En el deporte, en la vida, en la empresa, ¿vale más la intuición o el análisis? El análisis de datos empieza a tomar fuerza en el mundo deportivo.
Se ha hablado una y otra vez de las diferencias en las funciones del hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo del cerebro. En líneas generales el hemisferio izquierdo es el racional: dominante en el lenguaje, los cálculos lógicos y matemáticos. Y además es quien extrae la data de la memoria.
Por su parte, el hemisferio derecho es el intuitivo, el emocional, es el encargado de las habilidades espaciales, el reconocimiento facial y procesamiento de la música. Es quien ayuda a comprender las imágenes y les da sentido. Y muy importante, es quien interpreta el contexto y el tono de una persona. Esta teoría hasta aquí la hemos oído cientos de veces. Surge entonces un cuestionamiento muy interesante: ¿podríamos trazar esta misma raya y dividir la pasión? ¿Existe una pasión racional y una emocional?
Lea también: Esports: todo lo que hay que saber sobre la reingeniería deportiva
Con esta teoría se nos hace muy sencillo explicar los distintos comportamientos de los consumidores, y sobre todo es una manera maravillosa de entender al consumidor del deporte: sus motivaciones, detonantes, necesidades y desafíos.
En el deporte profesional se da una maravillosa combinación entre la pasión y la razón, dentro y fuera de la cancha, entre lo que queremos que sea y lo que es, entre el resultado y el sueño. El deporte es un ente regulado y organizado, con autoridades a nivel mundial y normativas internacionales; órganos rectores y calendarios establecidos. A su vez cada deporte tiene su tiempo, su reglamento, su modo de calificación y puntaje, sus penalidades y sanciones, sus clasificaciones y jerarquías.
Y, a pesar de eso lo que lo hace cercano, humano y entrañable es su capacidad para mantenerse impredecible, para acudir a la nostalgia y al recuerdo, para generar comunidad y empatía, y para despertar las pasiones más viscerales y animales, tanto en la victoria como en la derrota. Lo racional en el deporte nos impone un comportamiento colectivo, lo emocional nos lleva a la experiencia personal y la sorpresa del juego.
En el deporte, en la vida, en la empresa, ¿vale más la intuición o el análisis? Los mapas de calor, los estudios estadísticos de los jugadores en un campo de juego, la metodología, ¿están por encima de un regate, una chilena en el último minuto, un tiro de media distancia casi sin aliento? ¿Acaso puede la data determinar el éxito? No lo creo. ¿La mera inspiración? tampoco. La respuesta, como en casi todos los aspectos de la vida diaria, es el equilibrio.
Lea también: ¿Sin público en los estadios hay negocio?
Así como la big data ha revolucionado la toma de decisiones en las compañías, la compra de pauta en medios de comunicación, el análisis del comportamiento de los usuarios, el enfoque del mercadeo digital, y la forma de vender y de comunicarnos, también se ha vuelto un aspecto imprescindible dentro del funcionamiento de los grandes equipos de fútbol del mundo.
El equipo revelación del fútbol europeo esta temporada, que ha sobresalido y ganado adeptos de todas las nacionalidades por su increíble campaña, jugando sin complejos y derrotando a quien se les ha puesto por delante es el Atalanta de la Serie A, donde además son figuras los colombianos Duván Zapata y Luis Muriel.
En entrevista con Analitica Sports el Sport Scientist del club Andrea Ríboli explicó el rol que en un equipo como el de la ciudad de Bérgamo tiene el análisis de los datos: “El fútbol como cualquier otro deporte necesita determinar valores objetivos para obtener un mejor entendimiento de lo sucede durante un partido. Sobre esa base, tanto los entrenadores como los sports scientists, pueden determinar los perfiles fisiológicos y cinemáticos de cada jugador y planear entrenamientos específicos para cada uno.
Adicionalmente, el uso de datos permite acumular información que puede utilizarse en proyectos de mediano y largo plazo, esos proyectos son los que permiten investigaciones más complejas y hacen crecer el conocimiento tanto del club como del staff técnico acerca de los recursos que poseen”. Tras esto, una asistencia mágica del “Papu” Gómez, un potente golazo del gran Duván Zapata, un regate de Muriel, o una talentosa asociación del joven revelación Malinovksyi se podría decir que es la combinación perfecta.
Lea también: ¿Algún día seremos los dueños de la fiesta?
Entonces, ¿qué debe primar en el deporte? ¿En la empresa? ¿En la toma de decisiones diarias? La pasión o la razón. Las marcas cuentan historias, los deportistas las amplifican. El deporte tiene un propósito determinado, las personas también (o están en busca de este). Los negocios necesitan resultados, los deportistas viven de ellos. Sin duda, el ser humano es completo porque tiene la combinación de las dos, la convergencia de los dos enfoques y la capacidad de elegir. Y de eso, precisamente, se trata el juego.
Contacto
LinkedIn: Carolina Jaramillo Seligmann
Twitter: @carosports
Instagram: @scoresportsmkt
*La autora es fundadora de Score Sports, compañía consultora de marketing deportivo.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.