Bruno Ocampo y Andrés Blumer, cofundadores de Mi Águila, contaron a Forbes su hazaña de transformación que les permitió no solo sobrevivir al golpe de la pandemia, sino también multiplicar su crecimiento como compañía.

Al día siguiente que en Colombia se decretara cuarentena total en marzo ante la incertidumbre de la propagación del COVID-19, el CEO y COO de Mi Águila, Bruno Ocampo y Andrés Blumer, plataforma de la que son cofundadores, empezaron a recibir llamadas de sus clientes.

En los últimos años habían estado consolidando una plataforma de transporte corporativo, que además de tener una flota propia de conductores a bordo de cómodas camionetas blancas, le permite a las empresas gestionar sus usuarios, limitar presupuestos y monitorear el consumo en tiempo real.

“Uno de los productos estrella son las rutas corporativas para compañías que tienen que mover miles de trabajadores, enrutando los vehículos y haciendo llegar a sus casas en el menor tiempo posible”, dice Blumer a Forbes. “La cuarentena golpeó fuertemente al sector transporte y nosotros no fuimos la excepción”.

En las llamadas, los clientes advertían que por medidas de teletrabajo la mayor parte de los servicios se veían reducidos. Pero junto a su equipo, Ocampo y Blumer pensaron rápido: mientras la demanda en transporte disminuía, reduciendo sus ventas en un 85%, la de los supermercados aumentaba.

A los siete días de haber iniciado la cuarentena, su tecnología y su flota estaba al servicio de tiendas minoristas. “Vimos la oportunidad del transporte de última milla”, comentan. “Hablando con varios supermercados, detectamos que no querían depender de plataformas de domicilios como Cornershop o Rappi porque viene un costo grande de sacrificar la relación con el usuario final, parte del margen y volverse dependiente de un jugador que está por fuera de la cadena”.

De repente, todo el escuadrón de los mejores ingenieros de Mi Águila estaba creando una solución robusta y escalable de comercio electrónico, que se complementaba con su experiencia en transporte, que pudiera encajar en las necesidades de supermercados que no tuvieran presencia en línea.

El primer cliente en creer en la propuesta fue D1 de Grupo Koba, que en abril lanzó su tienda en línea utilizando la plataforma y la flota de Mi Águila.

Los conductores de Mi Aguila se le midieron a entregar domicilios de supermercados. Foto: Mi Águila.

Una de las ventajas que han tenido es que los algoritmos de agrupación inteligente de pasajeros les han funcionado para buscar eficiencias en el ruteo de la distribución de los mercados, que pueden ir en hasta seis pedidos por vehículo.

“Estamos sujetos a cadenas de frío porque estamos hablando en muchos casos con productos refrigerados, contamos con 17 tipos de vehículos que van desde una moto hasta un vehículo que permita agrupar altos volúmenes”, expresa Bruno Ocampo, quien asegura que se están expandiendo rápido con este concepto en México, así como adelantan conversaciones en Perú, Ecuador, Uruguay y Brasil. “Crecimos el negocio, logramos disminuir la quema de capital y evitar el despido de la gente, reinventando el negocio”.

En los mercados donde no tienen flota, la idea es poder ofrecer la plataforma tecnológica. En algunos de los clientes ya representan el 30% de las ventas totales, que se apalancan en la solución tecnológico y en la entrega de los domicilios. A la fecha, Mi Águila, que en febrero solo transportaba pasajeros y no mercados, a nivel global ha entregado más de 15 millones de productos.