Expertos vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de modificar el estatuto laboral tradicional colombiano que acepte las nuevas formas de trabajo. Permitir la cotización al sistema pensional por horas, entre las opciones expuestas.
A inicios de esta semana se conoció que el juzgado sexto laboral de pequeñas causas de Bogotá reconoció que existía un vínculo laboral entre un domiciliario y la plataforma Mercadonia, razón por la que se le ordenó a la firma pagar auxilio de cesantías, prima de servicios, vacaciones, entre otros. La decisión, tomada por primera vez en el país, puso sobre la mesa la necesidad de reformar el estatuto laboral tradicional.
Sin dejar de lado los derechos de los trabajadores, ni terminar afectando los nuevos modelos de negocios que han surgido, como las plataformas de la economía colaborativa, expertos consultados por Forbes plantearon opciones para formalizar a este tipo de trabajadores con reglas que se adapten a alternativas laborales de este siglo.
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Lo que refleja la decisión del juez
Sin mayores rodeos, Mauricio Olivera, exviceministro de Trabajo y director de Econometría, expuso que es necesario “aceptar que hay nuevos tipos de empleo, nuevas formas de trabajo. Es decir, esto (decisión del juez) nos da señales para que de verdad haya una reforma laboral que busque cubrir con la seguridad social a todos los trabajadores, nuestro código sustantivo del trabajo es bastante antiguo (…) en general los que están cubiertos por seguridad social son los que trabajan de 8 a 6 en una oficina”.
En línea con lo expuesto, Oscar Becerra, docente de la facultad de Economía de Los Andes, dijo que “la economía colaborativa desnudó una vez más las debilidades de nuestro código laboral. La legislación está pensada principalmente para trabajadores asalariados de tiempo completo. Si yo soy una persona que trabaja cuatro horas los fines de semana ¿tengo que cotizar a salud por un salario mínimo mensual?”.
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En línea con lo anterior, Becerra explicó que aplicar una regulación que no está pensada para este tipo de relaciones laborales implica mayores costos para los potenciales empleadores y menores incentivos a participar por parte de los trabajadores, además, termina incrementando la informalidad.
Frente a los beneficios que conllevaría aplicar la actual normativa a las nuevas maneras de trabajo, Cristina Fernández, investigadora de Fedesarrollo, mencionó que ayudaría al trabajador porque va a estar cubierto con seguridad social o en otras palabras, se formalizaría el empleo por plataformas. Sin embargo, a renglón seguido planteó que la desventaja es que el trabajo a través de estas herramientas digitales se reduciría. Ello, por los altos costos laborales al no tener reglas que reconozcan las nuevas formas de empleo.
Para Fernández, la flexibilidad laboral no solo favorecería a las plataformas de la economía colaborativa, sino que aportaría en general al funcionamiento del mercado del trabajo en otros sectores. Para ella, desde la oferta se genera empleo con pocos requerimientos de educación para quienes necesitan flexibilidad en sus horarios, además, favorece la contratación de grupos marginados del mercado laboral como las mujeres, jóvenes y migrantes.
“La flexibilidad laboral crea una demanda de empleo que no puede generar el mercado asalariado formal. Este es el caso de las plataformas, pero también el del trabajo agrícola”, agregó la experta.
Las propuestas
En palabras del exviceministro de Trabajo, Olivera, una de las formas de aceptar la nueva realidad laboral es permitir la cotización a pensión por horas, puesto que ya existen personas que trabajan de esta manera, pero que se quedan por fuera de la formalidad porque el sistema no permite aportes de acuerdo a sus realidades. “Nosotros hicimos un primer acercamiento a través de la cotización por semanas, pero creo que toca moverse más hacia allá”, resaltó.
Por su parte, la investigadora de Fedesarrollo comentó que el país se ha caracterizado por tener un sistema laboral asalariado con buena protección, pero inflexible y un sistema laboral independiente con baja protección, pero flexible. “A mi en realidad me gusta el piso mínimo de cotización, da flexibilidad al mercado laboral asalariado y protección al mercado independiente; aunque tiene una serie de problemas de implementación que habría que solucionar”, explicó.
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Según Becerra, docente de Los Andes, “algunas propuestas novedosas en el tema están relacionadas con crear una nueva categoría de trabajadores para ellos, teniendo en cuenta las diferencias que este tipo de contratación tiene. Algo del estilo como ‘trabajador independiente en plataforma digital'”.
Desde el punto de vista de Luz Karime Abadía, directora de posgrados en Economía de la Universidad Javeriana, “las leyes laborales de nuestro país son obsoletas y no se han adaptado a los avances tecnológicos y a las nuevas relaciones laborales que están surgiendo. Una opción es cobrar impuestos por el uso de la tecnología y con esto cubrir los pagos de seguridad social de los domiciliarios”.
La visión desde el Congreso
Por parte del Legislativo también hay propuestas. Por mencionar algunas, Mauricio Toro, representante del Partido Verde, lidera un proyecto de ley que pretende crear una tercera categoría en el código laboral, el contrato para trabajador digital. A grandes rasgos permitiría: el pago de ARL de las plataformas a sus domiciliarios; la creación de una póliza de lucro cesante que le daría un ingreso promedio al trabajador si se incapacita; y la póliza que cubre instrumentos de trabajo (celular, bicicleta, moto, entre otros).
De otro lado, el senador, Rodrigo Lara, presentó una iniciativa que tiene dos ejes: definir el vínculo jurídico entre las plataformas y sus colaboradores mediante un contrato de naturaleza civil; y que la base de cotización para los aportes a seguridad social sea del 40% del total de ingresos pagados por la plataforma al colaborador. Con ello, el trabajador pagaría la mitad del aporte a salud y pensión y la ‘app’ la otra mitad.
Aunque la discusión es muy amplia y requiere la participación de los distintos actores de la cadena, los expertos coinciden en que el Gobierno Nacional debe buscar pronto el mejor consenso posible que modernice la regulación aceptando estas nuevas formas de trabajo.