De un total de US$17.300 millones disponibles, el Gobierno Nacional pidió un desembolso de US$5.300 millones para tenerlos como apoyo presupuestario en respuesta a la pandemia. Esta es la primera vez en la historia que el país usaría la línea de crédito en mención.
Además del recorte de las tasas de interés a 1,75%, el Banco de la República comunicó este viernes que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le aprobó al país la ampliación de la línea de crédito flexible (LCF) a US$17.300 millones, antes el monto disponible era de US$10.800 millones.
En línea con ello, se informó que el Gobierno Nacional utilizaría una parte de dichos recursos, por lo que se solicitó un desembolso de US$5.300 millones que serían parte del apoyo presupuestario en respuesta a la pandemia, en el marco del plan financiero de la vigencia 2020.
De acuerdo con Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda, la ampliación de la línea de crédito flexible del FMI “es una señal de confianza en el desempeño y manejo económico del país porque esta es una línea que se inicia en el FMI hacia el año 2009, desde entonces Colombia ha tenido acceso a esa línea diseñada para países con manejo macroeconómico distinguido y confiable”.
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Vale indicar que la LCF es diferente a otras líneas de crédito que tiene el FMI como por ejemplo, los acuerdos stand-by, pedidos por Argentina hace unos años. Entre las diferencias está que la LCF únicamente está disponible para países con un marco de política económica sólida, mientras que a la segunda (stand-by) puede acceder cualquier nación que sea miembro del Fondo Monetario Internacional.
Siguiendo con las diferencias, la línea de crédito flexible hace honor a su nombre; es decir, no tiene ninguna condicionalidad para que se haga su desembolso (es flexible), tampoco le impone a la nación que tiene acceso a ella, como Colombia, realizar ajustes en sus indicadores macro debido a que se tienen políticas sólidas. En el caso contrario, en préstamos de stand-by, el Fondo le exige al país cumplir con metas de reformas que garanticen el pago.
Según recordó Juan José Echavarría, gerente del Banco de la República, desde la creación de la LCF en 2009 el país ha tenido acceso a ella, pero explicó que “es la primera vez que Colombia hace uso de estos recursos, es la primera vez que cualquier país que ha tenido línea de crédito flexible hace uso de los recursos”.
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Carrasquilla dijo que desde el punto de vista presupuestal, “es una fuente idéntica a cualquier otra fuente, es una que va a alimentar los usos que se tienen para el año que incluyen los temas del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome) que iremos detallando en el transcurso de estos días”.
Sobre el excedente de recursos que quedan disponibles en la línea de crédito en caso de que se desembolsen los US$5.300 millones, el Banco de la República dijo que el monto remanente de la línea “continuará siendo tratado como precautorio, brindando solidez a la posición de liquidez internacional del país en un contexto de elevada incertidumbre”.
Además, se explicó que “este instrumento, junto con una adecuada posición de reservas internacionales, permite aumentar la confianza del mercado en la resiliencia de la economía colombiana, apoyada en un marco de política económica sólido y en su capacidad de responder ante choques externos”.