La tasa de mujeres en marzo de este año asciende al 16.4 % y los hombres al 9.8 %.

Uno de los tantos riesgos que tiene el país es que la propagación del coronavirus es que esta emergencia termine por ampliar aún más la brecha laboral entre hombres y mujeres, lo que sería un retroceso como sociedad.

Hasta el momento, los indicadores que han empezado a salir ya empiezan a mostrar una tendencia. El viernes, el Dane presentó los resultados de empleo para marzo del 2020 y dejó ver que entre la población de mujeres se ubicó en 16,4 % y los hombres, en 9,8 %.

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Si bien la tendencia en la tasa de ocupación sigue creciendo para la mujer, el efecto del Covid-19 para las trabajadoras se ve en la población que es catalogada como inactiva, es decir toda esas personas que no estaban ocupadas o que perdieron el trabajo durante la emergencia y que manifestaron que por la cuarentena no ha podido buscar trabajo. Allí, en esa población, que se sumaron 1.8 millones en marzo, el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, sostiene que un millón son mujeres que muchas de ellas están en el hogar atendiendo a sus hijos o en labores de la casa.

“La mayor proporción de mujeres en inactividad se explica por el secuencial crecimiento de las actividades de cuidado en el contexto de aislamiento obligatorio preventivo en que el patrón machista cultural determina que las actividades de economía del cuidado sea asignado a mujeres en una proporción del 90 %, aumentando así en forma considerable el número de horas trabajadas (imponiendo dobles y triples jornadas) por las mujeres que aumenta la brecha por genero del sistema laboral en Colombia”, dice Iván Jaramillo, del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.

El mismo experto señala que hay tres aspectos que han caracterizado este periodo de confinamiento que dificultan el cierre de la brecha por género: la sobrecarga de trabajo no remunerado, aumento en la violencia intrafamiliar y la pérdida de ingresos por el cierre de sectores económicos feminizados.

“Siempre las mujeres han tenido una proporción mucho más grande que los hombres sobre la población inactiva y es una muestra mucho más grande de inequidad de género fuerte, las muejres aparentemente no trabajan pero en realidad muchas lo hacen en oficios del hogar y entonces se registran como inactivas”, dice Sergio Peláez, profesor del Rosario.

Mia Perdomo, CEO de Aequales, que trabaja el ránking PAR, que mide de equidad de género en las organizaciones, asegura que la brecha se ha ampliado en la emergencia sanitaria. Por eso, recomienda que las empresas deben tener medidas.

Entre las medidas, señala, está el de incorporar a las mujeres en los comités de crisis, generar protocolos para detectar si alguna es víctima de violencia intrafamiliar, flexibilización de los horarios para las madres y padres, y generar indicadores de desmpeño y productividad con enfoque de género.