Para los expertos, las primeras medidas que buscan limitar la pérdida de empleos y ayudar a quienes ya los perdieron, se quedan cortas
Una de las preocupaciones de los gobiernos en el mundo, y Colombia no es la excepción, es mantener un nivel de ingreso mínimo entre sus habitantes trabajadores, de modo que cuando las cuarentenas terminen estos todavía tengan cierta capacidad de consumo, que evite mayores pérdidas en el sector productivo y por lo tanto una gran alza del desempleo.
En el país, las medidas adoptadas van desde la protección al cesante y la posibilidad de retiros parciales de cesantías hasta un ‘Ingreso Solidario’ para tres millones de trabajadores informales, que también deben quedarse en casa durante la cuarentena y sin más ingresos que el nuevo subsidio.
Sin embargo, para los expertos estas medidas resultan insuficientes. Para Jaime Tenjo, experto laboral, el Gobierno puede intentar algunas medidas adicionales como acoger la propuesta de subsidiar al menos una parte de las nóminas. Pero en la informalidad, “que es enorme en este país, no creo que haya una solución y en ese caso ya toca es ver si se puede hacer un sistema de subsidios directos no para que no queden desempleados sino por lo menos para que puedan sobrevivir”.
De ahí la importancia de medidas como el Ingreso Solidario anunciado por el Gobierno mediante el Departamento Nacional de Planeación. Sin embargo, para el experto Juan Carlos Guatequí, “si en Colombia hubiéramos reconocido que la informalidad es un problema estructural complejo, y en mi opinión además muy asociado al empleo cuenta propia, es muy posible que mejorando las condiciones laborales y estimulando el empleo asalariado, la gente tuviera una red social de apoyo un poquito menos precaria que 160.000 pesos transferidos a algunos cuenta propia”.
Recomendado: 3 millones de informales recibirán ingreso básico
De acuerdo con los cálculos de la Universidad de los Andes, basados en la Gran Encuesta Integrada de Hogares 2019, de los 13,49 millones de trabajadores informales en el país, seis millones pueden considerarse como más vulnerables y otros 7,4 millones como menos vulnerables frente a un paro de la economía como el generado por la pandemia.
Guatequí agrega que “el problema más complejo es que ese empleo está más asociado a la demanda y no a una relación entre empleadores y empleados, que daría para por una parte proteger los empleos y por otra ofrece runa cobertura de seguro de desempleo, en Colombia el seguro de desempleo está atada al empleo formal y al muy formal porque es el seguro que dan las cajas de compensación”.
Por su parte, el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario calculó que mientras el 56,5 % de los empleados formales pueden continuar con sus labores desde casa, para los informales la proporción es de 31,8 %.
Para la tasa de desempleo general, el impacto también dependerá del tiempo que el país mantenga las medidas de cuarentena (para lo cual además el debate se extiende sobre las capacidades del país para atender a los cotnagiados si la medida se levanta muy pronto) y del que necesitará la economía para recuperarse.
Puede interesarle: EE.UU: pedidos de subsidio por desempleo se duplican a 6,6 millones
Pues, advierte Tenjo, “no es que, como decía el ministro Carrasquilla, cuando esto termine vamos a despegar como un cohete sino que la economía va a salir resentida, muchos se van a quebrar, muchos van a perder sus negocios, etc”.
Soluciones para empleados formales
Para los empleados formales, el Gobierno ha generado algunas soluciones como la protección al cesante o los retiros parciales de cesantías también para quienes recibieron licencias o vacaciones con reducción o interrupción temporal de sus ingresos.
Pero para los académicos de Los Andes, la situación podría exigirle al Gobierno adicionales para al menos 2,5 millones de empleados formales, ya que el efecto negativo sobre los sectores productivos directamente implicados como el comercio y el turismo, también se reflejarán en parte en otros segmentos de la economía.
Iván Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, señaló que “las alternativas de mantener el sistema productivo y no afectar el desempleo están ligadas a las respuestas sociales que tiene el sistema de Seguridad Social, de las cuales carece Colombia lamentablemente. En el mundo, eso se llaman amortiguadores sociales”.
Es decir, el Sistema de Seguridad Social debería tener mecanismos que le permitan responder ante momentos de crisis económica, mayor desempleo u otros riesgos que sean “socialmente relevantes”.
Pero en el país, este sistema está ligado a la formalidad laboral que cubre a cerca de la mitad de los trabajadores, lo que según Jaramillo ha llevado a “toda una política de trasladar a los trabajadores todo el costo de la crisis para mantener los puestos de trabajo e imputar el costo a las cesantías, las vacaciones, todo esto que estamos viendo que está promoviendo como alternativas el Ministerio de Trabajo de Colombia”.
También lea: Desempleo en febrero fue de 12,2 %
Y aunque la medida de protección al cesante es un primer paso, “faltaba el componente de remuneración para incentivar la búsqueda de un nuevo empleo”, añade el experto.
Y continúa “activarlo así en medio de una crisis no es fácil. Los seguros de desempleo se estructuran mediante una ayuda económica y políticas activas, es decir políticas de incentivo a la búsqueda de empleo, para mantener la conexión de subsidio de desempleo y búsqueda de trabajo. Lo que pasa es que en esta coyuntura va a ser muy complejo estructurarlo”.
Otra propuesta es un subsidio a la nómina, que le permita a las empresas mantener a sus empleados, aunque su flujo de caja no sea suficiente. El mecanismo se aplica en países como Alemania, donde los empleadores redujeron los salarios de sus empleados en entre 30 % y 60 %, a la vez que el Gobierno asumió el pago de hasta el 60 % de dicho ingreso, o España donde se prohíben los despidos pero el Sistema de Seguridad Social contribuye al pago de salarios.
Por su parte, Tenjo señaló que la coyuntura podría facilitar una negociación entre empleados y empleadores, como ya se ha dado en algunos casos, para permitir pagos reducidos durante un tiempo determinado.
Y aunque el Código Sustantivo del Trabajo “prohíbe desmejorar a los trabajadores, pero habría que ver si hay alguna forma legal de hacerlo y tendría que ser bajo condiciones muy claras: primero, que sería una medida temporal, mientras pasa la emergencia, y después de que la emergencia pase los salarios volvería a las condiciones que tenían antes; que no les afecten por ejemplo, las contribuciones a pensiones, las vacaciones, las primas, etc. y que sea de común acuerdo con los trabajadores”.