Desde que la pandemia llegó al país el Emisor ha usado las cartas necesarias para disminuir el impacto de la crisis en los mercados y en la liquidez de la economía. Reducir las tasas ha sido su aliado desde marzo, medida que habría llegado a su fin, abriendo un nuevo panorama de ahora en adelante.
Legó el coronavirus a Colombia y con ello una nueva visión del Banco de la República que tenía que ir más allá de lo pensado para ayudar a los mercados y a la economía a disminuir la magnitud del choque que se avecinaba. Por mencionar algunas de sus acciones, tras casi dos años de haber dejado inalterada la tasa de interés en 4,25 %, el 27 de marzo rompió dicha tendencia y empezó el ciclo bajista, recortándola hasta agosto en 225 puntos básicos; es decir, dejándola en 2 %.
En su última reunión, el Emisor decidió sobre las tasas, y en línea con el consenso de los analistas las rebajó hasta el 2% continuando el descenso a niveles históricos no registrados desde que se tienen datos (1991).
Una vez planteado este panorama surgen dos preguntas a responder: ¿qué motivaría que siguiera el descenso más allá del 2 %? ¿Tiene más cartas para jugar el Emisor una vez reducido el espacio para bajar los tipos?
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“Básicamente han agotado casi todo el espacio. Ahora bien, todo depende de la economía, si comienza a reactivarse de pronto es conveniente bajarlas, aunque por ahora no”
José Antonio Ocampo
Excodirector del Banco de la República
En palabras de Camilo Pérez, gerente de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, bajar las tasas más allá del 2 % va a depender de si se deteriora nuevamente la actividad económica. “Si la recuperación que venía en junio, pausada en julio (por cuarentenas sectorizadas) vuelve y retoma curso, es más difícil que baje la tasa de interés, pero si por el contrario se tienen que tomar medidas de restricción de movilidad y la economía se resiente, seguramente hay que bajar otra vez la tasa más allá del 2%”, agregó Pérez.
Sin embargo, no solo el comportamiento de la economía importaría para seguir reduciendo las tasas, para Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, dicha decisión también estará sujeta al comportamiento de la inflación que, de seguirse desacelerando más allá de lo esperado, podría impulsar la baja de tipos.
Sobre este mismo punto, José Antonio Ocampo, excodirector del Banco de la República y profesor de Columbia, explicó que si la inflación se va a colocar por debajo del 2 % como piensa el Emisor, “básicamente han agotado casi todo el espacio. Ahora bien, todo depende de la economía, si comienza a reactivarse de pronto es conveniente bajarlas, aunque por ahora no”.
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Pero, ¿por qué no seguirlas bajando? De acuerdo con Ballén, las tasas por debajo del 2 % en la economía colombiana son inocuas para la misma, “no van a generar incentivo al crecimiento económico porque en lo que el sistema se tiene que enfocar es en lograr que esa transmisión se dé y es algo que es completamente difícil porque como el desempleo ha aumentado, el riesgo de colocación de crédito también”.
Desde el punto de vista de José Ignacio López, jefe de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, quien no descarta que podría llegar a haber más reducciones de la tasa luego de agosto, “un nivel de bajas tasas de interés puede desincentivar el uso de productos financieros tanto de ahorro como transaccional y también podría generar un menor apetito por activos locales, lo cual implicaría que los activos de corto plazo no lucieran tan atractivos para los inversionistas y tuvieran que cambiar portafolios. Eso va a estar en la balanza de la decisión del Banco”.
Saliéndose un poco de lo estimado por la mayoría del mercado, el equipo de Investigaciones Económicas de Bancolombia revisó sus pronósticos en materia de tasas apostándole a una reducción más allá del 2 %. El argumento que plantea es que “una vez el Emisor conozca las publicaciones oficiales del Dane del segundo trimestre y del tercero, se va a impulsar a reducir más la tasa”, esto basado en datos del Índice NowCast que hace Bancolombia y les permite seguir el comportamiento de la economía en tiempo real.
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¿Qué viene? Sobre esto, expertos del equipo económico de Bancolombia le explicaron a Forbes que el Banco Central “va a pasar a una postura mucho más dependiente no de los pronósticos, sino de cómo va conociendo la información, es posible que el espacio adicional de recortes se dé hacia finales de año”, una vez se conozcan los datos de la economía del tercer trimestre en noviembre.
Las otras cartas
Una vez conocido el panorama descrito se debe resolver la segunda pregunta planteada inicialmente respecto a cuáles son las cartas que tiene el Banco de la República para seguir jugando tan pronto se le reduzca el espacio para bajar los tipos de interés.
Hay que tener presente que, más allá de la reducción de tasas, el Emisor ha dispuesto de acciones conjuntas para irrigar liquidez de manera transitoria y permanente en la economía como la compra de títulos de deuda pública y privada, subastas de cobertura de dólares, reducción del encaje bancario, entre otros.
Para Alejandro Reyes, economista principal de Bbva Research, “entre las medidas tomadas a la fecha pueden ampliar más la liquidez transitoria y permanente, pueden buscar mecanismos de liquidez de más largo plazo (…) Pero también pueden tomar decisiones de inyección directa de liquidez al sistema, ya sea vía la compra definitiva de activos o crédito directo al Gobierno. Estos últimos parecen un poco más lejanos”.
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Mientras tanto, para Pérez del Banco de Bogotá, “la tasa de interés es la principal herramienta de política monetaria del Banco Central y hasta que no la agoten, ellos no van a recurrir a otros tipos de mecanismos menos convencionales”.
En otras palabras, una vez agotado dicho recurso, lo que sigue serían medidas más agresivas de las que se han adoptado para inyectar liquidez, entre ellas podría caber “lo que ha hecho la Reserva Federal de EE.UU. que no solo compra deuda del Gobierno, sino otro tipo de activos como titularizaciones hipotecarias, bonos corporativos, entre otros”, dijo Pérez.
Queda esperar el avance de la economía para saber si el Banrepública usará cartas más heterodoxas en su partida para continuar irrigando confianza y estabilidad en los mercados que han tenido que soportar los choques del coronavirus y la alta volatilidad de los precios del crudo. Por lo pronto, el juego sigue.