Dejó de lado 15 años de trayectoria empresarial para correr cinco de las pruebas de ultra resistencia más importantes del mundo. Ha culminado tres y ahora lleva sus aprendizajes al mundo corporativo.
Miedo. Esa palabra define la motivación que llevó hace cinco años a Mauricio Salazar, un emprendedor y empresario con 15 años de trayectoria, a abandonar la carrera que llevaba en el sector de tecnología para dedicarse a correr cinco de las carreras deportivas más exigentes del mundo.
No era deportista profesional. “Mi única experiencia hasta ese momento eran las clases de educación física y deporte de la universidad y el colegio”, recuerda, pero con todas las posibilidades en contra logró colgarse la medalla de su primera carrera Ironman solo un año después de haber tomado la decisión de competir.
Descarga gratis nuestra edición impresa
“Las personas comunes y corrientes también podemos lograr cosas extraordinarias. La mayoría pasamos la vida esperando un punto de inflexión que nos lleve al cambio, como vemos en las películas, pero lo cierto es que tenemos que crearlo”, explica. Ese, según dice, ha sido el mayor aprendizaje que le deja este proceso.
Ese punto de quiebre le llegó a los 35 años, cuando se vio ahogado en un trabajo, dirigiendo una empresa exitosa, pero infeliz con lo que hacía. “Unos cuatro años atrás antes de retirarme había empezado a tener ese ritmo de vida, pero aplicaba la típica estrategia de hacerme el de la vista gorda. Ahí me puse como condición a mí mismo que a los 35 iba a retirarme, bien fuera con diez mil pesos o un millón de dólares en el bolsillo”.
En el 2015 se cumplió el plazo y ese mismo año dejó las reuniones y se instaló en una casa en la zona rural de Manizales. “Empecé a vivir administrando el patrimonio que había reunido hasta ese momento”, cuenta. “Como no podía quedarme en el sofá sin hacer nada encontré en el deporte una opción que me permitía distraerme, aprender y seguir creciendo esta vez más como persona”.
Al triatlón llegó más por casualidad que por pasión, por recomendación de unos amigos suyos que lo practicaban de forma amateur. “Yo era malísimo en los tres deportes (ciclismo, atletismo y natación), pero me distraía mucho porque la exigencia física era alta y me enganché”, dice.

“Un par de meses después de estar entrenando con ellos, se me ocurrió que sería interesante poder participar en una carrera para medir mi progreso y terminé encontrando el Iron Man, la carrera más dura que existe de triatlón en el mundo. No lo pensé y me inscribí”, narra Mauricio.
Las competencias Iron Man son organizadas por la World Triathlon Corporation y consisten en que los participantes deben cubrir tres distancias practicando tres deportes distintos: 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie. Todo en un tiempo límite de 17 horas.
Lea nuestra sección de negocios en los deportes
“Se realizan varias de estas carreras en el mundo, la principal está en Las Vegas. Yo me inscribí a una en Cozumel, México, creyendo que el terreno plano y el clima de playa me ayudarían. Hice todo mal, no fue ni la mitad de fácil de lo que me esperaba”, explica.
“Las personas comunes y corrientes también podemos lograr cosas extraordinarias”
mAURICIO SALAZAR
Como en los negocios, Mauricio hizo su plan de acción para la meta que se había trazado: terminar la carrera sin importar la posición o el tiempo que le tomara hacerlo. Para lograrlo buscó aliados estratégicos, que en lugar de inversionistas o socios cambió por un entrenador y durante un año se puso un horario, echó a andar su plan e hizo evaluaciones periódicas, como cualquier ejecutivo.
“Me despertaba a las 4 de la mañana, hacía unas dos horas de ejercicio en la bicicleta estática. A las 6 de la mañana salía a carretera a encontrarme con compañeros que iban a rodar en su bici y sobre el mediodía, empezaba otro entrenamiento trotando que terminaba casi a las 10 de la noche”.
Un año después, tardó 12 horas en terminar la competencia Iron Man y se convirtió en el primer manizaleño en lograrla.
Crecer con el viento en contra
Ese primer triunfo se convirtió en el punto de partida de un reto que ha guiado su vida los últimos años: terminar cinco de las pruebas de ultra resistencia del mundo. “Son certámenes que miden el nivel de resistencia de las personas y están diseñadas para llevarnos al límite física y psicológicamente.
A la fecha ya ha completado tres: la carrera Ultraman, un triatlón de 515 kilómetros que logró en 28 horas y 10 minutos (fue el primer colombiano amateur en hacerlo); la Travesía Costa Brava, una carrera de 23 kilómetros en mar abierto que le tomó 10 horas y 30 minutos; y la Glocknerman, una justa de ciclismo sin parar en la que los deportistas recorren 1.000 kilómetros con 17.000 metros de ascenso acumulado y que le costó 54 horas y 56 minutos.
“Recuerdo que cuando estaba en la Travesía de Costa Brava pasé una hora, de las diez que duró la carrera, nadando en el mismo punto porque la corriente del mar no me dejaba avanzar. Ese es uno de los momentos de mayor aprendizaje que he tenido en la vida. Lo que me sacó de ahí fue mi perseverancia y la idea clara de que tenía que terminar”, describe Mauricio.
“Con determinación cualquiera puede lograr lo que se proponga, incluso por encima del talento”, dice. Durante su carrera deportiva su propósito ha sido hacerle bandera a ese argumento, pues el camino para él empezó a una edad en la que los deportistas élite ya empiezan a pensar en la idea de retirarse.
Con la victoria en el cuello Mauricio le dio origen a RenHacer, un espacio de charlas y coaching que ahora lo devolvió al mundo de los negocios sin dejar de lado el deporte. Su experiencia, compartida tanto a deportistas como a empresarios, ha hecho que ya no sea el único colombiano en completar una carrera Iron Man, tras él han llegado otros diez deportistas, muchos de ellos bajo la guía del manizaleño.
Consejos para sobrevivir a las crisis
A nivel empresarial
1- Antes que nada, mantener la empatía y la solidaridad en la ecuación. Aquí todos vamos a perder, pero una cosa es perder patrimonio y otra muy diferente es perder el sustento para alimentar a la familia.
2- No tratar de predecir el futuro, hay mucho en juego. Hoy, más que nunca, hay que apegarse a la evidencia y los hechos para la toma de decisiones
3- Mantener un canal de comunicación abierto, franco y transparente con los colaboradores, socios y demás actores involucrados en el negocio.