Los Duques de Sussex anunciaron la creación de una fundación y especificaron que su residencia estará entre Inglaterra y Estados Unidos.

Un año y medio después de su mediática boda en el castillo de Windsor (Inglaterra), los duques de Sussex, Harry y Meghan, decidieron dar un paso atrás en sus funciones como representantes de la monarquía británica.

La pareja informó este miércoles que tienen intención de alejarse de sus obligaciones oficiales como miembros “senior” de la monarquía y “trabajar para ser financieramente independientes”. Además, repartirían su tiempo entre el Reino Unido y Estados Unidos, de donde es Markle.

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En el texto, divulgado por ambos a través de su cuenta de Instagram, los duques aseguraron que continuarán cumpliendo con sus “obligaciones” pero ya no pasarán todo su tiempo en las islas británicas.

“Ese equilibrio geográfico nos permitirá educar a nuestro hijo de forma que aprecie la tradición real en la que ha nacido y proveer, al mismo tiempo, a nuestra familia del espacio que necesita para centrarse en su próximo capítulo”, señala el comunicado.

Harry, de 35 años, y Meghan, de 38, también informaron que tienen previsto consolidar una “nueva entidad de caridad”, sobre la cual darán más detalles en el futuro.

El hecho se da luego de las recurrentes polémicas sobre su relación con el resto de miembros de la familia real y la presión por parte de los medios de comunicación han marcado hasta ahora la relación del hijo menor de Carlos de Inglaterra, padre el pequeño Archie, de ocho meses.

Los problemas del matrimonio para lidiar con la presión mediática se habían puesto en evidencia semanas antes de Navidad, cuando se emitió un documental sobre el tema en el canal británico ITV.

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“No me obligarán a jugar al juego que mató a mi madre”, decía en ese programa el príncipe, hijo de Diana de Gales, fallecida en agosto de 1997 en París en un accidente de automóvil cuando le perseguían varios “paparazzi”.

La intervención de Harry no le sentó bien a su hermano mayor, Guillermo, que, según revelaron fuentes del palacio de Buckingham, estaba “furioso” tras ver la emisión, lo que avivó las especulaciones sobre las fricciones entre ambos.