Colegios, profesores, estudiantes y padres de familia han tenido que superar por igual los retos que van desde la conexión de internet hasta la facilidad de las herramientas.
Es importante entender que en los momentos de crisis todos los participantes dentro del proceso educativo han sido afectados de una manera u otra. Los colegios tuvieron que asumir el liderazgo y crear marcos de referencia para que el resto de los participantes pudieran comenzar a navegar en esta crisis.
Los profesores por su lado tomaron estas referencias y comenzaron a mejorarlas y adaptarlas a medida que sus implementaciones les revelaban nuevas necesidades. Los padres de familia, por el otro lado, se convirtieron en actores mas activos en este proceso, algunos asumiendo el reto, otros postergándolo. Por último, el estudiante esta enfrentándose a retos nuevos que lo potencializan a mejorar en sus habilidades socioemocionales.
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Impacto en los colegios
A la gran mayoría de los colegios el anuncio de cierre de clases los tomó por sorpresa y sin previa preparación para desarrollar su programa de educación a distancia. Fueron muy pocos los colegios los que ya tenían un programa de aprendizaje remoto listo para ser implementado.
Existía un número de colegios que venían preparando sus programas de educación remota dada la crisis que sufrieron varias ciudades en Colombia por los paros de los gremios en el segundo semestre del año 2019 que implicaron un cierre de aulas y pérdida de clases.
Fueron algunos de estos colegios quienes de forma muy generosa abrieron sus programas siguiendo la filosofía de open source para apoyar a toda la comunidad educativa. La solidaridad en medio de la crisis se sintió desde el primer día del cierre.

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Para el 4 de marzo, el Colegio Nueva Granada (CNG) de Bogotá ya estaba perfeccionando su protocolo a distancia después de haber sufrido interrupciones de clases en el 2019 por los paros nacionales, al igual que muchos colegios en el país.
El 10 de marzo suspendió clases para entrenar a todos sus profesores y personal. El 12 de marzo, el CNG fue el primer colegio en anunciar el cierre de su campus por la crisis del Covid-19, casi una semana antes que la mayoría de los colegios en el país. Ese mismo día del anuncio se compartió de manera “open source” su protocolo de educación a distancia. A partir de ese día ese protocolo de educación a distancia ha sido visto mas de 11.713 veces.

Hoy los colegios en Latinoamérica están colaborando diariamente para perfeccionar y mejorar sus programas a distancia. Listas de recursos y herramientas de apoyo para colegios en estos momentos han sido curadas por varios gobiernos, multilaterales y organismos privados. Por ejemplo, Unesco ha venido construyendo una lista con esta información.
Aún así muchos colegios están sufriendo un gran dilema entre implementar rápidamente soluciones versus tomarse el tiempo para analizar con profundidad lo que necesita el estudiante. Un aprendizaje claro de estas últimas semanas es que se necesita de mayor material asincrónico (o sea aquel material que no necesita del apoyo en vivo del profesor) para que el profesor dedique mas tiempo en poder darle seguimiento al proceso socio emocional del estudiante.
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El impacto en los profesores
Desde un principio, los profesores han invertido largas jornadas laborales para que sus estudiantes sigan aprendiendo. Este trabajo titánico en cuestión de días, y para muchos de horas, logró la creación de programas remotos o virtuales que han llevado educación a miles de estudiantes.
Los profesores escogieron sistemas de gestión de clases, aprendieron a desarrollar objetos virtuales de aprendizaje y se familiarizaron con herramientas tanto sincrónicas como asincrónicas para impartir sus programas.
La gran mayoría, sin saberlo, han usado la filosofía de la metodología Ágil (Agile Development) y han sido rigurosos en evaluar cada semana que funciona y que no funciona para ir ajustándose a esta nueva realidad e ir corrigiendo sobre el camino, para que los grandes beneficiados sean los estudiantes.

