Justin Kintz lamenta que este sea el primer país del continente en cerrar las puertas a la plataforma.
Tras el anuncio de Uber, que saldrá del mercado colombiano luego de que la Superintendencia de Industria y Comercio le ordenara la suspensión inmediata de su servicio, el vicepresidente de Política Pública y Comunicaciones de la compañía, Justin Kintz, señaló que “Colombia se quedo a tras como el último en América Latina en regular los servicios de Uber”.
El directivo recordó que, a pesar de ser el primer destino de la empresa en América del Sur, al ingresar a Colombia hace seis años, este es el primer país del continente en cerrar las puertas a la plataforma.
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“Esta falta de progreso se mantuvo en múltiples gobiernos y he visto de primera mano la intensidad de las presiones políticas que los líderes que representan intereses especiales, que no quieren que estemos con nuestro negocio allí”, sostuvo Kitz en LinkedIn, reiterando Uber debe cerrar pronto sus servicios “en esta nación vibrante y prometedora como resultado de esas presiones anticompetitivas y me da mucha tristeza”.
Ciudades como Bogotá y Medellín, son para Kintz “eléctricas con promesa, innovación y esperanza”, pero la suspensión, a su parecer, está “increíblemente fuera de contacto con ese espíritu”.
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Para el directivo, la plataforma ha servido a Colombia como una alternativa a las necesidades de movilidad insuficiente, creando decenas de miles de oportunidades de trabajo, proporcionando a los viajeros un transporte conveniente y asequible, prometiendo “un futuro de soluciones interconectadas para el tránsito, la movilidad eléctrica la micro movilidad y los viajes compartidos”.
“Las mujeres dudaban de salir en la noche en taxi”
Mike Shoemaker, un director global de operaciones de Uber que antes fue gerente regional en Colombia y en la región, recordó que meses antes del lanzamiento de Uber en Colombia siete hombres fueron extraditados a los Estados Unidos por asesinar a un agente de la DEA fuera servicio que habían recogido en un club nocturno en un taxi pirata.
Para esa época, cuenta Shoemaker, todos los que conocía en Bogotá eran cercanos a alguien que había vivido un “paseo millonario igualmente aterrador”, solo que el caso del oficial de la DEA terminó de la manera “más trágica y visible”.
Según el ejecutivo, la mayoría de los colombianos temían usar el servicio de taxi fuera de ciertas horas, lugares o cuando no podían reservar uno a través de una llamada, algo que describe como “imposible” de hacer en condiciones climáticas adversas, horas pico y temporadas como diciembre.
“Las mujeres dudaban de salir en la noche en un taxi o necesitaban un acompañante masculino para volver a casa. La capacidad de moverse con libertad y seguridad que muchas sociedades dan por sentado en gran medida estaba limitada por el riesgo real o percibido de peligro personal”, dijo Shoemaker.
Parte de los esfuerzos pioneros de Uber en el país y su perseverancia, a pesar de “un sinfín de desafíos legales y políticos”, son para Shoemaker motivo de la existencia de un ecosistema de transporte “diverso, dinámico y competitivo que permite a las personas moverse con relativas facilidad y tranquilidad”.
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“La innovación tecnológica y del modelo de negocio han hecho que la movilidad sea mejor y más segura en el país, Colombia necesita más innovación, no regresión”, concreta Shoemaker.
Uber dice tener más de 88.000 conductores y 2 millones de usuarios en territorio colombiano, que han derivado, según cifras de la compañía, en más de 70.000 millones de pesos en impuestos al Estado por cuenta del IVA por prestar servicios desde el exterior.
Desde que Uber anunció su salida de Colombia, en Twitter se mantuvo por más de 14 horas la tendencia #UnaSoluciónParaUberYa.