Forbes entrevistó a Carlos Felipe Jaramillo, el recién nombrado del vicepresidente del Banco Mundial para América Latina.

Carlos Felipe Jaramillo es el colombiano que hoy tiene en sus manos la misión de inyectar en los próximos 15 meses millonarios recursos a 31 países de América Latina y el Caribe para ayudarlos a que no sucumban ante la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.

Jaramillo, quien lleva casi dos décadas en el Banco Mundial, recibió a Forbes a través de una videollamada en su casa en Nairobi, la capital de Kenia, donde ha vivido los últimos dos años. Hasta hace pocos días se desempeñaba como director del organismo multilateral para ese país, junto con Ruanda, Somalia y Uganda, en África.

El Banco Mundial le presta 700 millones de dólares a Colombia

Su posesión como vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe ocurrió el primero de julio a unos 12.500 kilómetros de distancia del gigantesco edificio gris de miles de ventanas de la sede del Banco Mundial en Washington, donde en este momento estaría “repensando el futuro”, como él mismo dice, y organizando los salvavidas para la región. Mientras tanto, lo está haciendo desde Nairobi, mediante videoconferencias, hasta que las autoridades también den la autorización de volver a volar.

Los fondos globales destinados por el Banco Mundial para atender la emergencia en el mundo ascienden a 160.000 millones de dólares y, si bien no se ha definido el porcentaje que irá para América Latina y el Caribe, se podría hablar de que serán cuantiosos porque, debido a que, en sus palabras, es una de las regiones más golpeadas por la pandemia y será una de las que la población que vive por debajo de la línea de la pobreza más crecerá. Este año, Colombia ha recibido del Banco Mundial US$1.250 millones más US$250 millones de financiamiento contingente, junto con otros préstamos de otros bancos multilaterales.

En un poco más de un mes, dice este economista, empezó a retomar su profundo conocimiento de la región que ahora tendrá a su cargo. En el pasado, ya había sido director en la misma región para el organismo. En Colombia, pasó como viceministro de Hacienda a finales de los 90, y tuvo responsabilidades en el Banco de la República y el Ministerio de Comercio.

Fue llamado para enfrentar la peor crisis de la historia reciente. Para ello, en el último mes volvió a estudiar y a empaparse de los indicadores y los datos que le pasa su equipo sobre el presente y lo que viene. “Es una catástrofe. El cálculo conservador es que van a caer más de 50 millones de latinoamericanos por debajo de la línea de pobreza. Con esto se borra gran parte de lo que se logró en los últimos 20 años de luchar contra la pobreza”, es su dictamen.

En sus cuentas, “la región venia reduciendo el número de pobres en cerca de 4 millones en promedio desde 2003. Entonces eso daría cerca de 60 millones desde esa época y con más de 50 que caerán por debajo de la línea de pobreza quiere decir que vamos a retroceder cerca de dos décadas. El número es el peor desde que tenemos buenas cifras que es desde el año 1901”. ¿En cuánto tiempo puede haber una recuperación? “Hay que confesar que no sabemos. Todo está ligado a la vacuna o al descubrimiento de un tratamiento que cure a la gente. No sabemos si esto va a durar tres meses, seis meses o más. El tiempo es un enorme interrogante”.

La respuesta de Latam ha sido desigual

A finales de junio, el Banco Mundial proyectó una caída histórica de 7,2 % del PIB de la región (4,9 en Colombia). Pero, dice, que, eventualmente, la afectación podría ser diferente (el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya lo ubicó sobre el 9 %). Lo concreto es que este año, la región tendrá la peor caída de su historia.

Jaramillo considera que la respuesta que se observa entre los países de América Latina ha sido desigual. Algunos casos se podrían asemejar a lo que se vivió este año en África, donde la crisis “cogió mal parados” a más de un país por no estar con una buena salud financiera y de ahorro. Este punto, dice, ha sido una de las lecciones que ha dejado el Covid-19 para los estados: siempre hay que estar preparados para afrontar las crisis que puedan llegar.

El términos generales, el crecimiento para América Latina no había sido positivo en la última década. “Hay que admitir que la región llegó mal parada a esta crisis. El crecimiento económico venía muy mal. En la última década, iba creciendo a una tasa anual de 0,6 % per cápita, la más baja en décadas”, explicó Jaramillo.

Hace un mapa rápido: “Algunos países como Brasil habrían enfrentado una recesión entre 2015-2016 y todavía no se habían vuelto a restablecer. Las cifras de deuda en general de la región venían aumentando, incluso incluyendo a Venezuela que es un caso especial. La deuda venía creciendo ya a niveles un poco preocupantes. Los únicos que salen bien parados son Chile, Perú y Colombia en diferentes grados porque venían manejando bien la parte macro y manteniendo ahorro y capacidad de endeudamiento para el futuro”.

En este contexto, su evaluación de Colombia es, sin embargo, positiva. “Sale como uno los países que ha manejado muy bien su economía en los últimos años. En su respuesta a la crisis, se ha destacado y ha mantenido el contagio en ciertos parámetros y ha trabajado para mantener los empleos, atender la salud y a la población vulnerable”, explica.

La reunión con los presidente de la región

Jaramillo, junto con representantes de otros organismos multilaterales, ya se reunieron a finales de junio con presidentes de la región, incluido Iván Duque, para escuchar sus demandas. En este encuentro, hubo varios consensos: que se necesitaban más recursos para enfrentar lo que viene de la pandemia y la necesidad del diseño de nuevos instrumentos para facilitar el acceso a los recursos, cuenta el colombiano.

