China tiene cada vez más peso en Colombia y Colombia tendrá que tomar difíciles decisiones en el manejo de la relación que desde 40 años se tiene con la nación asiática.
Colombia está conmemorando cuatro décadas de relaciones bilaterales con China, con el máximo furor de intercambio en sectores como infraestructura y tecnología, pero en el marco del cada vez más complejo entorno de guerra comercial global que se está viviendo.
Hace unas semanas, cuando la ministra de las TIC Karen Abudinen anunciaba los primeros pilotos de 5G en el país junto a Telefónica y Huawei, la Embajada de Estados Unidos en Bogotá envió mensajes al Gobierno colombiano diciendo que el proceso de construcción de redes 5G no deberían ceder el control de su infraestructura a gigantes tecnológicos chinos como Huawei y ZTE porque esto “podría permitirle al Partido Comunista Chino acceso a información privada”.
Ante esto, Blanca Zhou, secretaria general en Huawei Colombia dijo a Forbes en la más reciente edición de la revista Forbes Colombia, que Huawei es una empresa privada, propiedad de sus empleados en su totalidad que ha encontrado en la investigación y el desarrollo “su fuente fundamental para construir y colaborar”, en sociedades que desean prosperar.
La tormenta política causada por la nueva ley de seguridad para Hong Kong, las preocupaciones de ciberseguridad y la disparada de aranceles desde y hacia China, ponen a Colombia en una encrucijada, al ser Estados Unidos su mayor socio político y comercial.
Pero Michael McAdoo, socio de The Boston Consulting Group que atiende asuntos de comercio global, dice que más allá de Donald Trump, las tensiones geopolíticas han estado desde hace mucho tiempo en el comercio internacional en una dinámica de poderes en el mundo, con un riesgo que es que Estados Unidos está pidiendo a sus aliados que se alineen con sus políticas. “Es complicado para Colombia, pero no están solos, hay muchos países en la misma situación en Europa, en el sureste de Asia y el mismo Japón”.
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En todo caso, la conexión entre China y Colombia es imparable a la medida que proyectos como el Metro de Bogotá y la mina Buriticá, dan cuenta de lo robustecida y dependiente que se ha vuelto esta relación.
Sobre la pandemia del Covid-19, el embajador de China en Colombia Lan Hu, dice que “es una gran pérdida muy dolorosa” y que están trabajando en cooperación internacional para “resolver estigmatizaciones y salvar vidas”.
“Hemos usado parte de nuestro presupuesto de la embajada para donaciones a las personas más necesitadas, ayudando a los hermanos colombianos a luchar por esta pandemia”, dice Lan. De China han llegado donaciones por US$1,5 millones a Colombia.
La relación bilateral entre China y Colombia llegó a un pico el año pasado, con un récord de US$15.000 millones en el comercio internacional y este año, a pesar del descenso de la pandemia, va por encima de los US$5.000 millones, anota Xu Wei, consejero político de la Embajada de China en Colombia. “Tenemos muchas diferencias de ideología y de cultura, por eso se necesita un entendimiento mutuo, en lo que trabajamos mucho”.
Hace diez años, esta nación asiática no aparecía entre los principales 10 socios comerciales de Colombia, pero ahora ocupa el segundo asiento, solo por debajo de Estados Unidos.
Para David Castrillón, profesor e investigador experto en asuntos de China de la Universidad Externado de Colombia, este es el efecto del giro de la política china hacia la región, desde 2008, cuando fueron sede de los Juegos Olímpicos, publicaron su primer ‘White Paper’ para América Latina y aprobaron un paquete fiscal de trillones de dólares que ha impulsado la inversión en infraestructura y una mayor demanda de insumos de la región.
La relación con Colombia, que antes se basaba en carbón y ferroníquel, se diversificó después de las visitas de los expresidentes Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos y del presidente Iván Duque, con firmas de importantes acuerdos que ayudaron a impulsar la relación.
Castrillón es optimista por las necesidades de financiación que hay en proyectos de infraestructura, que China está dispuesta a suplir; por el vacío que Estados Unidos ha dejado en áreas de importancia y por el interés de Colombia en temas que China ha venido trabajando, como las energías renovables.
“Una vez pasada la pandemia se verá incrementado el turismo de China hacia Colombia y cada vez más en Colombia se profundizan lazos culturales, con telenovelas, con aplicaciones como TikTok y Didi, hay toda una generación de Colombianos que están viendo la oportunidad de estudiar en China, todo eso causa mucho optimismo”, dijo Castrillón a Forbes.
Michael McAdoo de The Boston Consulting Group considera que China va a buscar diversificar sus fuentes de importaciones para no depender de Estados Unidos y que a la medida que hay compañías que están sacando a China de su cadena de abastecimiento, pueden ver a Colombia como una de esas nuevas regiones en donde poner la inversión. “Cualquier país tiene que sincronizar su política comercial, industrial y de inversión. Si un país como India o Nigeria quieren proteger su industria doméstico, pero a la vez quieren ser plataformas mundiales de exportación, es poco compatible las dos cosas a la vez, es cuestión de abrir el mercado para tener competitividad y ser base para la exportación”.