El reto de los clubes de fútbol es diversificar su portafolio para poder sobrevivir, dice en su columna Carolina Jaramillo.
Bien lo dice el famoso refrán “no se deben poner todos los huevos en la misma canasta”, que resalta la importancia de diversificar el portafolio, es decir, no concentrar todas las apuestas, los ingresos, las inversiones y las fuentes de financiación en un solo sector o en unos pocos sectores. Esto aplica hoy más que nunca para los clubes del fútbol colombiano, sobre todo cuando hay una realidad indiscutible y es que “Veinticinco de los 36 equipos que componen la A y la B no son hoy sujetos de créditos”, así tal cual lo indicó el presidente de la Dimayor en la reciente edición de Charlas Forbes. ¿Qué pasa cuando la máquina se para 6 meses? Creo que muchos hoy acuden a la sabiduría popular y recuerdan el famoso dicho.
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Esta profunda crisis en la que están los equipos del país se puede entender de manera muy clara al ver los datos registrados en el último ranking de ingresos de los clubes del Fútbol Profesional Colombiano, publicado por la Superintendencia de Sociedades. La primera fuente de ingresos proviene de los derechos deportivos con el 26,1%, lo que indica que son aún muy dependientes de las transferencias y la venta de jugadores, razón por la que muchos jugadores viajan a ligas menores o equipos internacionales sin mucha proyección, por la necesidad de que dejen el mercado colombiano (que no puede competir con sueldos del exterior) y de paso ingresen unos buenos dólares a las arcas de los clubes. El segundo escalón lo ocupa los derechos de televisión (19,3%), que es un enredo aún mayor, si consideramos que estas son cifras de 2018 y 2019 cuando la transmisión de los partidos era por TV abierta y no a través exclusivamente del Canal Premium, que por razones obvias de alcance tiene unos ratings mucho menores. Y si a eso se le suma la promesa de los millones de los derechos internacionales que dejó Vélez en el aire… la cosa se pone más complicada.
Sigamos, el tercer ítem con el 16,7% es para la taquilla en los estadios. Dos cosas hay que tener en cuenta acá, una que en 2019 los estadios en Colombia tuvieron una ocupación media del 30%, y dos, que el regreso de los hinchas a las tribunas aún sigue siendo una total incógnita, y por lo menos un hecho ya completamente imposible en este 2020. Es decir, este renglón podemos dejarlo en blanco en el estudio del próximo año.
Luego comienzan a aparecer los otros ingresos en los que creo hoy deben centrarse los clubes para salir adelante, estos son: patrocinios, venta de merchandising y eventos o activaciones. Más o menos la sumatoria de estos tres renglones dan como resultado el 26,5% de los ingresos en Colombia cuando en Europa el promedio está por el 36%. Con todo esto, desde cualquier punto de vista es necesaria una restructuración de los modelos de ingresos de los clubes, algunas conclusiones serían: primero, es indispensable fortalecer las plataformas de patrocinios, activación, alianzas, licencias e eCommerce, así como ampliar las oportunidades para las marcas a través de los distintos activos de los clubes; segundo, es necesario fortalecer el ecosistema digital y la capacidad de monetización de éste, ya no solo basta con tener seguidores y data, sino que hay que encontrar la manera de convertirlos en números en la cuenta bancaria; y tercero, es clave y de manera continua enfocarse en construir fuentes de ingresos alternativas como lo pueden ser los eSports, que se han convertido en un salvavidas en medio del Covid-19 o el fútbol femenino, que en el mundo entero ha abierto una nueva puerta de oportunidades comerciales con un componente, no menor, de inclusión y responsabilidad social.
Señores del fútbol, el 2020 va al fondo de la canasta y ya hay que empezar a actuar (y sacar la cabeza) fuera de ella.