La CUT hizo un llamado para que los colombianos se sumen a la protesta con cacerolazos desde sus hogares cada dos horas.
Reuters.- Los promotores del paro nacional anunciaron este fin de semana que la huelga convocada para el 25 de marzo se mantendrá pero no se harán movilizaciones en las calles, debido a las restricciones impuestas por el Gobierno Nacional para detener la propagación del coronavirus en el país.
El llamado por parte de los sindicatos y organizaciones estudiantiles es a realizar cacerolazos desde sus viviendas y no salir a las calles. “El paro del 25 de marzo va. Pero estamos invitando a los colombianos a que no salgan de sus casas, que no haya transporte. Vamos a hacer cacerolazos desde las casas cada dos horas, desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche”, explicó el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Diógenes Orjuela.
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“Vamos a izar las banderas de Colombia con cintas negras condenando los asesinatos y la violencia. El paro de 24 horas va con nuevas modalidades, no vamos a romper con los protocolos porque la vida es fundamental”, señaló el dirigente refiriéndose a la declaratoria de emergencia sanitaria que hizo el Gobierno para evitar la propagación del Covid-19.
El Gobierno Nacional prohibió desde el jueves los actos públicos y las concentraciones superiores a 500 personas ante la expansión del coronavirus a nivel mundial. Las autoridades sanitarias de Colombia han reportado hasta el momento 34 casos de la enfermedad en el país.
Los acercamientos entre el Gobierno y los organizadores de las protestas en búsqueda de un acuerdo que permita desactivar las manifestaciones no han prosperado.
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Los líderes de las protestas presentaron inicialmente 13 demandas con un amplio abanico de temas económicos y sociales, así como acciones para frenar los asesinatos de activistas sociales, presionar la implementación del acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las Farc y exigir la disolución del escuadrón antidisturbios de la policía al que acusan de excesos.
Pero a mediados de diciembre ampliaron sus demandas a 104 puntos, que “hablan de lo divino y lo humano” e involucran temas económicos, fiscales, de comercio y ambientales imposibles de cumplir porque muchas son inconstitucionales, según el Gobierno.
Las manifestaciones del año pasado, en gran medida pacíficas, terminaron con algunos disturbios en los primeros días, con saqueos a comercios y ataques de encapuchados contra estaciones de transporte público y autobuses, que llevaron al Gobierno a decretar toque de queda en las ciudades de Bogotá y de Cali.