Dado que las mujeres son las que trabajan menos tiempo completo, en principio el mecanismo va a beneficiar más que proporcionalmente al segmento femenino, dicen algunas expertas. Sin embargo, ven riesgos en dicha figura y ajustes que se podrían contemplar.
A través del decreto 1174 el 27 de agosto quedó reglamentada la figura del piso de protección social, la cual crea un mecanismo de ahorro y protección para la vejez para aquellos que no alcancen a recibir un salario mínimo mensual como ingreso debido a que trabajan tiempo parcial, dato que en Colombia ascendería a los 9 millones de personas, de acuerdo con el Ministerio de Trabajo.
La norma ha tenido voces en contra, entre las que están las de las centrales obreras y las confederaciones de pensionados del país que indican que dicho mecanismo es una reforma laboral que atenta contra los derechos de los trabajadores, razón por la que demandarán el decreto y convocaron a una manifestación la otra semana.
Sobre ello, el presidente, Iván Duque, ha dicho que el mecanismo “no es reforma laboral ni pensional. Tampoco desmejora condiciones de los trabajadores formales y no promueve una nueva forma de contratación; es solucionar una desigualdad histórica de colombianos que no tienen una protección para la vejez”.
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Pese a dicho debate, dadas las particularidades de la figura que busca brindarle un mínimo de garantías en seguridad social a las personas sin capacidad de pago por su trabajo tiempo parcial, mediante la afiliación a salud subsidiada, la vinculación a los Beneficios Económicos Periódicos (Beps) y un seguro, Forbes consultó a expertos en la materia para saber cuáles podrían ser los efectos de dicha medida en las mujeres.
Lo anterior, dado que estas suelen requerir mayor flexibilidad al momento de trabajar para poder ejercer tareas de cuidado del hogar, entre otras, lo cual termina afectándolas y haciendo que se queden en la mayoría de casos por fuera de la formalidad, entendida en gran medida como cotización a seguridad social.
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Impacto en la población femenina
Según explicó María del Pilar López, docente e investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, dado que las mujeres son las que trabajan menos tiempo completo, en principio el piso de protección social va a beneficiar más que proporcionalmente al segmento femenino, como por ejemplo a aquellas que trabajan en servicios domésticos.
Para López, dicho mecanismo intenta atacar la desprotección, uno de los factores que determinan las brechas de género. En sus palabras, esta brecha se da principalmente por tres problemas: exclusión social, menor acceso a distintos recursos; vulnerabilidad, al tener mayores responsabilidades como la economía del cuidado y, por último, la ya citada desprotección, que se traduce en menor acceso de las mujeres a la protección social desde la perspectiva del mercado laboral.
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Desde el punto de vista de Cristina Fernández, investigadora de Fedesarrollo, “sin duda este mecanismo es beneficioso para las mujeres. No sólo porque facilita la flexibilidad sino también porque beneficia a quienes ganan menos de un salario mínimo, que en su mayoría son mujeres”.
En contraste con lo mencionado, Maribel Castillo, directora del programa de Economía de la Javeriana Cali, aseguró que el piso de protección social podría, por ejemplo, terminar impactando negativamente a las mujeres en el servicio doméstico, uno de los renglones más afectados por la pandemia.
Para ella queda la duda de que aunque “el Gobierno habla de que no se cambian las relaciones laborales, dado que ya se perdieron muchos puestos de trabajo en dicho sector, ¿al volver a engancharse sería bajo esa modalidad?”; de ser así, podrían verse desprotegidas bajo las nuevas condiciones.
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Castillo añadió que “según el Dane más del 90% de los que ganan menos de un mínimo son informales y casi el 80% aseguran ser independientes, entonces el aporte del 15% recaería más sobre el trabajador y no sobre el empleador como se pretende mostrar”.
