El economista Javier Arroyo, cofundador de la plataforma Smartick, reflexiona en Forbes sobre los resultados de Colombia en las pruebas Pisa.
Por: Javier Arroyo*
Como cada 3 años, desde el pasado 2006, nos llega un nuevo informe Pisa. De nuevo, Colombia no sale bien parado, especialmente en matemáticas el avance es nulo.
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El problema de Colombia no se soluciona con pactos de Gobierno sino con un gran pacto político de Estado por la Educación que se vertebre en torno a los siguientes aspectos:
- Cambiar el currículo escolar para promover el desarrollo de la competencia matemática y no las destrezas y habilidades. Seguimos enfatizando excesivamente los procedimientos y los algoritmos, y demasiado poco la competencia matemática, el razonamiento, y la resolución de problemas. Es decir, tenemos que enseñar a los niños a comprender los fundamentos y conceptos y no a resolver mecánicamente los ejercicios. También en Colombia el currículo de matemáticas está muy sobrecargado de contenidos, y que este exceso imposibilita una profundización en los mismos.
- Ayudar a los docentes mejorando su preparación y capacitación para que dominen la materia. Sabemos que los maestros tienen carencias en su conocimiento matemático relativo a contenidos de últimos cursos de educación primaria (tres años antes de pasar por Pisa), como las fracciones, proporciones y porcentajes y lagunas importantes en su conocimiento didáctico de las matemáticas. Para enseñar matemáticas no basta con saber matemáticas, sino que es fundamental también tener un conocimiento didáctico sobre cómo enseñar matemáticas. Estas diferencias son aún más notables entre la escuela pública y la privada.
- Usar la mejor tecnología para personalizar el aprendizaje. Pisa señala lo poco que en Colombia se hace uso de la mejor tecnología para poder completar la labor de los docentes. Es imposible que un profesor pueda mandar deberes personalizados acorde al nivel de cada alumno, pero métodos personalizados sí permiten que los contenidos se adapten al ritmo y capacidad de cada niño, ofreciéndole los contenidos que precisa reforzar y recentando a cada niño exactamente lo que necesita para que pueda sacar su máxima capacidad y al ritmo que le resulte cómodo y avance sin frustraciones. Cada curso con notas bajas o malas en matemáticas demuestra que un porcentaje significativo de la clase ha dejado de enterarse de lo que ocurre en el tablero, lo que conlleva a un camino seguro al estancamiento o retraso escolar.
La mejora de la competencia matemática en un país, y de los resultados en Pisa, llegarán como resultado de la mejora de los procesos de educación matemática en el día a día en el salón. Tengo gran confianza en iniciativas que han surgido en los últimos años para la mejora de la educación matemática.
Entre ellas, destacan desarrollos curriculares como el Método Singapur centrado en matemáticas importantes. También propuestas innovadoras que han sabido implicar al profesorado, como el Método ABN, cambiando la enseñanza del cálculo y enfatizando el uso de materiales manipulativos.
Y sin olvidarme de alternativas que llegan de la mano de la tecnología y la inteligencia artificial, como el método online Smartick, que trata de aplicar resultados de investigación (como la práctica intercalada), a través de la incorporación de materiales manipulativos virtuales y tutoriales interactivos adaptados al nivel de cada niño.
Si bien los resultados de Pisa conforman hoy la parte visible del iceberg del problema de la educación matemática en Colombia, la responsabilidad llama a todos los agentes educativos y políticos a implicarse en la consideración de la problemática en toda su profundidad.
*El autor escofundador de Smartick, plataforma online para el aprendizaje de las matemáticas para niños de 4 a 14 años. Graduado en Harvard Business School, Economista y MBA por la École de Commerce Solvay. Ha dado unas cuantas vueltas por el mundo y de niño ha experimentado, incluso disfrutado, en primera persona de sistemas educativos en cuatro países diferentes: Alemania, EEUU, Bélgica y España.