"Oponerse de tajo a la integración económica y comercial, puede traer un incremento de las condiciones de riesgo de los negocios y un debilitamiento de las cadenas de valor", dice Gustavo Lorenzo Ortiz.
La emergencia sanitaria mundial, la Pandemia declarada por la OMS, la tendencia de los mercados a regionalizar el comercio e incluso sentirse autosuficientes, son apenas algunos de los primeros efectos que se perciben a nivel mundial, amén de la posibilidad de que sobrevengan, en algunos casos, consecuencias indeseables como el debilitamiento o fortalecimiento de sistemas políticos.
La humanidad ha enfrentado en las última dos décadas situaciones complejas, desde la crisis económica y financiera de 2008, una globalización económica y comercial acelerada, hasta el crecimiento desbordado de China, país con un sistema económico y político centralizado, donde la mayoría de empresas son estatales y se sugieren varios cuestionamientos frente al respeto de las normas generales de comercio, estructuras de costos de las mismas, al tiempo que el respeto a la normativa en materia de propiedad intelectual.
El entorno actual supone una gran cantidad de retos, los cuales deben comenzar por fortalecer, incrementar y pluralizar las cadenas globales de valor, efectuando un estudio inteligente y dinámico de la ubicación y posibilidad de acceso a los bienes que demanda cada país, determinando con dicho análisis, entre otros; i. dónde y cómo podemos tener acceso a los más idóneos proveedores que cumplan con los requerimientos legales exigidos en nuestro país, ii. Cuáles de ellos ofrecen una oferta rica y diversa de productos, iii. Cuáles de ellos están ubicados preferencialmente en estados que tengan tratados de libre comercio vigentes firmados con Colombia.
La misma reflexión debe hacerse para la oferta exportable de Colombia, en cuyo caso deben analizarse además, factores asociados con el posible acceso a mercados a los cuales hoy no tenemos presencia, pero donde pueden estarse abriendo nuevas oportunidades, precisamente por efecto del COVID -19 y eventuales restricciones a mercados (por ejemplo de USA frente a China).
Hoy en día, existen unos interesantes programas liderados por Colombia Productiva del MinCIT, en los cuales se están promocionando, para mencionar algunos de ellos, programas globales de calidad, de encadenamientos productivos (por ejemplo el denominado “Compra lo nuestro”), y los programas de “transformación digital” que están dentro de las “Fábricas de Productividad”, tan necesarios en nuestros tiempos.
Así las cosas, se requiere de cadenas de valor más resilientes, que se adapten y superen estos momentos difíciles, así como de gobernantes que ejerzan un verdadero liderazgo creativo e innovador que permita a las economías y a la población en general, sobrellevar, convivir y posteriormente superar la crisis.
En mi opinión, oponerse de tajo a la integración económica y comercial, puede traer un incremento de las condiciones de riesgo de los negocios y un debilitamiento de las cadenas de valor.
La vía precisamente es la opuesta; deben diversificarse las cadenas globales de suministro de bienes y servicios y la oferta exportable. Debe propenderse por que los gobiernos realicen esfuerzos colectivos y armónicos y por supuesto, deben corregirse las asimetrías y excesos que se puedan haber ocasionado por la globalización acelerada de los últimos tiempos.
Este es el tiempo, como todos, de pensar en equipo y de ganar el partido con el esfuerzo colectivo y coordinado de todos.
Por: Gustavo Adolfo Lorenzo Ortiz
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*El autor es associated partner de EY en Colombia, empresa en la que lleva 15 años. Actualmente lidera los servicios de Impuestos Indirectos (aduanas y comercio exterior). Ha dirigido diversos proyectos de asesoría, auditoría y cumplimiento del régimen aduanero, cambiario y de inversiones internacionales en diversas compañías en Colombia. Igualmente ha dirigido proyectos de declaratoria de Zonas Francas Permanentes Especiales, así como de calificación de sus usuarios en varios sectores. Entre sus funciones están la coordinación y planeación de asesorías en asuntos aduaneros, cambiarios y de comercio exterior, la dirección y planeación de operaciones eficientes en la cadena de suministro, revisión de cumplimiento de operaciones aduaneras, cambiarias y de comercio exterior, así como la revisión de procedimientos relacionados con el manejo de la cadena de suministro; análisis e implementación de programas de comercio exterior como sistemas especiales de importación-exportación Plan Vallejo, Zonas Francas, Depósitos Privados, entre otros.
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