El CEO de la operación de la gigante Zijin en Colombia, James Wang, adelantó a Forbes los detalles de cómo será la operación de producción comercial de oro más grande del país la cual comenzará a partir del viernes.

James Wang, un doctor en química, quien hace más de una década quiso cambiar los laboratorios de investigación en China para experimentar en terreno, viajó desde África, donde vivió dos años en minas, a internarse desde diciembre del 2019 en Buriticá, una población de un poco más de 10.000 habitantes en la faja media del Río Cauca, en el occidente de Antioquia. El auge del oro ha incrementado considerablemente la llegada de personas a esta población, bautizada así por un antiguo cacique que mandaba en esa región.

Wang, de 50 años y con algunas nociones de español, fue enviado por Zijin Mining Group, uno de los principales productores de oro del país asiático, para liderar el proyecto aurífero más importante de Colombia y que este viernes iniciará su producción comercial. La meta de Wang, CEO de la compañía en el país, es el de alcanzar a procesar unas 300.000 onzas de oro al año y cree que la vida útil de la mina es de unos 14 años. Igualmente, el yacimiento tiene reservas de oro medidas de 165,47 toneladas y una reserva inferida de 187,24 toneladas.

Desde China, uno de sus jefes, Chen Jinghe, fundador y CEO de Zijin, cree que el proyecto en Colombia es de suma importancia para la organización la cual es muy fuerte en la extracción de cobre y zinc, pero le falta expandirse en la producción de oro para poderse ubicar entre las primeras diez mineras del mundo.

De hecho, es el primero en América Latina de producción comercial de la empresa china. Y tiene una inversión que supera los 800 millones de dólares, la más grande en ese renglón de oro, por ahora. En lo anunciado hasta ahora, sería superado por proyectos como los desarrollados en la Región de Soto Norte, en Santander, donde se esperan inversiones por 1,200 millones de dólares; San Roque, en Antioquia, que asciende a los mil millones de dólares; o el Bagre, por 96 millones de dólares. Para estas tres minas, la producción anual estaría en 415.000, 400.000 y 495.000 onzas anuales, respectivamente

“El proyecto de Buriticá es uno de los complejos mineros de mayor tenor en el mundo. Representa un gran complemento para nuestro portafolio de activos internacionales”, dijo Chen a principio de este 2020 cuando se aprobó la compra de la canadiense Continental Gold, otrora dueña de la mina desde 2007, por unos mil millones de dólares.

Al sector minero le cayó bien la llegada de inversión china al sector, especialmente en momentos en el que se requiere la reactivación de los distintos sectores para la generación de ingresos y de empleos. “Lo más importante es el mensaje que deja no solo a los inversionistas chinos, sino a todo el mundo”, le dijo a Forbes Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería.

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El líder gremial agregó que con el impulso de la mina de Buriticá y la posible entrada en marcha de siete proyectos al que le faltan permisos y licenciamientos, Colombia “se pone en una dimensión completamente distinta, con inversiones que pueden sumar 5,2 billones de pesos y que generarán 28.000 empleos y al menos 1 billón de pesos en regalías”.

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Buriticá es la mina colombiana que se suma al portafolio de la gigante china que tiene operaciones en distintos partes del mundo. Se calcula que la compañía, fundada en 1986, tiene una capitalización de mercado que asciende a más de 10.500 millones de dólares, cerca de 20.000 trabajadores en el mundo y su sede central es en Longyan, en la provincia de Fuijan. Su presidente, Lan Fusheng, es considerado por Forbes como uno de los 50 líderes más importantes de multinacionales de origen chino.

Este arranque de producción comercial también se da en momentos de plena pandemia, un periodo en que el oro se ha cotizado a máximos históricos por el nerviosismo de los mercados debido al virus. En agosto pasado, por ejemplo, superó los 2.000 dólares la onza. “El precio va a depender de la recuperación de las economías mundiales. Pienso que el precio va a estar bien por los próximos tres años”, afirmó.

Cuarentena en la mina

La pandemia ha impactado los planes de producción de Wang. “Han sido momentos muy desafiantes”, advirtió Wang, desde una oficina en Buriticá y frente a un computador habla con Forbes. Desde allí luce como un trabajador más, de yines y de camisa con las mangas remangadas, como si estuviera listo de volver a adentrarse a los túneles de la mina.

El coronavirus le ha cambiado los planes de Wang. Ha tenido brotes del virus en la mina, por lo que tuvo que cerrar la operación por un tiempo. De hecho, los que resultaron positivos fueron llevados afuera de la región para cuidarlos, amplió la cobertura de pruebas para los empleados y los que llegan afuera deben hacer una cuarentena.

