Entre los desafíos recientes del país está no llegar de último en la obtención del antídoto, además, minimizar los riesgos de pérdidas de recursos -que no le sobran- en el camino a la financiación de la vacuna.

Si los años se pudieran clasificar por nombre y apellido, un gran candidato para acompañar el 2020 sería incertidumbre. Esta ha inundado los mercados, los países y las personas desde inicios de año y como un virus, parece ir mutando o evolucionando, tanto así que se podría decir que una nueva versión de esta tiene que ver con una palabra que podría tener un sinónimo de esperanza, pero que en realidad es: vacuna.

Las preocupaciones de los gobiernos han ido avanzando hacia la obtención del antídoto contra el coronavirus que podría traer todo a la normalidad de nuevo, luego de unos meses muy difíciles. Colombia no ha sido ajena a esta carrera, pero no al nivel protagónico de los países ricos que tienen la opción de apostar suficientes recursos a diversas candidatas de vacunas para que cuando alguna de estas se encuentre lista su población sea de las primeras en acceder a ellas.

A Colombia, país de ingreso medio, le ha tocado correr, haciendo un poco más conservadoras sus movidas.

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Los retos fiscales

Antes de entrar en detalles de la vacuna, vale poner de contexto que la pandemia cogió al país con unas métricas fiscales ya retadoras, lo cual podría hacer más desafiante la carrera por la obtención del antídoto contra el coronavirus.

Por citar algunas cifras históricas que verá Colombia por la crisis: el déficit fiscal para 2020 se elevaría a niveles de 8,2 % del PIB (un poco más de $80 billones) debido al aumento del gasto y la caída en los ingresos -déficit más alto desde que se creó la Regla Fiscal en 2012- y la deuda del Gobierno Nacional Central se elevaría a 65,6 % como proporción del PIB, niveles nunca registrados.

Sí, el panorama es complejo, pero no debería limitar las acciones del Ejecutivo para obtener el antídoto dado los daños sociales y económicos que ha dejado el coronavirus durante su estadía en el país. Pero, entonces ¿Colombia debe ser conservadora en los recursos que destine hacia la obtención de la vacuna? Expertos consultados por Forbes aseguran que, sin duda, no.

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Las razones que expone Luis Carlos Reyes, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, es que “las pérdidas económicas en este momento por las restricciones para que la gente se cuide y prevenga el contagio son altísimas”. Ante esto, complementa diciendo que “las estimaciones de caída el PIB, incluso las que ahora parecen conservadoras, en las del Fondo Monetario Internacional (FMI) estamos hablando del -7% si nos va bien este año; es decir, son costos de más de $70 billones por estar sin vacuna”.

Por ello, Reyes asegura que “lo que destinemos a la vacuna va a ser una buena inversión. No hay ninguna estimación del costo de esta que siquiera se acerque a las pérdidas que estamos experimentando por no tenerla”. Ahora bien, sí hay que ser prudente con los recursos “y no gastar más de lo que toca gastar, pero sin duda alguna, el Gobierno debería asignar todos los recursos para que la población esté vacunada lo más pronto posible”, concluye Reyes.

Desde la visión de María Angélica Arbeláez, investigadora de Fedesarrollo, es cierto que el país tiene restricciones presupuestales, “pues se estima que su deuda podría acercarse al 70 % del PIB el próximo año, pero a mi juicio no debe ser conservador en destinar recursos para la obtención del antídoto. De hecho, tenerlo disponible puede ahorrar muchos recursos hacia el futuro destinados a temas de salud”.

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Para la experta, “es un costo hoy, pero ahorrará sin duda recursos monetarios y humanos en el futuro. A Colombia, siendo un país de ingreso medio alto, no le van a ayudar a obtenerla como lo harán con los de bajos ingresos (…) El país está vinculado a la estrategia Covax liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) pero es importante hacer también alianzas regionales y destinar los recursos que sean necesarios para tener acceso a la vacuna inmediatamente esté disponible”.

