Jaime Alberto Upegui, nuevo presidente de la junta directiva de la Asobancaria, fija su posición sobre la labor de los bancos en medio de la crisis económica dejada por la pandemia.

El mundo está ante un escenario que no tiene comparativos, la Covid-19 está cobrando vidas a nivel mundial y el confinamiento parece ser la mejor forma de disminuir los estragos de la pandemia. Esto hace que el impacto generado por el virus no tenga precedentes en tanto buena parte de la economía esté literalmente cerrada. Entidades como el Fondo Monetario Internacional han puesto cifras sobre la mesa: una contracción económica global del 3 %, desaceleración para América Latina del 5.2 % y en Colombia, un Producto Interno Bruto con un desplome del 2.4 % en 2020.

De manera coordinada, tanto el Gobierno como el sector privado colombiano han venido atenuando el impacto financiero de la crisis con diversas medidas que buscan beneficiar a los afectados.

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En este sentido el sector financiero, el Gobierno Nacional y el Banco de la República han centrado sus estrategias, con el objetivo de amortiguar la carga económica de las personas naturales y las empresas afectadas. Desde que se decretó el estado de emergencia, hasta la actualidad, no sólo se han beneficiado a más de 6.8 millones de personas y empresas que han obtenido periodos de gracia y/o refinanciamiento de sus créditos por una suma cercana a los 142 billones de pesos, también se ha garantizado que los ahorros de los colombianos se mantengan y generen la liquidez necesaria para evitar problemas de credibilidad en el sistema.

Sumado a ello el Gobierno estableció una serie de líneas de crédito, con respaldo de hasta el 90 % del Fondo Nacional de Garantías, dispuestas a garantizar el pago de nóminas y de montos específicos para trabajadores independientes, micro, pequeños y medianos empresarios afectados por la contingencia.

Estas directrices han sido acompañadas y aplicadas con gran compromiso por parte del sector bancario, que ha realizado más de 57 mil solicitudes de garantías por un valor aproximado de 4.8 billones de pesos, de los cuales un 60 % está siendo destinado a créditos para el pago de nómina de alrededor de 30 mil Pymes y microempresas beneficiadas por una suma de 2.9 billones de pesos; también se han desembolsado cerca de 30 billones de pesos en otras líneas de crédito, previo a la implementación de las estrategias de apalancamiento financiero del Estado colombiano.

Las soluciones que se adelanten en beneficio de los colombianos deben construirse con prudencia y respetando a quienes confían sus recursos en las instituciones bancarias. El 85 % del capital de los bancos pertenece a los ahorradores y por ello, en el sector financiero, tenemos la responsabilidad y la obligación de seguir realizando estudios de créditos ajustados a las normas de los reguladores.

Si de algo ha de servirnos la crisis financiera de 2008 es para entender lo que no debe hacerse en materia de política financiera, en ese momento el colapso en los portafolios de inversión y el pánico internacional con la caída de una entidad como Lehman Brothers generó un efecto cascada negativo del que los países tardaron mucho tiempo en recuperarse. Hoy, Colombia cuenta con mecanismos de control y entes reguladores fortalecidos, con reglamentaciones claras, rigurosas y con un sistema financiero comprometido en buscar soluciones para preservar empleos y recuperar en tiempo récord el camino del crecimiento y del empleo, colocando los recursos de Colombia en sectores, empresas y personas que multipliquen la riqueza.

El coronavirus no nos ganará la batalla.

Jaime Alberto Upegui Cuartas
Presidente de Scotiabank Colpatria.
Actual presidente Junta Directiva de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de
Colombia (Asobancaria)