Varios presidentes, además, manifestaron su preocupación sobre el rol de las calificadoras que podrían bajar los grados de inversión de las naciones cuando lo que se está viviendo es una crisis exógena muy fuerte. “Es un tema complejo: lo importante es que los países tengan planes sólidos para salir de la crisis. Ojalá planteen reformas serias, que le demuestren al mundo que no se dejan abrumar. Mientras tanto el Banco Mundial apoyará decididamente”, dijo Jaramillo al respecto.

Aunque dice que no se habló en esta reunión, el tema de alivios a la deuda está sobre la mesa en algunas regiones en el mundo. Al respecto, Jaramillo señaló que para ello hay que ayudar a los países más pobres del planeta, con ingreso per cápita muy bajo. No obstante, la situación de América Latina es diferente: “Este tema va a depender de la profundidad de la crisis y de si los países podrán tener acceso al mercado internacional. Hay países que han podido ir a los mercados y colocar bonos, Perú, Chile, Colombia y México, lo que demuestra que no estamos en la peor de la situación en el acceso de recursos. Para esos países va a ser muy difícil hablar de alivios a la deuda”.

La repartición de recursos del Banco Mundial

La recuperación de la región es quizás el principal desafío de Jaramillo y el Banco Mundial. ¿Cómo distribuirá los recursos para impulsar las economías? ¿Qué iniciativas apoyará y cuáles no? ¿Todos los países recibirán la misma atención? El experto considera que “el sector privado debe liderar la recuperación”, debido a que el público estará muy endeudado y con mucha presión.

En esto, el colombiano lo dibuja como un ajedrez. Si bien aún no se conocen las partidas por país y por región, va a depender de la demanda. Explica que habrá países que la tendrán más fácil para acceder a recursos alternativos que otros. Lo que sí tiene claro es cómo empezar a mover las palancas para la reactivación.

América Latina llega a 4 millones de casos y los contagios siguen en alza

Jaramillo aclara que cada país tiene unas necesidades, pero asegura que hay tres ejes fundamentales para trabajar en los próximos meses con todos. Uno de ellos, las iniciativas que generen empleo es fundamental. En Colombia, el desempleo de mayo ascendió al dato histórico del 24,1 % y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sitúa a la región con pérdidas de empleo por el orden de los 41 millones de personas.

Considera que otras estrategias están dirigidas con apoyos a través del sistema financiero a empresas y población vulnerable e inversiones en infraestructura para facilitar el comercio. Además, de aumentar la conectividad para el desarrollo de negocios en línea, la educación y la telemedicina, entre otros.

El economista insiste en que “hay que facilitarle la vida al sector privado” para impulsar la recuperación. Agrega que se debe pensar en “reformas que tienen que tener como mínimo repensar el esquema de la regulación del sector privado que, lamentablemente, en América Latina es muy complejo y pesado. Para tener una senda de crecimiento más dinámica se requiere un sistema de regulación que abra mucho más espacio a la iniciativa privada, que rompan nichos y que se abra mucho a las ideas”.

Punto seguido, Jaramillo respondió sobre qué le parecía las iniciativas que presentan los gremios de empresarios en Colombia y otros países para la flexibilización laboral, con el fin de darle un impulso al empleo.

“Hay barreras estructurales, algunas están ligadas a los marcos regulatorios laborales, que seguramente hay que revisar. Pero muchas están ligadas a que tenemos esquemas de regulación de la actividad privada que desalientan la inversión y la inversión extranjera. Yo revisaría esa parte con prioridad”, señaló el directivo colombiano.

Jaramillo también dio su lectura sobre algunas iniciativas para impulsar reformas tributarias en la región con el argumento de que serían necesarias para amortiguar el alto endeudamiento. Por ejemplo, en Colombia se espera un hueco fiscal de $83 billones, el más profundo desde que se implementó la regla fiscal (2012).

Las reformas necesarias

“Sobre las reformas tributarias. No cabe duda de que la situación fiscal de todos los países de la región en seis meses y un año va a ser peor a la que teníamos a la entrada de esta crisis. Pero esto es apropiado y es natural. Cuando viene una gran crisis, sabemos que la mejor respuesta es ayudarle a la gente con programas y estímulos fiscales. Lo importante es que ese dinero esté bien gastado para proteger y poder salir de la crisis con menores cicatrices. Pero, indudablemente, la tarea gorda no para ahora, sino para el futuro… Ya hay países que nos están diciendo que quieren empezar a hacer reformas tributarias y yo creo que no es el momento más conveniente”, explicó Jaramillo.

Para el directivo, “primero hay que salir del peor momento de la pandemia, empezar la recuperación y ya cuando estemos al otro lado, cuando ya las economías estén renaciendo y el empleo volviendo a niveles buenos, yo creo que ahí hay que volver a fortalecer la parte fiscal”, señaló.

Sobre este mismo punto, agregó que la receta para recuperar las finanzas de los estados es bien sabida: “Para fortalecer la parte fiscal hay que recortar gastos, creo que todavía hay márgenes en muchos países, hay ineficiencia en el gasto, hay proyectos que no fueron bien seleccionados. Es necesario el muy buen manejo del endeudamiento”, dijo.

A partir de este momento, este colombiano va a tener en sus manos buena parte de los recursos para que la región vuelva a florecer.

“Creo que esta es una oportunidad para no volver al statu quo de hace seis meses o un año porque no era un buen statu quo. Entonces hay que repensar por qué las economías estaban creciendo tan poco, por qué los niveles de pobreza estaban estancados y yo creo que es el momento de pensar de manera más atrevida. Eso va a requerir reformas. Cómo hacer las cosas diferentes. Cada país tiene una receta diferente”, concluyó.