La empresaria obtuvo la franquicia en Colombia del concurso Miss Universe, propiedad de Endeavor Group Holdings.

Hace unos meses la empresaria barranquillera Natalie Ackerman firmó un documento que la convirtió en accionista mayoritaria de la franquicia en Colombia, del concurso Miss Universe, organización que Donald Trump vendió antes de convertirse presidente de los Estados Unidos a la agencia IMG, que tiene como matriz a Endeavor Group Holdings.

Cálculos de la industria estiman que la organización IMG Universe puede valer entre US$5 y US$25 millones, con unos ingresos anuales cercanos a los US$3 millones, provenientes entre otras verticales de negocio, de las franquicias como la adquirida por Ackerman, estimada en unos US$200.000.

Primero viene una propuesta de parte de ellos, luego nos toca llenar muchos requisitos de aplicación y tras pasar positivamente el primer filtro, la organización inicia análisis profundos de antecedentes en áreas personales, judiciales y financieras”, dijo Ackerman a Forbes tras obtener el último paso que es la negociación y la firma del contrato que la convirtió en la dueña.

Aunque se desconoce el valor exacto que pagó Ackerman, se sabe que la franquicia fue financiada con una inversión personal, pero está en busca de socios y patrocinadores en su plan de negocios.

Lo cierto es que se hizo con el máximo incentivo que por medio siglo tuvo en sus manos la organización Concurso Nacional de Belleza, con sede en Cartagena, que escogía, a través de socios (como Jolie de Vogue, que fue adquirida por L’Oreal y RCN Televisión) la mujer que representaba a Colombia en el concurso Miss Universo, televisado en 190 países.

La modelo e influenciadora Paulina Vega disparó su popularidad luego de ganar el concurso Miss Universo en 2015 representando a Colombia.

Pero la naciente Organización Miss Universe Colombia  se encuentra con varios desafíos de entrada para hacer viable su plan de negocios: oposición desde varios sectores a este tipo de concursos en el siglo XXI y el desvanecimiento de concursos de belleza que han generado fuga de patrocinadores (del concurso de Cartagena se esfumaron Avianca, Bodytech, Leonisa y otros grandes) y un desplome en la audiencia en comparación con años anteriores.

“Aquí el tema importante es cómo recuperar la credibilidad y para recuperarla nosotros tenemos una estrategia muy importante para construirlo, por medio de la apertura, trasparencia y profesionalismo”, señala Natalie Ackerman, presidente de Miss Universe Colombia, organización que apelará a mantenerse por medio de medios de comunicación, patrocinadores, desarrollo, entradas de eventos y otro tipo de ingresos “por medio de socios”.

En el caso del concurso global, Miss Universo en Colombia pasó de tener un rating de 10,33 puntos en 2017 a 4,83 puntos en 2018, según Ibope, lo que obligó a RCN a dejar de transmitirlo, aunque en 2019 obtuvo un breve repunte de 6,5 puntos en televisión cerrada, por la pantalla de TNT.

En ese punto, es clave que Ackerman reclutó en su equipo a alguien que sabe de televisión. El director ejecutivo es Juan Manuel Buelvas, quien fuera por varios años gerente del canal regional Telecaribe, cuya administración se adjudica la exitosa miniserie Déjala morir, basada en la vida de ‘La Niña Emilia’. Tienen los derechos de transmisión para su evento  anual y la prioridad para la compra de los derechos de la retransmisión concurso internacional Miss Universo. La representación legal quedó en manos de la firma De La Espriella Lawyers Enterprise.

Ella cree que esta es una forma de “potencializar y empoderar a las mujeres que sean ejemplo para muchas mujeres en el país y en el mundo, es decir, que sean capaces por medio del liderazgo, de transformar su entorno para bien común. El objetivo es formar mujeres jóvenes embajadoras de su país capaces de llevar un mensaje constructivo y de crear conciencia ante el mundo”.

Ackerman ha trabajado con organizaciones filantrópicas en Emiratos Árabes, África y Colombia. Foto: Foto: Jairo Enrique Bossio y Roberto Andrés Pautt. / Miss Universe Colombia.

Ackerman es colombo-alemana y fue ‘Miss’. En 2000 representó a Atlántico en Colombia, en 2005 se hizo Miss en Alemania y en 2006 representó a ese país en Miss Universo.

Al volver al país hizo carrera como actriz y presentadora, pero más recientemente se vinculó a labores filantrópicas con niños autistas en Emiratos Árabes, África y Colombia. “Estamos en un momento de la historia donde las mujeres ya tienen más influencia, más voz, pero esto no puede estar peleado con la vanidad y nuestro aspecto físico. Debe ser un complemento. Esta es mi meta: lograr fusionar dos campos que la sociedad ha entendido que deben estar separados, belleza e inteligencia como fuerzas aliadas”,

En Colombia hubo una controversia porque inicialmente este concurso no admitirá mujeres trangénero, pero Ackerman cree que pronto lo harán. “Nosotros en este momento venimos de una tradición bastante conservadora (…) pero queremos por medio de una renovación paulatina pero constante, evolucionar a lo que es el actual reglamento de Miss Universo. Así que en un futuro no muy lejano por supuesto que sí”, concluye.