es seguir creciendo, teniendo en cuenta que algunos gremios han dicho que el país debe estar por encima del 4 % para generar empleo. Además, de fortalecer las zonas económicas especiales sociales e iniciativas como el centro para la cuarta revolución industrial, y reactivar el sector de la construcción, un empleador por excelencia.

El diálogo social
Al día siguiente del paro nacional, el presidente Duque llamó a “conversar” sobre el diálogo social. El martes 26 de noviembre, de hecho, se reunió con los promotores del paro, quienes le manifestaron los 13 puntos en los que se deben cimentar los acuerdos de estas mesas, que pueden estar andando hasta el primer trimestre del 2020.
Entre ellos están que haya el compromiso de que no habrá reformas pensional y tributaria, más recursos para la educación y que se derogue el decreto que da vida a un holding financiero en el que se quiere agrupar las empresas del sector estatal.
Pero al salir de la reunión, las dos partes tomaron diversas decisiones: por un lado, los que promueven las marchas anunciaron al día siguiente un nuevo paro nacional, mientras que el presidente Duque señaló que incluirá en la nueva reforma tributaria que se presentará al Congreso tres temas: tres días sin IVA, la reducción de aportes de pensionados con un salario mínimo al sistema de salud y la devolución del IVA a familias vulnerables.
Ya las tres medidas han generado inquietudes en el mercado. La misma Dian ya habla de que se dejará de recaudar 2,8 billones de pesos, y el eliminar por tres días el IVA se generaría cambios drásticos en el consumo de los hogares. Sobre la devolución del impuesto a familias necesitadas, mejoraría la capacidad de gasto, pero su costo fiscal está calculado entre 1,7 billones y 2,2 billones de pesos.
Mientras el gobierno Duque busca negociar y llegar a acuerdos, lo que queda claro es que las protestas se han desarrollado sin estigmatización, como sucedía antes de la firma del acuerdo de paz, dice Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac).
El experto señala que sobre las salidas que tiene el Ejecutivo, además de que llegó la hora de sentarse a concertar también está la de cambiar un estilo de liderazgo. “Que abandone el radicalismo de su partido, incluso que esto se refleje en un cambio del gabinete ministerial. También, debe dejar a un lado una agenda de reformas, tema que, obvio, traerá sus costos”, señaló Restrepo.