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A pesar de los impactos que puede haber tenido la producción del oro en el país, esta, en general, tuvo en el segundo trimestre del año un incremento del 14 % frente al mismo periodo del 2019, pasando de 8,7 a 10 toneladas, según la Agencia Nacional de Minería (ANM). En el primero, el incremento fue del 5 %.

Para el Gobierno Nacional, este incremento de producción es una gran oportunidad para que este rubo crezca. “El crecimiento de la producción de oro con todas las de la ley, en medio de esta coyuntura en la que los precios han aumentado casi el 30%, confirma la oportunidad dorada que nos ofrece este mineral para la reactivación sostenible de Colombia”, afirmó el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.

¿Por qué invertir en Colombia? “Zijin quiere convertirse en la mina más grande del mundo y Buriticá es muy importante. Queremos que sea la mina más moderna y vemos mucho potencial para el futuro. Vemos que Colombia, en relación con otros países, es estable, y creemos que es una muy gran oportunidad”.

Wang cree que el proyecto de Buriticá será el “buque insignia” para la organización. Al profundizar en el tema, afirma que la expectativa de lo que se haga en esta mina es que será una especie de termómetro para ampliarse no solo en el país, sino en la región. “Creemos que puede ser el centro de entrenamiento de equipos con los que, en el futuro, nos pueda facilitar llegar más fácilmente a otras regiones”, dijo Wang.

Wang da algunos detalles de cuál es el plan con la mina. Su misión en este momento, afirmó, es hacer una producción estable. “Cuando estemos en esta fase, empezamos a hacer modificaciones para incrementar la recuperación de los metales y también debemos tomar acciones para reducir aún más el impacto en el medio ambiente”, dice el consejero delegado por Zijin para la mina.

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En toda su comunicación, el grupo minero chino insiste en que trabaja con tecnología de punta. ¿Qué innovaciones traerán a la mina de Buriticá? Wang explicó que van a reducir considerablemente los riesgos a que haya accidentes en la mina: “Se usarán controles remotos para operar desde una oficina tomándose un café”.

Cuando la producción se estabilice, explicó, habrá la posibilidad de recolectar y procesar los datos en tiempo real y serán enviados al centro de procesamiento de datos del grupo. “Desde allí se analizará cómo están nuestros sistemas, qué debilidades hay y qué asuntos se pueden mejorar y hacer recomendaciones. Si no estoy en Colombia o en cualquier parte del mundo puedo ver cómo está la producción. Eso se va a implementar con esa mina”, dijo Wang, quien va a trabajar con por lo menos 30 ciudadanos chinos en el proyecto. “Zijin es muy fuerte en investigación. Nosotros queremos hacer de esta mina, la más moderna en este país”.

Comunidades y minería ilegal

La preocupación de este tipo de megaproyectos es el impacto al medio ambiente y a las comunidades que giran alrededor de la mina. “Somos conscientes de los impactos de la calidad del agua, de la tierra y del aire. Tenemos planes ambientales para cada una de estas áreas para controlar el impacto”, dijo Wang.

Tal como usó implementó en minas de África ‑afirmó que son contextos similares a los que se dan en Buriticá‑, Wang señaló que la mina debe propender por beneficiar a la comunidad con el fin de que su entrada y el desarrollo del proyecto avance de la mejor manera. Por eso, el plan es extender programas de ayuda a los habitantes que van desde entrenamientos y capacitaciones hasta apoyar proyectos productivos.

“Lo más importante para las comunidades es la inversión en infraestructura como colegios, casas, agua potable y rellenos sanitarios. La gente espera mucho de este proyecto. Si nosotros pensamos en solo hacer dinero y nos olvidamos del resto, la genta va a estar decepcionada”, dijo Wang.

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Precisamente, la cercanía con la comunidad es, para Zijin, uno de los eslabones relevantes para atacar la minería ilegal, un grave problema que tiene la región, donde hacen presencia bandas criminales que se disputan el mercado ilegal de oro y el control de la zona. “Colombia es un país estable. Pero aquí también tenemos algunos problemas. Es una zona de minería ilegal, pero esos son los riesgos que tenemos. Han aprovechado el coronavirus para hacer de las suyas”, explica Wang.

La empresa considera que debe trabajar en alianza con el Gobierno Nacional, local y comunidades para atacar este flagelo. “El conseguir lazos fuertes con la comunidad es muy desafiantes para las mineras. Y eso no es fácil de lograr”, explicó Wang.

Por ahora, en la tierra del entonces cacique Buriticá, la gigante Zijin tendrá asiento al menos unos 14 años de explotación de oro de manera legal y será una especie de prueba piloto para pensar en ampliarse en Colombia y en la región. “Por ahora, no se ven en el horizonte nuevas adquisiciones. Si nos va bien en el país haremos nuevas inversiones, posiblemente en cobre y oro”, dijo Wang.