La estrategia para el juego

El 11 de agosto en un debate de control político en el Congreso, Fernando Ruiz, ministro de Salud, dio a conocer algunas particularidades del plan que tiene el Gobierno para adquirir la futura vacuna contra el coronavirus. Sobre la estrategia planteada, Forbes le preguntó a esa cartera sobre más detalles, pero, al cierre de esta edición, esta revista no recibió más información.

En el Congreso, Ruiz primero señaló que, en total, hay 23 vacunas de covid-19 en ensayos clínicos en todo el mundo y otras 140 en desarrollo en etapas tempranas donde más de 40 países y donantes se han comprometido a ayudar al desarrollo de un antídoto.

Para Colombia, la ruta de acceso a una vacuna tiene 7 pasos: definición de la política pública; planeación operativa; adquisición; distribución; aplicación del biológico; seguimiento y evaluación; y apoyo tecnológico para administración de las compras del antídoto, por ejemplo. Esto, de acuerdo con el ministro.

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En detalle, Ruiz explicó que en la estrategia de vacunación contra la covid que tiene el país el objetivo es lograr acceso a vacunas seguras y eficaces lo más temprano posible, al menor costo que se pueda y para el mayor número de población.

De este gran objetivo desagregó tres específicos: inmunizar a las personas de alto riesgo (al sector salud, mayores de 60 años y quienes tengan enfermedades crónicas); inmunizar a la población económicamente activa para impulsar la reactivación y, por último, mitigar el riesgo de un nuevo brote epidémico logrando inmunidad de rebaño.

“Todo depende de que las vacunas estén. Hay 8 que están en la fase 3 y, si se demuestra que funcionan en octubre o noviembre, en el mejor de los casos uno podría plantear que la vacuna podría llegar en el primer trimestre de 2021”.

Carlos ÁLVAREZ,
Infectólogo de la Nacional y Coordinador Nacional sobre estudios covid-19 ante la OMS

Entonces, ¿a qué se refiere el ministro cuando habla de la inmunidad de rebaño? Básicamente, esto se produce cuando la proporción de la población susceptible es lo suficientemente baja para que no haya un rebrote. Lo anterior se logra cuando se vacuna a una parte muy importante de la población, explicó Ruiz en el Congreso al agregar que los epidemiólogos calculan que para la covid-19, el 60% de la población necesita ser inmune al virus para lograr dicha inmunidad.

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Así las cosas, hasta inicios de agosto, en el plan del Minsalud se planteaba vacunar a 29,8 millones de personas; es decir, casi que el 60% de la población total nacional. Este total se dividiría en un primer grupo -el de alto riesgo- que totalizaría 6,8 millones de personas entre las cuales se incluirían 3,38 millones con comorbilidades, 3 millones mayores de 60 años y 435.553 del talento humano del sector salud. En el segundo grupo habría 23 millones de personas pertenecientes a la población económicamente activa.

Sus costos

Con todo este panorama, ¿qué tanto le costará al país acceder a la vacuna? Sobre este punto, Ruiz comentó que se estima un valor promedio de $1,5 billones. No obstante, de acuerdo con la presentación del ministro, el costo se hizo teniendo en cuenta tres escenarios posibles: en el primero valdría $608.837 millones; en el segundo, los $1,5 billones mencionados y en el tercero, $2,3 billones.

Estos montos incluyen las jeringas y temas logísticos de distribución. Para que dichas cuentas den, el Minsalud plantea los siguientes costos unitarios de la vacuna: US$5,36, US$12,87 y US$21,45. Este supuesto se hizo con una tasa de cambio de $3.600 e inmunizando a los 29,8 millones de personas que tiene la cartera de Salud en el plan.

Vale decir que el rango del costo de la vacuna planteado no es tan alto, si se compara con programas de transferencias monetarias que se han tenido que crear por la crisis como Ingreso Solidario, que desde abril de 2020 a junio de 2021 costaría más de $7 billones.

