Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá, y Carlos Guzmán, de Bureau Veritas Colombia, hablan sobre los desafíos de los protocolos.

En esta edición de #CharlasForbes: ideas en tiempos de crisis están como invitados Carlos Guzmán, Country Chief Executive de Bureau Veritas Colombia, y Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá, para hablar sobre las complejidades y las lecciones que ha traído la implementación de protocolos de bioseguridad para los empresarios.

En el caso de Bureau Veritas Colombia, es una organización que asesora a empresas y entidades en el mundo para que puedan cumplir con los protocolos para la seguridad de los trabajadores y de sus clientes. Guzmán señala que los empresarios están muy activos en buscar las mejores soluciones para reactivar sus negocios. “Los modelos de negocio han cambiado, así como la manera de interactuar con los clientes”, dice Guzmán.

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El experto agrega que el desarrollo de certificados que los clientes puedan leer con códigos QR en los comercios y establecimientos serán muy útiles para generar confianza en el consumidor, además de los protocolos de bioseguridad.

Por su parte, Carolina Duran, secretaria Distrital para el Desarrollo Económico, quien está liderando junto con la alcaldesa Claudia López y los demás funcionarios los procesos de reactivación de los sectores productivos de la ciudad señaló que se están buscando alternativas para que renglones más complejos como los gimnasios, restaurantes y aerolíneas puedan volver a operar de manera segura.

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De hecho, le contó a Forbes que para este día del padre, que se celebra este fin de semana, se hará un piloto para que una veintena de restaurantes puedan vender en sus locales platos que sean llevados a los carros y que se puedan consumir en los vehículos. Los restaurantes deben tener el menú en un código QR para que pueda ser consultado.

Tanto para Guzmán como Durán hay desafíos en el tema de los protocolos: cómo involucrar a los trabajadores informales, los costos para implementarlos y también la relajación de los protocolos.

Otra de las alternativas que se están evaluando a corto plazo es que se puedan cerrar algunas calles comerciales para que los peatones puedan visitar a los restaurantes con todas las medidas de seguridad tanto para trabajadores como comensales. “La continuidad de todo esto dependerá del número de contagios y la ocupación de las UCI.

En la charla se habló sobre el costo que implica a los empresarios la implementación de los protocolos, que se suma a la difícil situación que viven por la falta de ingresos. Al respecto, Durán señaló que un restaurante mínimo debe invertir entre 5 y 10 millones para avanzar en los protocolos. No obstante, dice la funcionaria, se está trabajando en cómo financiar los cambios que se exigen para entrar a operar.

Tanto para Guzmán como Durán hay desafíos en el tema de los protocolos: uno de ellos es cómo involucrar a los trabajadores informales, los costos para implementarlos y también la relajación de los protocolos después de pasar días o semanas implementándolos.

Sobre este último punto, Durán aseguró: “Es un tema de bastante preocupación y lo que hay que hacer es mucha pedagogía. Saber que si no cumplimos con los horarios para el transporte masivo, que si no seguimos a pie de la letra el uso del tapabocas y el lavado de manos se volverá a cerrar la economía por el número de contagios y la ocupación de las UCI”.