Este gigante de bebidas está abierto a colaborar con otras compañías buscando eficiencias en sus operaciones (y en sus estrategias de marketing).

La gran depresión de 1929, que provocó desempleo, caída de mercados y contracción de las economías, no fue el único gran acontecimiento ese año. Coca-Cola lanzó un nuevo lema: “La pausa que refresca”.

Esta compañía originaria de Atlanta (Estados Unidos), se preguntaba en esa época cómo vender una bebida absolutamente innecesaria en una economía hundiéndose y en un país en dificultades. En ese momento apelaron a recordarle a los consumidores la importancia de que un buen trato así mismos también es importante.

Con el mundo paralizado por el Covid-19, un siglo después la forma de “refrescar” llegó de distintas maneras: por una parte, suspendieron su inversión publicitaria para anunciar una donación global de US$120 millones a comunidades afectadas y por el otro, quisieron producir contenidos que, al tiempo de entretener a consumidores encerrados en sus hogares, pudieran mantener una conexión emocional con la marca.

La suspensión del presupuesto de la publicidad fue una medida “temporal” como una forma de empatía con la comunidad, dijo a Forbes Ted Ketterer, director de mercadeo de The Coca-Cola Company en Colombia.

Coca Cola
Foto: Fernando Luna / Forbes.

Pero una forma de mantenerse vigentes, fue hacer una alianza con #BeApp, una plataforma de transmisión de música en vivo, creada por los veteranos de la industria tecnológica Ray Smith y Ross Mason, con la que crearon un formato denominado Coke Studio Sessions, que durante 60 días está presentando presentaciones en vivo de artistas como Katy Perry, Anitta y Steve Aoki, apoyando al tiempo al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

“Para nosotros esta iniciativa es una forma de conectarnos y tener cercanía con el consumidor, porque mucha gente se está quedando en el hogar, lo que cambia el contexto y los comportamientos del consumidor”, sostiene Ted. “Lo logramos buscando sinergias a través de alianzas como los relacionamientos que tenemos, hablando de entregar una experiencia más innovadora, ahí se formó toda esta relación buscando una forma de hacer esto optimizando costos”.

Esta compañía se está tomando en serio el concepto de ‘alianzas’ y ‘colaboración’. Excluyendo el impacto en los mercados de la pandemia del coronavirus, las acciones de Coca-Cola (NYSE:KO) han subido casi un 50% en los últimos tres años.

Esa hazaña se debe a que mientras que sus ingresos globales cayeron un 16% entre 2016 y 2020, sus márgenes de ganancia pasaron de menos de 17% en 2014 a cerca del 24% en 2019.

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La estrategia ha sido que, en vez de poseer plantas propias de embotellado, ha expandido más sus franquicias -que en Colombia administra la mexicana Femsa- porque ese es un negocio de altos ingresos pero bajo margen de ganancias. Al delegar esa función, Coca-Cola se permite ganar honorarios, con un menor costo de gastos administrativos y de venta.

Pero esa no es la única movida de colaboración. Coca-Cola también ha incursionado con innovación abierta, al invertir en startups como Iris Nova, mientras que cerró la adquisición de Costa Limited e hizo una alianza estratégica con Bodyarmor. Es ahora una compañía que, con puertas abiertas, no solo adapta sus estrategias de marketing, sino que trabaja por volverse más rentable.