Expertos del sector aseguran que Minesa tendrá que volver a presentar el Estudio de Impacto Ambiental si desea continuar con el desarrollo minero en Santander. Ambientalistas dicen que la mina tendrá fuertes implicaciones en el páramo.
El anuncio de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) de archivar el proyecto minero Soto Norte desencadenó una serie de reacciones sobre las implicaciones de esta decisión. Congresistas, líderes políticos y ambientalistas celebraron la notificación, mientras que expertos del sector advirtieron que aún no se cierra la puerta para que la empresa pueda volver a presentar un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Tras conocerse la notificación, la Veeduría de Santurbán argumentó que “archivar el proyecto de Minesa equivale a otorgarle un nuevo tiempo a la empresa para subsanar el catastrófico EIA. En otras palabras: darle nuevas ayudas oficiales”.
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Esa misma posición la compartió el exministro de Ambiente, Manuel Rodríguez, quien aclaró que “el archivo del depredador proyecto de minería del oro en Santurbán es un gran logro para quienes han defendido el páramo por tantos años. Pero su archivo no es equivalente a su negación”.
Forbes contacto a la Asociación Colombiana de Minería para un pronunciamiento sobre la decisión, pero advirtieron que por ahora no se hablará hasta que se conozca en detalle la notificación y sus implicaciones.Es de resaltar que desde Santander explicaron que la empresa tendrá que hacer nuevos estudios y análisis que comprueben que la mina no afectará los afluentes.
“Es una buena decisión, pero eso no significa que le nieguen rotundamente la licencia. La empresa puede volver a presentar otro EIA, y ahí tendrían que presentar nuevos análisis y otras consideraciones. Pero repito: ya muchos estudios advierten que la construcción de la mina va a afectar la funcionalidad del páramo de Santurbán”, le dijo que Hernan Morantes, abogado del Comité Santurbán, a Forbes.
Y es que de fondo los argumentos de los ambientalistas concuerdan con las consideraciones que encontró la Anla para frenar el proyecto. Morantes destacó que la mina está ubicada en la cuenca del río Suratá, por lo que un eventual desarrollo podría afectar el suministro de agua en toda la región.
Según dice, no se tiene claro el plan de manejo de riesgos y los efectos que se podrían generar de lograrse el licenciamiento ambiental.
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El freno que le pone la Anla se da meses después desde que se iniciaron las alertas sobre las implicaciones que se derivarían de la eventual extracción de oro y de cobre en Santander.
Aunque varias organizaciones vienen alertando sobre los riesgos de dicha minería, el Gobierno Nacional confía que el proyecto salga adelante. No solo porque ayudaría a impulsar las inversiones de la industria en medio de la reactivación económica, sino por la alta demanda de oro y cobre a mediano plazo.
Soto Norte hace parte del dossier de proyectos clave junto a Quebradona y Buriticá. De hecho, según confirmó la viceministra de Minas, Carolina Hayes, hace un par de meses, el desarrollo de esta mina abre una ventana de oportunidades para aumentar las exportaciones de estos minerales e impulsar la inversión extranjera.
“Aquí se presenta una oportunidad para una recuperación sostenible en Colombia, dado el potencial de oro que tenemos en el país. Entonces esa oportunidad con los precios, queremos que se aproveche a través de proyectos mineros sustentables, con cumplimiento de todos los requisitos ambientales y sociales, y aprovechar la oportunidad por el potencial que tenemos en Colombia”, dijo Hayes en su momento.
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Por ahora se espera que Minesa se pronuncie frente a la notificación de la entidad y aclare cuál será el paso a seguir del proyecto, que estima una producción de oro de 450.000 onzas al año y una inversión por más de 1.200 millones de dólares.