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Más allá de lo planteado hasta ahora, otra de las dudas que surgen es de dónde saldrían los recursos. En un debate de control político a inicios de agosto, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, dijo que para el caso de la vacuna la fuente sería el Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome), “estamos analizando las diferentes maneras que el mercado ha venido construyendo con el fin de que los países entremos a gozar de la vacuna una vez esté disponible. Estamos en ese trabajo, hay varias iniciativas que se están discutiendo. No queremos estar ausentes en ese proceso”.

Aunque Carrasquilla dijo que habría disponibilidad de recursos, recordó que “en este momento hay muchas iniciativas de vacunación y uno tiene que ser cuidadoso cuando uno haya invertido en una tecnología que al final del día por razones científicas entendibles, no resultó. Tenemos que hacer esa reflexión como país de hasta dónde vamos a ir (…) Estamos tomando ese tema con mucha seriedad”.

En otro debate en el Congreso, el viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, dijo que “el Fome tiene la capacidad de adquirir recursos tanto de endeudamiento como del mismo Presupuesto para atender las vacunas”.

Dado que el endeudamiento sería una de las opciones para adquirir los recursos de la vacuna, Carolina España, representante para Colombia del banco multilateral CAF, le contó a Forbes que, si llegan a recibir alguna solicitud de préstamo para obtener el antídoto, se tramitará y revisará a través de los canales pertinentes.

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Además, España resaltó que el apoyo de la CAF a los países de la región se ha basado en el financiamiento rápido y oportuno para enfrentar los efectos de la pandemia del coronavirus a nivel sanitario y económico. Para eso, “habilitamos una línea de US$50 millones por país para reforzar los sistemas de salud y otra regional de US$2.500 millones para apoyar medidas económicas en los países. Además de recursos no reembolsables de US$400.000 por nación”.

La directiva de la CAF en Colombia destacó que habilitaron US$1.600 millones para apoyar a las pymes a través de los bancos de desarrollo de las naciones. “Para concretar todas estas líneas de crédito se trabaja en conjunto con los países para identificar las prioridades”, agregó.

Los caminos a la meta

Una vez leído hasta aquí, la pregunta primordial es ¿cómo la espera obtener el Gobierno? Este ha especificado que el país está trabajando mediante dos mecanismos: negociaciones multilaterales (Covax) y bilaterales (directamente con las farmacéuticas con candidatas a vacunas).

De hecho, el 31 de agosto fue la fecha límite para que la OMS fijara los términos de su Covax para compartir aspirantes a vacunas entre países ricos y países en desarrollo. “Hasta ahora (18 de agosto) ha atraído el interés de 92 países pobres que esperan donaciones voluntarias y de 80 países más ricos y que financiarían el plan”, dijo la OMS.

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En otras palabras, el mecanismo Covax es una iniciativa en la que trabajan varias naciones para el acceso equitativo a la vacuna, bajo principios de asignación y mediante compras conjuntas con otros países. Entre los beneficios de esta medida está: acceso a vacunas seguras y eficaces; riesgo compartido (disminuye la exposición en la inversión de los países en un antídoto exitoso) y un mejor precio (la alianza Gavi negociará la adquisición de 2.000 millones de dosis para 2021).

Sin embargo, como todo, hay riesgos y más aún medio de una carrera de farmacéuticas que buscan ser las primeras en tener vacunas aprobadas con los estudios que certifiquen su efectividad o incluso, algunas sin dichos análisis.

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Entre los riesgos, el Covax deja sin acceso a la mayoría de la población en el corto plazo porque inicialmente todos los países reciben dosis para cubrir solo el 3 % de su población (1,5 millones en el caso colombiano) y las dosis adicionales para cubrir el 20% de la población (10 millones en el país) se recibe en tramos durante 2021.

