En entrevista con Forbes Colombia, Jeroen Tas, director global de estrategia e innovación de Philips, habla sobre el futuro del sector salud tras la pandemia del COVID-19.
¿Cuál cree que es el gran cambio o impacto que la pandemia ha tenido en la atención médica?
La pandemia ha demostrado que, aunque nunca se reemplazará completamente la interacción cara a cara, lo “digital” y “virtual” llegaron para quedarse, así que estamos haciendo la transición a las experiencias combinadas. La COVID-19 ha creado mucha conciencia de la salud e introducido diferentes formas de colaborar y comunicarse con los profesionales de la salud. La comunicación bidireccional a través del video ha existido desde hace mucho tiempo, pero no se ha utilizado ampliamente. Por necesidad, el uso de estos sistemas se extendió en cuestión de semanas y la mayoría de las personas los empezaron a utilizar, extendiéndose a diferentes escenarios de la vida diaria. Por ejemplo, en cuestión de semanas, implementamos un sistema en la nube que todos los hospitales de los Países Bajos utilizan para compartir, de forma segura, los datos de un paciente cuando se transfiere. Antes, esto habría tomado años y llegó para quedarse, porque tener acceso a la historia clínica completa de un paciente permite un diagnóstico más preciso y un tratamiento más adecuado.
Las formas virtuales de hacer las cosas en casa como ir de compras, hacer ejercicio, entretenerse, se han convertido en parte de nuestras vidas durante la pandemia. Del mismo modo, las ofertas de salud conectadas para los consumidores ayudan a las personas a cuidar de su salud, les dan el control de sus datos y les permiten interactuar con los profesionales de la salud de forma remota. Con las personas cada vez más preocupadas por su salud, y con algunos que sienten miedo o ansiedad de visitar a un médico, odontólogo u hospital debido a la COVID-19, la atención virtual se ha vuelto ampliamente aceptada.
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Nuestro objetivo como líder mundial en tecnología de salud es mejorar la salud y el bienestar de 2.500 millones de personas para el año 2030 a través de la innovación, incluidos 400 millones de comunidades desatendidas. La única manera de aumentar realmente el acceso a la atención es a través de los medios digitales.
La telemedicina se ha vuelto esencial en estos días, pues muchos médicos ahora realizan citas virtuales. ¿Qué desafíos plantea esto?
La telesalud o atención virtual se han convertido en un instrumento valioso para hacer frente a una infección de rápida propagación como la COVID-19. Las consultas en línea pueden proporcionar un valioso alivio al sistema de salud, con el gran número de pacientes involucrados y el riesgo de infectar a otros pacientes y al personal. Esto se extenderá para apoyar a los pacientes que sufren de enfermedades crónicas como insuficiencia cardíaca, diabetes o EPOC, con monitoreo y orientación remotos. Los mayores desafíos para una implementación exitosa son el reembolso de esos servicios, el despliegue de tecnologías seguras y el cambio organizativo necesario para pasar de la atención reactiva y episódica a la atención proactiva y continua.
Uno de los grandes desafíos es el acceso a la atención. La Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial estiman que la mitad de la población mundial no recibe los servicios de salud que necesitan. Esto no se limita a los países pobres. Muchos países ricos tampoco proporcionan acceso a todos sus ciudadanos. A través de la innovación digital y los nuevos modelos de negocio y asociación, nuestro objetivo en Philips es mejorar el acceso y la calidad de atención, tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes. Las soluciones como la atención virtual pueden ofrecer mejores experiencias a los consumidores, mejores resultados de salud, mejores experiencias a los prestadores del servicio y menor costo de atención. Esto formará parte de la nueva normalidad en la atención médica.
¿Cuánto han penetrado las tecnologías emergentes, como la Inteligencia Artificial (IA), en el sector de la salud?
En mi opinión, la Inteligencia Artificial (IA) se está convirtiendo en el mayor factor revolucionario para la atención médica. Hemos hecho grandes avances en la comprensión de enfermedades como el cáncer o los trastornos neurológicos, y del funcionamiento del cuerpo humano en general. Al mismo tiempo, hay varios que aún siguen siendo un misterio. La IA nos permitirá reunir y tratar información muy compleja y dinámica, ya que no solo tiene en cuenta los datos clínicos puntuales que nuestro médico tiene en la historia clínica, sino que considera el panorama contextual completo de nuestra salud, incluidos nuestro genoma, nuestros antecedentes familiares y los determinantes sociales y conductuales de nuestra salud. Creo que la mayor oportunidad para la IA será la prevención de enfermedades. La IA nos ayudará a entender mejor lo que impulsa la salud o la enfermedad a nivel personal. También apoyará una mejor estratificación de las poblaciones para poder ayudar a quienes más lo necesiten y brindarles la asistencia clínica y social correcta. Ya se está aplicando en la identificación y cuantificación de enfermedades en su diagnóstico, en la detección de signos tempranos de deterioro en la atención aguda y la predicción de los resultados de los tratamientos.
En momentos de crisis, como lo que estamos viviendo actualmente, creo que lo más importante es que trabajemos juntos, compartamos datos y conocimientos, tomemos las medidas adecuadas y lo hagamos a escala global para que aquellos países que tienen controlados los contagios, colaboren con los que están enfrentando los picos de la pandemia. Lo que aprendamos en el proceso nos permitirá predecir y prepararnos mejor para el futuro. Una cosa es cierta, la inteligencia artificial y la atención virtual, que son conceptos relativamente nuevos para gran parte de la sociedad, seguirán jugando su papel en la lucha contra la pandemia de COVID-19. Experimentar estas tecnologías de primera mano sin duda ayudará a dar forma al debate sobre su papel en el futuro de la atención sanitaria y lo que significa para todos nosotros.
¿Cómo se garantiza un equilibrio correcto entre el uso de los datos de los pacientes para tomar mejores decisiones mientras se asegura su privacidad?
Es obvio que la digitalización a gran escala requiere el fortalecimiento de la interoperabilidad de los datos, la seguridad cibernética y los controles de privacidad. Con el fin de recopilar y organizar datos de una variedad de fuentes, la infraestructura de datos de la salud debe reforzarse. Tradicionalmente, las inversiones se han traducido en construcciones y en equipos de diagnóstico, monitoreo y terapéuticos. En el futuro, se destinará una mayor inversión a tecnologías seguras de datos y colaboración que crucen los límites de los hospitales para atender mejor las necesidades crónicas de los pacientes.
Un ejemplo de esto es Tasy, nuestra solución de historia clínica electrónica de última generación. En lugar de la fragmentación de múltiples soluciones de TI de varios proveedores, Tasy de Philips ofrece una solución integrada en todos los entornos de atención a través de una única plataforma y el almacenamiento de datos compartidos que permiten una gestión optimizada de los procesos clínicos, organizativos y administrativos. Esto ayuda a abordar las necesidades cambiantes de atención y seguridad del paciente, al tiempo que optimiza la asignación de recursos de atención como personal profesional, salas de emergencia, unidades de cuidados intensivos, quirófanos y equipos de diagnóstico.
En medio de la pandemia, desarrollamos la solución Command Center COVID19, una herramienta que reúne todos los indicadores importantes del hospital, para visualizarlos en un solo sistema ofreciendo un monitoreo intuitivo y en tiempo real. Permitiendo analizar la capacidad actual del hospital y priorizar medidas según las necesidades de los pacientes, con el fin de tomar decisiones de manera asertiva. Esperamos que este tipo de soluciones se amplíen aún más y se apoyen en la IA para gestionar mejor los resultados de los pacientes a escala.