Para Jorge Llano, vicepresidente Técnico de Asofondos, aunque es positivo que dicha medida reconoce que hay un gran número de personas en el país que ganan menos de un salario mínimo y busca brindarles una solución, lo que más aportaría a la flexibilidad laboral que necesitan las mujeres, que por ende apoyaría su formalización, sería permitir la cotización al sistema pensional por horas.
Propuestas de mejora
Para Mauricio Olivera, expresidente de Colpensiones y director de Econometría, el piso de protección social es una política para todos los trabajadores tanto hombres como mujeres. Aunque debe haber políticas que mejoren el mercado laboral pensando en todos, “creo que en el tema de desempleo femenino que es uno estructural, se deben estudiar políticas de empleo diferenciales para mujeres, más allá del piso de protección social que es general”.
Olivera añadió que en una reforma laboral, se puede buscar ‘feminizar’ las leyes laborales, ejemplo, tener horarios flexibles para mujeres con el fin de que puedan cumplir sus labores de cuidado y otras, aunque es complejo para algunas industrias, se podría revisar. La otra línea que debería revisarse está relacionado a una remuneración por la economía del cuidado, dijo.
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“En la reforma pensional se ha pensado mucho que, por ejemplo, por cada hijo que tenga la mujer (…) tal vez se podría crear un subsidio por las semanas que no trabajó para que se cotice en pensiones. Es pensar en políticas con enfoque de género”, resaltó Olivera.
Por su parte, Llano, vicepresidente Técnico de Asofondos, resaltó que aunque el piso de protección social le da una opción a quienes ganan menos de un salario mínimo mensual para poder acceder a seguridad social, el mecanismo de los Beps mediante el cual se vinculan a un ahorro para la vejez no es el más adecuado para el objetivo final que es que la gente tenga un mayor ingreso en esa etapa de la vida.
En línea con lo que ya había mencionado, Llano reiteró que sería mucho más óptimo que dicha población pudiera cotizar al sistema formal de pensiones mientras se les permita hacerlo mediante la cotización por horas, la cual podría realizarse a través del régimen de ahorro individual con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) o el régimen de prima media con Colpensiones. Lo anterior, porque estos podrían ofrecerle mayores beneficios que con los Beps.
Pros y contras del piso de protección social
Para Fernández, la experta de Fedesarrollo, entre las ventajas está que beneficia a cerca de 9 millones de trabajadores que ganan menos de un salario mínimo y no tienen posibilidades de acceder a los beneficios de seguridad social, a no ser que lo hagan sobre una base muy superior a su ingreso; aumenta la protección para la vejez de estos trabajadores; flexibiliza el mercado de empleo formal, lo que facilita la creación de nuevos trabajos, entre otros.
En línea con lo anterior, López, docente de Los Andes, expresó que “es una ley que va a reducir en principio la informalidad laboral porque va a empezar a vincular a las personas a protección social”. Sin embargo, los contras es que puede tener incentivos malos porque “va a existir el riesgo de que los empleadores opten por este mecanismo para reducir el tiempo que trabajan sus empleados disminuyendo sus costos y aportes a seguridad social. Se corre el riesgo de precarizar el trabajo formal”.
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De acuerdo con Fernández, “si bien puede generar arbitraje, no es cierto que toda la fuerza laboral se va a volcar sobre el trabajo de tiempo parcial. Ese era el miedo cuando se creó la cotización por semanas y el arbitraje ha sido muy limitado. Lo que se está creando es la posibilidad de cotizar, la posibilidad de trabajar por horas ha existido toda la vida, lo que pasa es que ahora existe la posibilidad de hacerlo de manera formal”.
Por último, Olivera dijo que en principio la idea de crear el piso de protección social es buena porque busca cubrir a los que tienen empleo parcial y ganan menos de un mínimo. Pero agregó que “es necesario aceptar que hay diferentes formas de trabajo, pocos trabajan de 8 a 6 con un ingreso fijo y estable en la oficina y menos ahora con la economía colaborativa (…) Creo que es necesario que en la siguiente reforma laboral las normas busquen ir en línea con los nuevos trabajos”, aseguró.