La empresa caleña busca llegar a estos nuevos destinos a corto plazo. El gerente general, Gustavo Llano, habla sobre la producción, las ventas y los países a los que ya exportan.

Gustavo e Ignacio Llano, dos hermanos, caleños, llevan el emprendimiento y los negocios en la sangre. Hace cuatro décadas, a sus 17 y 15 años, encontraron una formula para preparar un maní confitado en fogón. Su receta, quizás secreta, los llevó a crear empresa. Una que nació como una venta de colegio y la que ahora ya no solo conquista los paladares de decenas de colombianos, sino la de miles de personas de ocho países de América Latina.

Pero la historia, resumida en un párrafo, se queda corta. La aventura de estos dos empresarios inicia en un colegio en Cali, en 1979. Siendo adolescentes, Gustavo e Ignacio encuentran en el mani la mejor forma de crear nuevos ingresos para su hogar, por lo que de manera artesanal, día tras día, su hobby se vuelve en un micronegocio de escuela.

Así, pese a vivir el duro trance tras la muerte de su padre, un año después los Llano logran estructurar un plan para soportar los gastos de su casa. Ese deseo férreo por ampliar su negocio, y salir adelante, los lleva a crear oficialmente en 1985 Manitoba. Bien lo dice Gustavo: “Tuvimos que cambiar de enfoque y seguir avanzando”.

Y es que esa misma empresa, la que crearon hace más de 40 años, inició sus exportaciones hace dos décadas. Su primer destino de ventas al exterior fue Ecuador, y varios años después se fueron integrando nuevos países al portafolio: Cuba, Curacao, Panamá, Bolivia, Perú, Paraguay y Puerto Rico.

Lea también: El Éxito le anticipará la prima navideña a 35.000 empleados en noviembre

“Nosotros exportamos un 20% de la producción, pero nuestro objetivo es llegar al 30%, como cuando teníamos la operación en Venezuela”, dice Gustavo, hoy gerente general de Manitoba, a Forbes. “En este momento se han intensificado las ventas en Suramérica, pues vendemos a todos los países menos en Brasil y Argentina”.

Las más de 150 referencias que hoy tienen en su portafolio, y su reciente línea Consiente, les permite seguir pensando ya no solo local, sino global. El gerente advierte que el objetivo es incursionar en el mercado canadiense y Estados Unidos. De hecho, “acabamos de incursionar en el mercado mexicano”, concluye.

“En México ya estamos con un proyecto muy interesante. Estados Unidos hay problemas con el nivel arancelario, pero, sin duda, en México vemos mucha potencialidad. Esperamos ya estar en los próximos meses”, dice.

Con una producción de 450 toneladas al mes, Gustavo advierte que la pandemia los tomó en un momento muy favorable. “Nosotros afortunadamente estamos en las categorías que no se han visto afectadas en la pandemia. En los últimos años hemos tenido un crecimiento sostenido importante, a pesar de varios clientes que se han visto en una situación difícil”.

Lea también: Mercado Libre también quiere conquistar el cielo y desafía a Amazon

El crecimiento y la llegada a los nuevos mercados internacionales se da dos años después de inaugurar una planta en el municipio de Yumbo, Valle. Tras una inversión de US$10 millones, el nuevo complejo les da una capacidad de producción de 1.200 toneladas mensuales, muy importante para atender la demanda local e internacional.

Precisamente, con su nueva línea Consiente, Manitoba, dice Gustavo, tiene la oportunidad de llegar al mercado europeo. “En esta línea los ingredientes son más de origen y artesanales, eso nos permite llegar a países con un mercado más complejo. Ahora la idea es consolidarnos en Centroamérica y México, y fortalecernos mucho para que esa línea Consiente empiece a traspasar las frontera”.

Por ahora la empresa estima que cerrará este año con un crecimiento de 25% en ventas, un indicador, que, según explica el gerente general, “es muy satisfactorio en un momento en el que el virus sigue golpeando muchos sectores de la economía”.

Siga toda las historias de negocios en Forbes Colombia