En el mecanismo bilateral, el Ministerio de Salud dijo que se han firmado acuerdos de confidencialidad con Pfizer y AstraZeneca para empezar negociaciones de compra. Sobre esto, Ruiz explicó a inicios de agosto durante su intervención en el espacio televisivo diario que emite Presidencia de la República que “la ventaja es el probable acceso más rápido y la desventaja es que hay mayor incertidumbre sobre el precio y efectividad”.

También, indicó que se ha creado una coalición de actores privados para obtener la vacuna que busca asegurar el acceso rápido y reducir el riesgo de detrimento patrimonial en las negociaciones directas; es decir, disminuir la exposición a que la vacuna no sea efectiva.

Según le contó a Forbes, Josue Bacaltchuk, vicepresidente de Asuntos Médicos para Janssen Latam, farmacéutica de Johnson & Johnson que tiene una candidata a vacuna en fase 1/2a, “estamos expandiendo la capacidad global de producción, en paralelo al desarrollo clínico, con el objetivo de garantizar el abastecimiento global de más de 1.000 millones de dosis de la vacuna para su uso de emergencia a principios de 2021”.

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De ser positivos los datos de los estudios actuales, la fase 3 se haría en septiembre con hasta 60.000 participantes, agregó Bacaltchuk. Sobre este punto el presidente, Iván Duque, informó en la penúltima semana de agosto que Colombia firmó un acuerdo con dicha farmacéutica para hacer pruebas de su vacuna en el territorio nacional cuando esta se encuentre en la fase 3.

Entonces, ¿cuándo podría llegar una vacuna al país? Sobre esto, hay que decir que todavía todo se basa en supuestos de que los antídotos en fases avanzadas sean eficientes. El infectólogo de la Universidad Nacional, Carlos Álvarez, coordinador nacional sobre estudios covid-19 ante la OMS, cree que este año no se tendría la vacuna.

“Todo depende de que las vacunas estén. Hay 8 que están en la fase 3 y, si se demuestra que funcionan en octubre o noviembre, en el mejor de los casos uno podría plantear que la vacuna podría llegar en el primer trimestre de 2021”, dijo el experto.

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Ahora bien, en un escenario menos optimista, si solo llegase a funcionar una de las que están avanzadas, su llegada a Colombia dependerá además de las negociaciones que se realicen y de qué tanta es la capacidad de producción para distribuirla en el mundo.

“En ese sentido, Colombia entraría a competir con los países que ya tienen preacuerdos para adquirirla, lo que podría demorar el proceso de llegada”, hacia finales del próximo año, explicó Álvarez a Forbes.

El entrenamiento

Mientras le llega el momento a la vacuna contra el coronavirus, el ministro Ruiz ha resaltado en distintas ocasiones que el país cuenta con un esquema de vacunación que tiene 21 biológicos con cobertura para 27 enfermedades.

A su vez, ha destacado que Colombia cuenta con la infraestructura suficiente para respaldar el proceso de la vacuna con 27 cuartos fríos en todo el país con bodega central y un sistema de transporte que mantiene la cadena de frío hasta que llega a la persona.

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Ruiz también resaltó que en Colombia se vacunan cada año 8 millones de personas. En dicho proceso se incluyen campañas, aplicación de antídotos en consultorio y otros lugares en la población infantil, adultos mayores y gestantes.

Sin duda, la experiencia que tiene el país en vacunación le ayudará cuando sea la hora de aplicar la que contrarrestará el coronavirus, si es que las que están en estudio logran la efectividad esperada y son aprobadas.

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Sin embargo, el ministro es consciente del desafío que le está poniendo el coronavirus al país “tenemos un reto que es vacunar a un número muy grande de personas y para eso nos estamos preparando”, resaltó en el espacio presidencial de ‘Prevención y Acción’ a inicios del octavo mes de este año.

El camino es largo y competitivo y países como Colombia tienen que recurrir al trabajo en equipo para soportar el recorrido en conjunto con el fin de distribuir cargas, recursos y riesgos. Todo esto, para que una vez todo esté listo, el país y la región puedan correr y llegar a la meta.