Los profesores han hecho también uso del pensamiento de diseño (Design Thinking) para solucionar este reto que nadie esperaba. Un ejemplo de este proceso es la utilización de las herramientas para hacer video conferencias para las clases sincrónicas. Algunas de las herramientas para hacer clases sincrónicas mas conocidas hoy son: Teams de Microsoft, Meet (la mejora de Hangouts) de Google, Webex de Cisco y Zoom.
Lo interesante es que muchos de los profesores fueron cambiando de plataforma a medida que iban aprendiendo de sus necesidades. Sin importar cual tecnología había sido escogida por el equipo de tecnología de los colegios, o sea si era un colegio Microsoft, Google, etc., los profesores fueron optando por la solución perfecta para sus necesidades.
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Una demostración de lo rápido de estos cambios y adopciones fue el caso de Zoom en Singapur donde las sesiones de video conferencia de profesores que utilizaron esta plataforma sin incluir medidas de seguridad (como utilizar contraseña para las sesiones) fueron interrumpidas por intrusos mal intencionados.
El gobierno de Singapur reaccionó muy rápido y prohibió la utilización de Zoom para clases sincrónicas el 9 de abril. Ya para el 14 de abril se había desmontado la prohibición con unas recomendaciones claras de cómo evitar el hacking de las clases virtuales.
Padres de familia, otros afectados
Los padres de familia se volvieron profesores de sus hijos y hoy están un poco abrumados dado que muchos colegios privados trataron de replicar el mismo horario de clases presencial a un modelo 100% sincrónico (es decir con profesores conectados en línea).
Este modelo sincrónico compite por los recursos del hogar como el ancho de banda de internet. Por ejemplo, padres y estudiantes se tenían que conectar a la misma hora al trabajo y al colegio. Este modelo también asumía que los miembros de la familia tienen la infraestructura tecnológica es decir un dispositivo para cada estudiante y para los padres, cuando en realidad en muchos hogares estos dispositivos son compartidos.
En una encuesta de educadores en diferentes países hecha por la Universidad de Harvard en marzo de este año se establece que el reto mas complejo de resolver en esta crisis del Covid-19 es la disponibilidad de infraestructura tecnológica. El segundo reto más complejo de resolver es la salud emocional y mental de los estudiantes.
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Por fortuna, los colegios han aprendido que este modelo de tener el horario del alumno lleno de clases sincrónicas (o sea el profesor en vivo) no funciona y han optado por dejar la parte sincrónica para construir comunidad y reforzar la parte socio afectiva de los estudiantes. Esta estrategia cumple con dos objetivos, minimizar los problemas de disponibilidad tecnológica y priorizar la salud emocional de los estudiantes.
La parte asincrónica, que es cualquier recurso que se realiza sin el acompañamiento en vivo del profesor, la han destinado para manejar los contenidos, proyectos y tareas. Si esta educación asincrónica se estructura correctamente puede cumplir con varios objetivos como: (a) balancear la educación en casa entre recursos digitales y no digitales, (b) alivianar la carga de trabajo de los profesores, (c) apoyar a los padres para que lo estudiantes sean mas independientes.
Los padres de familia también han tenido que aprender a estar involucrados en la educación formal de sus hijos, ellos piden mas tiempo y flexibilidad para trabajar, unos pidiendo mas carga académica al colegio y otros pidiendo menos.
Al final de esta pandemia, lo que los hijos recordarán no son las actividades académicas que hicieron sino las memorias que construyeron en familia y las actividades que los enriquecieron como personas y generaron sentimientos de seguridad y confianza.
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Los padres de familia también son estudiantes, ellos se han tenido que transformar digitalmente no solo como profesores de sus hijos sino como teletrabajadores de sus compañías, dos nuevos roles que antes era ajenos a ellos.
El impacto en los estudiantes
Hoy los colegios también han entendido que esta oportunidad los hace pensar que no solo las habilidades duras importan, sino que es momento de que en el hogar se aproveche este tiempo para enseñar solidaridad, empatía, adaptación al cambio, trabajo en equipo, colaboración y cooperación, habilidades más importantes que las duras y que no necesariamente hacen parte del currículo escolar.

Una de las iniciativas del gobierno colombiano es justamente mapear los recursos que tendrían profesores y padres de familia para enseñar habilidades socioemocionales. Mientras Coschool, la compañía encargada de curar estos recursos, publica los hallazgos de esa iniciativa, una plataforma que proporciona información y herramientas sobre los principales marcos y habilidades en el campo del aprendizaje socioemocional de la Universidad de Harvard es: Explore SEL (Social and Emotional Learning – SEL).
En el 2018, un articulo en el Harvard Business Review hablaba de un estudio realizado por profesores de MIT, Columbia Business School, University of North Carolina at Chapel Hill y Rice University que encontró que vivir en el extranjero es una experiencia única que ayuda a desarrollar un sentido más claro de sí mismo.
Nosotros encontramos un paralelo entre la experiencia de un estudiante viviendo en el extranjero y la experiencia de un estudiante viviendo en cuarentena. El articulo dice que el estudiante en el extranjero a medida que interactúa con personas que crecieron en diferentes circunstancias, culturas y bajo distintos principios se da cuenta de lo que significa ser él mismo; el decide que características de si mismo va a defender y cuales va a cambiar. Estas reflexiones internas de si mismo lo hacen más consciente de su yo.
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Esta cuarentena tiene algunas características que invitan a los estudiantes a tener reflexiones similares. Este será un tiempo donde lo mas importante no es la carga académica y las calificaciones que los estudiantes puedan tener sino las vivencias y las memorias construidas en familia.
La pandemia ha traído una fuerte carga emocional que viene de muchas fuentes, miedo a ser contagiado de un virus que poco conocemos, miedo a perder el trabajo, miedo a afrontar un nuevo rol como teletrabadores, miedo a desarrollar habilidades digitales que antes no teníamos.
Toda esta información la reciben los hijos quienes además están manejando su propia carga socioemocional dado que ellos están funcionando bajo un esquema completamente inesperado, están alejados de sus compañeros y profesores, muchos de ellos tienen limitaciones de espacio para ejercitarse o con limitada conectividad.
Aún así tenemos que mentalizarnos para aprovechar estos tiempos para crear oportunidades de aprendizajes significativos desde un ambiente excepcional que invita a enfocarnos en habilidades como desarrollar independencia, resolución de problemas y adaptabilidad al cambio. Los padres de familias y sus hijos están viviendo en ese “nuevo normal” que asociamos a vivir en el extranjero.
En la tercera parte de este articulo se hablará del cómo podrían priorizarse las acciones del sector educativo teniendo en cuenta las necesidades de sus diferentes actores. Vea aquí la primera parte, sobre el modelo híbrido que tendrán que adoptar las instituciones.
Contacto
LinkedIn: Vicky Ricaurte*
LinkedIn: Marcelo Burbano**
*La autora es emprendedora serial EdTech (educación + tecnología) y cofundadora de Arukay, un sistema curricular para colegios que enseña a estudiantes entre primero y último grado sobre pensamiento computacional.
**El autor es socio fundador de Prismapar y lidera las oficinas en México, Región Andina (Colombia, Ecuador y Perú). Prismapar es una firma de banca de inversión con vasta experiencia en el sector educativo en Latino América, dedicada mayormente a fusiones y adquisiciones.