Tras megaobra, la estructura construida entre Barranquilla y Santa Marta, es el puente más ancho de América Latina.

El mayor ‘aguinaldo’ del Caribe colombiano será la apertura, que el mismo presidente Iván Duque hará del nuevo Puente Pumarejo, la mega obra de infraestructura entre Barranquilla y Santa Marta que tuvo una inversión de casi $800.000 millones.

Nada más es ver a un lado el viejo puente Laureano Gómez inaugurado en 1974 por el presidente Misal Pastrana para testificar la inmensidad de la nueva estructura que lo reemplazará para evidenciar que se trata de un salto y un hito para la infraestructura colombiana.

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Una de las razones para la construcción del nuevo puente, 30 metros más elevado que el anterior, es que este permitiera el paso de embarcaciones de mayor tamaño. Sin embargo, por ahora eso no sucederá porque no hay recursos para la demolición.

Según la ministra de Transporte Ángela Orozco, el Gobierno anterior del presidente Juan Manuel Santos no contempló recursos para la demolición porque “no se previó que iba a ocurrir con la estructura vieja”. De hecho, la funcionaria resalta que cuando entró el nuevo Gobierno hacían falta $140.000 millones para poder culminar la obra, que consiguieron con el respaldo del Congreso.

Por el momento están evaluando propuestas para eliminar la parte central del puente y así convertir los extremos en miradores turísticos.

Si bien este será un avance para la navegación, para el presidente del Puerto de Barranquilla, René Puche, realmente tampoco está solucionado el asunto de la profundidad que permita recuperar la navegabilidad del río Magdalena.

Paradójicamente otro inconveniente que han alertado desde distintos sectores es el de la movilidad, porque aunque este puente es el más ancho de América Latina, al pasar de dos a seis carriles se producirá un cuello de botella en la vía, por la que transitan diariamente cerca de 8.000 vehículos.

El saliente alcalde de Barranquilla Alejandro Char le pidió al Gobierno Nacional que para concretar la majestuosidad del nuevo puente se de continuidad a la doble calzada Ciénaga-Barranquilla, para que además, esta deje de ser una de las vías más peligrosas del país.

“Realmente pasarán muchos años para que tengamos doble calzada en la vía a Barranquilla-Ciénaga, que inexplicablemente pasó a ser una concesión departamental. Tendrán que pasar muchos años para que puedan pasar por debajo los grandes buques que anuncian y hoy encallarían por el bajo calado”, dijo a Forbes una fuente conocedora del asunto.

En cuanto al proceso de construcción, es notoria la puerta giratoria de Carlos Rosado Zuñiga, quien era director de Invías cuando el proyecto comenzaba, luego gerenció la zona norte de la Cámara Colombiana de Infraestructura y ahora dirige los asuntos públicos de Sacyr, la firma constructora.

A Sacyr la sancionaron con multas en curso de más de $5.000 millones por retrasos en la obra. En el proceso, poco antes de firmar el contrato en enero 2015 el Ministerio de Transporte ajustó la regulación y las exigencias en materia de sismorresistencia para las obras a ejecutar en el país.

Sin embargo, al llegar el Gobierno Duque se hizo la mencionada adición presupuestal de $140.000 millones para que pudieran terminarlo.

El consorcio se enfrentó a problemas relacionados con la compra de predios, con cambios en diseños iniciales, a demoras de gestión de las licencias ambientales y de gestión de permisos con las autoridades locales.

Entre tanto, Invías y la interventoría señalaron a Sacyr de no haber dispuesto el material humano y técnico suficiente para cumplir con los cronogramas previstos en el contrato.

Un puente imponente

Con una extensión de 3,2 kilómetros de extensión, los colombianos están al frente de una imponente obra más alta que el Golden Gate de San Francisco, el de Brooklyn en Nueva York y que la estatua de la Libertad.

Para la construcción de la obra de Invías, ejecutada por la compañía española Sacyr, se necesitaron más de 33.000 toneladas de acero y se emplearon 176.574 metro cúbicos.

El nuevo puente Pumarejo cuenta con una doble calzada de tres carriles cada una, ciclorruta y andenes para peatones.

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“Es una de las obras estructurales más importantes que se han hecho en el país. Estamos hablando desde el puente, quizá el más emblemático de nuestra costa Caribe, que ahora tiene un nuevo destino, un nuevo futuro, una nueva innovación. Es un puente de casi 45 metros de altura, el segundo puente más ancho del mundo, el más ancho del hemisferio y, además, representa también una oportunidad de competitividad”, dijo el presidente Iván Duque en el cierre definitivo del tablero de la obra.