En Atlántico se idearon una ruta gastronómica que vende platos autóctonos de la región en canales digitales y que aporta alivios económicos a poblaciones fuertemente golpeadas por la pandemia del COVID-19.
En Luruaco, una pequeña población del departamento del Atlántico que no supera los 30.000 habitantes, viven las más célebres cocineras de uno de los atractivos gastronómicos del Caribe Colombiano, que en ese mismo lugar cada año tiene un festival: la arepa de huevo.
Amalfi Soto, que lleva más de 30 de sus 51 años produciendo arepas de huevo, mezcladas con chicharrón, embutidos, pollo, queso mozzarella y champiñón, heredó el talento de su madre y es una de las matronas que estaban preocupadas por la imposibilidad de llevar a cabo el festival este año por la pandemia, pero que en el pasado fin de semana vieron la luz al vender más de 8.500 arepas, con ventas de $30 millones. “El último día hicimos 2.500 arepas, yo veía esa cantidad de huevo y me preguntaba si lo podríamos lograr, pero lo hicimos”, dice.
En la casa de Mileidis Coronado, otra de las matronas, sus hijos y sus nietos se sostienen de hacer arepas, que más que un oficio, la considera una tradición que aprendió de su madre Brunilda Redondo y de su abuela Margot Palma, que fueron de las primeras matronas de Luruaco que se dedicaron a la preparación del plato.
“El primer trabajo que desapareció con la pandemia fue este”, recuerda Coronado, porque la venta se sostiene con el tráfico de turistas que se esfumó. Anota que digitalizar el festival, “no fue un proceso fácil ya que antes de hacer la producción tuvimos que hacernos el examen de Covid-19 y muchas le teníamos pavor, pero fue muy responsable de nuestra parte, para cumplir con todas las medidas de bioseguridad”.

Ese es uno de los festivales que hace parte de ‘Sazón Atlántico’, la iniciativa que a partir del distanciamiento social, decidió organizar el envío de productos autóctonos a los hogares de Barranquilla y su área metropolitana, atendiendo pedidos por medio de Rappi y Whatsapp. “Uno de los eventos más significativos de la cultura del Atlántico es la ruta de festivales gastronómicos, que tradicionalmente se realiza a mediados de año”, le dijo a Forbes la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera. “Nos reinventamos para continuar apoyando los oficios de nuestros hacedores”.
El country manager de Rappi para Colombia, Matías Laks, señala que esta es una forma de cómo la tecnología mejora la calidad de vida de las personas. “Nos sentimos muy orgullosos de llevar a las personas el Festival de la Arepa de Huevo, y entregar en miles de casas este producto tan icónico de la gastronomía atlanticense. Esto no solo lleva un sabor familiar a la comunidad, sino que apoya a cientos de comercios para tener ingresos que les permitan continuar desarrollando sus empresas”.
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La receta de una arepa y un huevo no es la única que ha estado siendo demandada en canales digitales. Todo comenzó semanas antes con el Festival del Pastel, un relleno de arroz (con cerdo, pollo o mixto), envuelto en hoja de bijao, que tiene como epicentro a Pital de Megua, un corregimiento del municipio de Baranoa. Por primera vez, debido al éxito, el festival se extendió por dos fines de semana; en el primero vendieron 8.500 y en el segundo 10.500. La ruta seguirá en agosto con el Festival del Bollo, en Ponedera y el Festival de la Guayaba, en Palmar de Varela.
“La meta de ‘Sazón Atlántico’ es movilizar alrededor de $250 millones (unos US$67.000 dólares), que serán un gran alivio para las diferentes familias del Atlántico que viven de la cocina tradicional, un oficio que hace parte de nuestro patrimonio gastronómico”, dice Noguera. “En los dos primeros festivales hemos alcanzado $125 millones, así que estamos muy cerca de ese objetivo, gracias al apoyo de barranquilleros y atlanticenses”.

La ruta fue diseñada con los representantes de los festivales, alcaldes municipales y miembros de gabinete, que establecieron alianzas con Rappi, Sabor Barranquilla, Fundación Gases del Caribe, ProBarranquilla, La Vianda, Promigas, Sena Atlántico y Grupo Colba.
Se organizaron preventas por Whatsapp y por Rappi, que puso a su disposición su plataforma de domicilios y su logística para el despacho de los productos, sin fines lucrativos; los gastos fueron administrativos y asumidos por Gobernación.
“Así garantizamos que la platica de las ventas llegue directamente al bolsillo de las matronas”, comenta la gobernadora del Atlántico. De hecho, tradicionalmente los festivales se realizan simultáneamente durante los puentes festivos de mitad de año, pero armaron la ruta para que cada evento tuviera su protagonismo.
Para cada festival, la iniciativa cuenta con un personal logístico con experiencia, que acompaña a las matronas desde la preparación de los alimentos, empaque y domicilio hasta los hogares de los consumidores.

En el caso del Festival del Pastel, las cocineras contaron con una “cocina biosegura” con las medidas sanitarias. Según las autoridades, previo a su ingreso al punto, era obligatorio la toma de temperatura, lavado de manos, uso permanente de tapabocas y otros utensilios de aseo, como guantes, gorro y delantal. Una vez elaborados los pasteles, por turnos de trabajo para garantizar el distanciamiento social, los productos eran trasladados por el equipo de la Cruz Roja Seccional Atlántico hasta la cocina instalada en Barranquilla, donde eran empacados y despachados. “Quiero destacar que toda la papelería de empaque de este proyecto es amigable con el medio ambiente y garantiza la frescura del producto”, refiere Noguera.
En el caso de la arepa de huevo, llevaron hasta Barranquilla a un grupo representativo de matronas, que prepararon sus arepas en la cocina biosegura con la supervisión del equipo del Sena, encabezado por el chef Franco Donado.
En ambos casos y en los siguientes, la estrategia de promoción integra a medios de comunicación, medios comunitarios y redes sociales, exaltando, además de los productos, las manifestaciones que enriquecen el patrimonio gastronómico del Caribe colombiano.
“Durante cada festival vemos historias de nuestras matronas, material informativo de sus tradiciones, una agenda cultural complementaria con sus manifestaciones y el apoyo de influenciadores, que nos ayudan a multiplicar el mensaje de la iniciativa”, explica la gobernadora del Atlántico.
Para Noguera, un de las grandes enseñanzas que deja esta iniciativa es que los ciudadanos están cada vez más conectados con la gastronomía. “Siempre he dicho que las crisis nos dejan oportunidades, y esta ha sido una vitrina muy importante para mostrarle al mundo de qué están hechas nuestras matronas: mujeres trabajadoras, apasionadas y portadoras de una tradición que vale oro”.
Durante la pandemia, continuarán con este ejercicio, con la “esperanza” poder seguirlo haciendo durante los próximos años, según concreta Noguera. “Muchos barranquilleros y atlanticenses nos han pedido que sigamos llevando nuestros productos a través de plataformas digitales”.