La expansión del virus pone a prueba al sistema político chino.

El coronavirus hasta ahora ha cobrado más de 3.000 vidas en su mayoría en China. La expansión del virus es de tal magnitud en China que en 13 ciudades de la provincia industrial de Hubei, sus 41 millones de habitantes están aislados en cuarentena de salud pública hace casi un mes.

Desde que se conocieron las primeras noticias sobre el coronavirus, las bolsas de valores empezaron a temblar en todo el mundo. Se evidenciaron los riesgos de las cadenas de suministro globalmente integradas y altamente interdependientes de la China. Hyundai tuvo que suspender producción en Corea del Sur por falta de autopartes provenientes de la China. La evidente disminución en el consumo doméstico tiene un efecto domino en una amplia gama de sectores que van desde el comercio hasta el turismo, educación y transporte.

Como lo reporta Reuters, según el Instituto Nacional de Finanzas y Desarrollo – think tank del gobierno chino -, el brote de coronavirus podría reducir la tasa de crecimiento económico anual de China hasta en 1% en 2020. Por su parte S&P Global Rating estima una contracción del PIB entre 0.1-0.2% en el Reino Unido y en la eurozona. Según reporte de The Guardian, Alemania será la más afectada, por una demanda más débil de China, especialmente en la producción de computadores, equipos eléctricos, maquinaria y automóviles.

Según The Economist Intelligence Unit, los efectos negativos de la crisis del coronavirus en Latinoamérica se manifestarán mayoritariamente a través de la menor demanda de materias primas – principalmente petróleo y cobre-, situación alarmante en la medida en que China es el mayor consumidor de petróleo del mundo.

En enero de 2020 el precio del petróleo cayó en un 15%. Esta situación afecta especialmente a Colombia en dónde el petróleo representa el 40% de sus exportaciones. Chile y Perú por su parte, también se han visto afectados por la reciente caída de 10% en el precio del cobre. En Chile, el cobre representa el 48% de los ingresos por exportaciones, mientras que en Perú ascienden a un 30%. Según Bloomberg, Brasil podría ser uno los mayores potenciales perdedores por el impacto del coronavirus en el mundo (después de Hong Kong y Corea del Sur). Se resalta el hecho de que China es el mayor comprador de soja, mineral de hierro, carne y aceite brasileños.

Es claro que hay grandes diferencias entre los niveles de exposición de estos países al mercado chino. Mientras que para Chile el 33% de sus exportaciones se destina a China, en Perú y Brasil dicho mercado representa el 25%, mientras que para México únicamente es el 2%. Por otro lado, las relaciones transpacíficas son mucho más que comercio. Desde 2005, China ha concedido préstamos en Latinoamérica por más de 140.000 millones de dólares, y las inversiones extranjeras en los países de la zona han crecido exponencialmente.

Sin embargo, lo realmente impredecible de la crisis del coronavirus es su efecto desestabilizador en el sistema político de la China. El modelo estado-capitalista con un sistema político unipartidista comunista muestra varias grietas. Las protestas políticas en Hong Kong, los escándalos de corrupción, los altos niveles de contaminación, los sobrepoblados centros urbanos, las fallas en el sector salud (evidente en la crisis del coronavirus) son algunos de los problemas sin resolver. Una desaceleración económica, con una posible crisis en el sector financiero y un creciente desempleo pueden llevar al borde de abismo el sistema político-económico actual del nuevo imperio chino.

Ildikó Szegedy-Maszák, PhD
Investigadora y profesora de Derecho Económico Internacional de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá.