El dispositivo está compuesto por un ventilador, que filtra el aire del exterior, una careta traslúcida, una manguera flexible y una batería. Su función es similar a la de un tapabocas N95.

Un equipo conformado por egresados y profesores de la Facultad de Ingeniería y el Departamento de Diseño de la Universidad de los Andes desarrolló un modelo de respirador que tiene como objetivo proteger al personal de salud del país del contagio de Covid-19, en medio de la pandemia que vive el mundo por cuenta de este virus.

“No queríamos quedarnos cruzados de brazos y fue ahí cuando nos preguntamos sobre cómo proteger a los que nos cuidan”, explica David Bigio, profesor del Departamento de Ingeniería Biomédica.

Lea también: Nueva York lanza mapa en línea que marca las zonas cerradas por Covid-19

El resultado de estos esfuerzos es PersCO, un modelo de respirador creado en la Universidad de Southampton que hoy cuenta con una versión local gracias a un trabajo liderado por la Uniandes con el apoyo de AGP de Colombia y Protela.

El dispositivo está compuesto por un ventilador, que filtra el aire del exterior, una careta traslúcida, una manguera flexible y una batería, entre otros elementos. Se usa como un chaleco en la espalda, garantizando el movimiento.

Foto: Universidad de Los Andes

Su función es similar a la de un tapabocas N95, pero protegiendo además de las fosas nasales, los ojos y la cara. También filtra las partículas que se originan en la exhalación y las que podrían entrar durante la inhalación.

“Se viene trabajando en un diseño funcional, ergonómico y cómodo, pensando en que el personal médico tendrá que usarlo de 6 a 8 horas. Hemos trabajado con terapeutas respiratorios y en un diseño pensado en el usuario: un respirador lavable, reutilizable y que sea atractivo”, aclara Camilo Ayala, profesor del Departamento de Diseño.

La inspiración de esta etapa se basó en equipos de buceo, desarrollos militares e incluso de la manufactura automotriz. De acuerdo con Ayala, uno de los aspectos que han destacado los médicos tiene que ver con la movilidad de brazos y cabeza, que permite mejor desempeño para los procedimientos.

Lea también: Industria aeronáutica internacional pide eliminar cuarentenas a viajeros

Del respirador ya se desarrolló un primer prototipo (alfa) y el proceso se encuentra en la evaluación de una segunda versión (beta). La idea, explican los desarrolladores, “es mejorarlo con productos locales y garantizar que el dispositivo no pese más de 1,5 kilogramos”. La próxima etapa será la producción de un lote de 100 unidades y adelantar pruebas en ambientes hospitalarios.

El mayor reto, según el profesor Bigio, es garantizar su comodidad, seguridad y que resulte económico. La propuesta es que no cueste más de un millón y medio de pesos y que sea un proyecto sostenible y rentable.

Además de ser útil para los médicos que enfrentan la pandemia por el Covid-19, también sería recomendable para odontólogos o personal de clínicas que puedan estar en un alto riesgo de contagio.