Expertos aseguran que el desempeño de la economía dependerá del consumo, la inversión pública y del sector de obras civiles.

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En la prepandemia, la economía tendría un buen año, al menos en términos de PIB que crecería al 3,5 %, pero la parálisis de la actividad productiva en Colombia y en el mundo para evitar una mayor propagación del virus, empezó a afectar las proyecciones haciendo que ahora el Gobierno Nacional estime una caída de 5,5 %.

Al analizarlo por etapas, en el primer trimestre el PIB creció 1,1 % en su serie original, pero en la desestacionalizada lo hizo en apenas 0,4 %, muy por debajo del 2 % esperado por la mayoría de los analistas. Esto, debido al fuerte impacto del dato de marzo que con apenas unos días de cuarentena cayó -4,9 %. En enero y febrero la cifra fue 3,5 % y 4,8 %, respectivamente, según el Dane.

Sin embargo, como ha mencionado el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, el segundo trimestre podría ser el peor de la historia. El equipo técnico del Emisor estima que la caída en dicho periodo podría estar entre -10 % y -15 %. Lo anterior, teniendo en cuenta que abril ha sido el mes con más días de restricciones debido a la cuarentena nacional que arrancó el 25 de marzo. Según el Dane, la economía cayó -20,06 % anual durante el cuarto mes del año.

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Con base en este panorama, los analistas consultados por Forbes esperan una leve recuperación durante el segundo semestre del año que, aunque seguiría en cifras negativas, la caída no sería tan profunda durante los meses que le quedan al 2020. En promedio, tres de los cinco expertos estiman que será -5 %, mientras que para el primer semestre este sería de -7,6 %. Sobre qué tanto se recuperará la economía en el segundo semestre y de qué depende, los analistas coinciden en que la evolución de la pandemia y su manejo serán un factor determinante, tanto a nivel local como global. En caso de que ocurra un rebrote y toque volver al confinamiento, las cifras podrían empeorar y retrasar la recuperación en Colombia.

Munir Jalil, economista jefe para la región Andina de BTG Pactual, dijo que la dinámica económica del segundo semestre, en la que el PIB sería de -5 %, “estará dada por un proceso de ‘convivencia’ con el virus, que igual significará mejores resultados que los observados en el segundo trimestre, pero aún menores a los vistos el año inmediatamente anterior”.

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Juana Téllez, economista jefe de Bbva Colombia, quien estima una contracción de -3 % en el PIB del segundo semestre, explicó que están esperando “un aporte relevante en la recuperación en lo que resta del año y en 2021 del consumo, la inversión pública y del sector de obras civiles”. Además, señaló que, con la relajación del confinamiento, ya se están viendo señales de recuperación.

Por su parte, José Ignacio López, jefe de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, explicó que en lo que resta del año va a haber una recuperación parcial, “algunos sectores se van a recuperar casi por completo, pero una buena parte de los renglones se van a ver afectados permanentemente. En lo que tiene que ver con alojamiento, entretenimiento, e incluso construcción, inmobiliario y algo de manufactura, vemos una recuperación que no es completa en 2020, sino que puede ir hasta 2021 y para algunos como el turismo, se extendería a inicios de 2022”.

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López, que espera un PIB del segundo semestre en -4,4 % anual desestacionalizado, añadió que, si bien la cuarentena se extendió más de lo que se estimaba, aún hay mucha incertidumbre de cómo será el comportamiento de la gente cuando finalice por completo.

Carolina Monzón, jefe de Análisis Económico de Itaú, expuso que “hacia el segundo semestre, la recuperación sería gradual, sin embargo, es factible que las cifras de PIB se mantengan en terreno negativo. Por tanto, esperamos que la actividad se contraiga un 4,7 % este año, aunque los riesgos apuntan a una disminución más profunda en medio de amplias medidas de distanciamiento social y una confianza históricamente baja”. Para el banco, la caída de la economía en el segundo semestre de 2020 sería de -5,5 %.

“Al igual que ocurrió durante el choque de 2014, mantener la demanda interna y buscar que otros renglones se conviertan en los generadores de la inversión que antes lideraba el sector petrolero, es fundamental para sostener el desempeño económico del país”.

Luis fernando mejía, director de fedesarrollo.


Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, comentó que la reactivación dependerá en buena medida del nivel de apertura que pueda lograrse en lo que resta de año. Sin embargo, dijo que a nivel regional esto no es un asunto sencillo: “Hay ciudades como Bogotá, Medellín y Cali que, por el volumen de su actividad económica y su densidad poblacional, podrían verse obligadas a anunciar nuevas medidas de aislamiento obligatorio ante un rebrote del virus, lo que afectaría negativamente la recuperación”.

Los precios del crudo empezaron el año por encima de US$50, sin embargo, han tenido altibajos en los últimos meses y podría terminar 2020 con un promedio de entre U$30 y US$40 según estimaciones preliminares de Ecopetrol. Este descenso terminará pasándole factura a las cuentas del país. Por ello, respecto a cuáles son los sectores económicos que están en capacidad de sostener al país en un contexto de mercado petrolero deteriorado, Mejía dijo que “al igual que ocurrió durante el choque de 2014, mantener la demanda interna y buscar que otros renglones se conviertan en los generadores de la inversión que antes lideraba el sector petrolero, es fundamental para sostener el desempeño económico del país”.

El director de Fedesarrollo agregó que el renglón de la construcción y el agropecuario tienen potencial para ello, pero para aprovechar las de este último habrá que profundizar la provisión de bienes públicos a nivel territorial, como vías terciarias y distritos de riego. Lo anterior, incrementará la productividad, el empleo y la vocación exportadora del agro.

Para Jalil de BTG Pactual, es necesario diversificar la canasta exportadora del país que compense la caída de los precios del crudo. “Los principales candidatos para este rol se encuentran en el sector agroindustrial”, añadió.

López de Corficolombiana aseguró que en el corto plazo las exportaciones agrícolas deben liderar el reemplazo de los despachos petroleros al exterior. “También tenemos unas oportunidades importantes en la industria sobre todo en bienes intermedios, creo que estamos lejos de pensar en producción de bienes de capital o incluso bienes finales de la industria manufacturera”, expuso.