Goldman Sachs dijo en octubre pasado que el abandono de la salida a bolsa de WeWork y la posterior amortización le habían costado al banco US$80 millones.

Lo más importante: cuando se le preguntó sobre WeWork durante un panel del Foro Económico Mundial en Davos el martes, el director ejecutivo de Goldman Sachs defendió el trabajo del banco en la fallida salida a bolsa de la empresa de coworking, al tiempo que reconoció que las valoraciones para las nuevas empresas tecnológicas se han vuelto altísimas y necesitan llegar a estar más arraigado en la realidad.

  • La oferta pública inicial abandonada de WeWork fue un “gran ejemplo” del funcionamiento de la preparación a hacerse pública, incluso si “no fuera tan bonito como a todos les gustaría”, dijo el CEO David Solomon. “Había cosas que estaban bien, había cosas que estaban mal”.
  • “Los bancos no estaban valorando”, dijo Solomon, quien insistió en que “el proceso realmente funcionó en torno a WeWork”, ya que la debida diligencia y la retroalimentación de los posibles inversores de OPI fueron lo que eventualmente “sirvió de base”.

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  • Goldman Sachs fue uno de los principales bancos en la OPV preparada con WeWork el año pasado, antes de que la puesta en marcha de la oficina de coworking se viera obligada a cancelar su tan esperada oferta pública en medio de crecientes preocupaciones sobre su falta de rentabilidad, valoración altísima y gobierno corporativo irregular.
  • Solomon también habló sobre la clara división entre las valoraciones de las empresas privadas y públicas, que atribuyó a las bajas tasas de interés: el hecho de que el dinero “básicamente haya sido gratuito” ha llevado a los inversores a sobrevalorar las proyecciones de crecimiento de una empresa y no centrarse lo suficiente en sus ganancias subyacentes, argumentó.
  • El CEO de Goldman dijo que a diferencia de las compañías públicas, las compañías privadas “no tienen el mismo estándar en cuanto a la producción de información … y eso es un problema”.

Frase crucial: “Creo que hemos visto un pequeño reequilibrio en el que la necesidad de pensar realmente en un camino hacia la rentabilidad se está enfocando más claramente de lo que podría haber sido hace 18 meses”, dijo Solomon en Davos.

La cifra: Goldman Sachs dijo en octubre pasado que el abandono de la salida a bolsa de WeWork y la posterior amortización le habían costado al banco US$80 millones.

Antecedentes clave: aunque 2019 prometió ser un gran año para las OPI, los inversores de Wall Street perdieron la confianza ya que las acciones de nuevas empresas de alto perfil como Uber y Lyft se hundieron en los meses posteriores a su debut en el mercado público.

WeWork canceló su OPI por completo debido al rechazo de los inversores contra su alta valoración, lo que provocó que la nueva oficina de coworking perdiera más de US$40.000 millones en papel. Al enfrentar enormes pérdidas que lo pusieron al borde del colapso financiero, WeWork finalmente fue rescatado por su mayor accionista, el conglomerado japonés SoftBank, que proporcionó una línea de vida de US$10.000 millones. Bajo un nuevo liderazgo, WeWork ha pasado los últimos meses reduciendo su negocio en un intento por reducir costos y renovar su negocio en dificultades.