En tiempos de pandemia, estas ayudarán a mitigar la disminución de ingresos de los trabajadores colombianos.

Las cesantías, esa prestación social a la que tiene derecho todo trabajador y que durante muchos años han servido para que los empleados puedan solventar sus momentos de dificultad laboral y de paso cumplir sus sueños, como el de tener vivienda, hoy, en tiempos de pandemia, se han convertido también en un soporte para muchos colombianos.

Han adquirido mayor protagonismo en un entorno en el que la crisis sanitaria, producida por la pandemia de la Covid-19, ha causado un deterioro en la economía global y nacional, así como en las finanzas de los trabajadores que han visto disminuir sus ingresos debido, entre otros factores, a la suspensión temporal del contrato, licencias no remuneradas o pérdida de los puestos de trabajo.

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Este último factor se agravó en el pasado mes de abril cuando, según el DANE, la cifra de ocupados se redujo en 5,4 millones de personas, equivalente a una cuarta parte del número de empleos en el territorio nacional.

Esta dinámica provocó una disminución en la tasa de ocupación del 41,6 % en el cuarto mes del presente año, cuando en el mismo periodo del 2019 se había ubicado en 55,8 %, según el organismo estadístico. Respecto al rango de edad, el más perjudicado fue el comprendido entre 25 y 54 años con 3,4 millones de personas, de las cuales 1,8 millones correspondieron a mujeres y 1,6 millones a hombres.

Este nuevo entorno, causará, junto con otros elementos, una caída entre 2 % y 7 % en la economía nacional al final del presente año, según el Banco de la República. Esto contraerá los ingresos de los ciudadanos por lo que los recursos provenientes de las cesantías se constituyen en un alivio para mejorar el estado de la economía familiar a la hora de ejecutar inversiones clave.

 Recordemos que el pasado 27 de marzo el Gobierno nacional expidió el Decreto 488 con el que, entre otras medidas de orden laboral en la declarada Emergencia Económica, Social y Ecológica, autorizó el retiro parcial y mensual de las cesantías para mitigar la disminución de ingresos de los trabajadores. Para el caso de Porvenir cerca de 85.000 personas ya han realizado retiros parciales de cesantías durante la coyuntura.

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Pero las cesantías, además de ser utilizadas para las tradicionales adquisiciones inmobiliarias o en educación, también las pueden emplear para financiar, por ejemplo, ahorros programados o seguros educativos, según el Decreto 1562 de agosto del 2019.

Con este decreto no solo se puede apalancar la educación en Colombia y programar la educación de los hijos o personas dependientes de los afiliados a los fondos de cesantías, que a corte de marzo llegaban a más de 9 millones de personas, según Asofondos, sino que, en las actuales circunstancias, esta normatividad ayudará a mitigar la deserción escolar y la perdida de años, dos fenómenos que se agudizarán según lo planteó recientemente el Laboratorio de Economía de la Educación de la Pontificia Universidad Javeriana.

En todo este contexto de pandemia e incertidumbre laboral, recordamos una vez más que las cesantías pueden ser un gran aliado en momentos de dificultad o la pieza clave para concretar proyectos relacionados con vivienda y educación. Son un ahorro con propósito y por ello a la hora de disponer de estos recursos será primordial que la decisión se tome de forma responsable.

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LinkedIn: Erik Moncada
*El autor es vicepresidente de Clientes y Operaciones en la AFP Porvenir