La industria de dicho deporte lucha por mantenerse a flote en el país, mostrando signos de recuperación luego de más de 4 meses de suspensión de sus actividades.

En Colombia, el golf cuenta con una comunidad cercana a los 24.000 practicantes, incluyendo a 14.000 jugadores que expiden su hándicap de la Federación Colombiana de Golf año tras año, y que practican en los 54 campos del país.

De acuerdo a las cifras que maneja el ente nacional, más de 10.000 familias entre jugadores, caddies, entrenadores, distribuidores de artículos, logística y competencias, están vinculados a esta industria que hasta este año se mantenía relativamente inmune a los vaivenes de las crisis.

El panorama cambió en 2020. La llegada en marzo de las restricciones del Covid-19 obligó al cierre de los campos, suspendiendo toda actividad de práctica y competencia y dejando en vilo a los distintos actores que intervienen en el deporte.

“La Fedegolf tiene un calendario para todos, desde junior hasta senior… eventos suramericanos, internacionales… nos estábamos preparando para el Mundial de Golf en octubre y todo fue cancelado, además del Ciclo Olímpico”, aseguró Camilo Sánchez, presidente de la entidad.

La imposibilidad de los clubes y campos de mantener sus ingresos, sumado a una cantidad de socios y golfistas que por la crisis emigraron en desbandada, acabaron por nublar el panorama. La Asociación Colombiana de Clubes Sociales y Deportivos, en cabeza de su presidente Rafael Blanco y que agrupa a prácticamente la totalidad de los establecimientos dueños de los escenarios en los que se juega golf en Colombia, explicó la situación actual de dichos establecimientos

Lea también: ¿Quién es mejor LeBron James o Michael Jordan? Esto dicen los números

“Hemos pedido al Gobierno Nacional ayudas tributarias y económicas, así como en acelerar la autorización para que con los protocolos de bioseguridad que corresponden se reinicie el servicio”, comentó Blanco, haciendo eco de la situación de dichos clubes en los que laboran con golf una importante cantidad de colaboradores, entrenadores, instructores y logística.

Ellos, los que están en la enseñanza (que se cuentan en un número superior a los 300), también tuvieron que suspender sus clases, dejando de dictar un promedio de 50 horas mensuales de instrucción de acuerdo a cifras de la PGA Colombia (entidad que agrupa a este gremio). En promedio, una hora de enseñanza cuesta entre los 50.000 o 60.000 pesos.

Julio llegó con vientos de recuperación

Sin poder cargar también la talega de palos como el partner del jugador, el otro gremio que ha recibido de frente el acoso de la crisis es el de los caddies, que viven en su mayoría del día a día y cuyos ingresos son en promedio de 800.000 pesos mensuales.

Con una población que se estima en 6.000 personas, varios han encontrado apoyo en fundaciones y organizaciones en clubes. Otro porcentaje opera como independiente y para ellos las ayudas han llegado de distintas iniciativas particulares, resultando realmente valiosas pero, infortunadamente, insuficientes para el sector.

Con el paso de las semanas, sin embargo, el golf comenzó a repuntar. La aprobación por parte del Ministerio de Salud de los protocolos de bioseguridad para 17 deportes de bajo riesgo llegó como un bálsamo sanador a la crisis, permitiéndole a varios campos poder reabrir sus puertas al golf de manera parcial.

Lea también: Exigirán uso obligatorio de tapabocas a los atletas en Tokio 2020

Miles de jugadores pudieron volver a la acción, con condiciones. Dos horas de práctica (que reduce las rondas de 18 a 9 hoyos), la restricción del uso del caddie (uno por grupo) y la observancia del Distanciamiento Social (sin servicios de alimentación y otros) son algunas de las normas de obligatorio cumplimiento como parte de las nuevas reglas del juego.

Desde el punto de vista competitivo, la posibilidad de volver a la normalidad sigue complicada, dada la imposibilidad de garantizar condiciones mínimas para retomar torneos y abiertos. Habituados a reunir a jugadores de todo el país, dichas actividades también deberán entrar en la onda de la llamada ‘reinvención’, planteando alternativas para mantener viva la llama de la competencia, algo esencial en el deporte.

“Se tendrán que rediseñar los torneos para que se puedan jugar de manera local debido a las medidas de desplazamientos tanto aéreas como terrestres. Seguramente se harán eventos internos o zonales”, explicó Carlos Guillermo Vila, Director Ejecutivo de Fedegolf.

Lea también: El Barcelona paseará sus trofeos por Latinoamérica a partir de marzo

El espejo de nuestros vecinos

Una situación similar se vive en América Latina, a la luz de las estadísticas actuales foco de la pandemia y que ha llevado a que no solo el golf sino actividades cotidianas estén restringidas. Los países de Suramérica (con algunas excepciones por ciudades y/o regiones), permiten la práctica golfística, y países como Uruguay retomaron a inicios de agosto su calendario competitivo.

Organizaciones como The R&A (una de las dos entidades del golf a nivel mundial), el PGA Tour Latinoamérica y la Federación Sudamericana de Golf, entre otras, han decidido modificar o cancelar sus actividades en 2020. “El gran desafío que tenemos ahora es mantenernos relevantes mientras no podamos salir a la cancha. El objetivo es seguir en contacto permanente y generar estímulos para todos los actores que forman parte de la industria”, señaló el argentino Mark Lawrie, director para Latinoamérica de The R&A.

Lea también: Así fue como Michael Jordan se convirtió en el deportista más rico del mundo

A nivel profesional, los principales circuitos golfísticos han vuelvo a la acción. El PGA Tour y el Korn Ferry Tour, los dos más importantes en Estados Unidos, viene jugando sin público desde mediados de junio, creando una ‘Burbuja’ a su alrededor y que ha mantenido en líneas generales al virus a raya.

Entre las medidas de dicha ‘Burbuja’ están el traslado de jugadores, caddies y organización en aviones tipo chárter, pruebas reiterativas de rápido resultado, así como aislamiento y manejo inmediato de casos específicos de contagio. Europa, por su parte, reanudó el juego a mediados de julio.

Escrito por: Carlos Avendaño