Antioquia y Medellín luchan por contener el virus y abrir su economía. La fórmula para salir de la crisis, advierten los empresarios, será movilizar recursos para el desarrollo de las obras civiles, el turismo y la tecnología. Este último sector, clave para convertir la región en un ‘hub’ de software.
- Colombia: la iniciativa en común
- Bogotá: el pulmón económico del país
- Las fortalezas del Occidente del país
- Caribe: una apuesta por la inversión extranjera
Con un aporte de 14,5% a la economía nacional, Antioquia se perfila para ser una región protagonista en la reactivación económica a corto y mediano plazo. Las vocaciones productivas del departamento tienen visto bueno de los inversionistas, quienes pese a la incertidumbre por la propagación de la pandemia ven grandes oportunidades en la industria textil, la construcción, la infraestructura y el desarrollo de software. Este último sector, una pieza clave para labrar el nuevo camino al que le apuesta no solo la región, sino también Medellín.
Pero la tarea para construir la nueva hoja de ruta a la que se enfrenta la ciudad tiene grandes retos para su materialización. El confinamiento de más de cinco meses dejó un sin sabor en el desarrollo empresarial, y un rezago generalizado en las cifras de pobreza, desempleo, consumo e informalidad. Cifras de la Cámara de Comercio de Medellín detallan, por ejemplo, que la dinámica empresarial tuvo una contracción de 29% en los meses de la pandemia, un indicador que muestra el débil panorama que deja el 2020.
Lea también: Medellín, entre los mejores destinos del mundo para viajar en 2021
La misma radiografía se ve al comparar las cifras de inversión neta en sociedades, pues se dio una reducción de 2,8% entre enero y agosto. Se llegaron a los $684.000 millones, una cifra impulsada por los servicios financieros, empresariales e inmobiliarios, así como el desarrollo del sector constructor.
“La pandemia deja un impacto grande en las actividades empresariales. Frena la dinámica que venía en 2019, y ahí vemos que empeora la pobreza multidimensional y la creación de empleo. La discusión es ver cómo planteamos una reconstrucción, pero desde todos los sectores”, le explica a Forbes Cesar Tamayo, decano de economía de la Universidad Eafit de Medellín.
Tamaño advierte que la recuperación no será fácil. Sin embargo, dice, será necesario un pacto colectivo entre industriales, gremios y sector público, con el objetivo de concretar los ejes de transformación que necesita en este momento la ciudad y el departamento. Lina Vélez Nicholls, presidente de la Cámara de Comercio de Medellín, comparte esa misma posición y advierte que “el esfuerzo debe estar basado no solo en la reactivación, sino en ofrecerle a los empresarios los mejores modelos de formalización, de internacionalización y de modernización. En este momento hacemos grandes esfuerzos para consolidar recursos y generar proyectos que mejoren el bienestar de las regiones”.
El desarrollo de los objetivos que plantea Vélez sin duda irá de la mano con dos grandes propuestas de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia. La ciudad presentó su Plan de Desarrollo Municipal 2020-2023, con el que se invertirán $27,7 billones en el mediano plazo. Así mismo, la administración gubernamental definió una propuesta de Alianza por la Reactivación y la Revitalización Integral de Antioquia, que más allá de fortalecer y formalizar 2.000 unidades productivas, les apostará a 150.000 nuevos empleos en el departamento.

“La estructuración de un plan para llegar a más mercados internacionales desde la región será fundamental, sin embargo, eso debe ir acompañado de una estrategia para cerrar la brecha de género y promover el empleo femenino y juvenil”, dice Tamayo, que advierte que son varios los sectores llamados a construir ese tejido empresarial que se perdió por la pandemia.
Las oportunidades
Con el aval fiscal para el Metro de la 80 en plena pandemia, son varias las oportunidades que surgen para los sectores líderes de Antioquia y Medellín. En infraestructura vienen grandes proyectos que movilizarán recursos, generar empleo, y le permitirán al departamento mejorar su conectividad y competitividad. Dos de ellos son el Túnel de Occidente y el del Toyo, que impulsarán inversiones por $1,8 billones para la finalización de sus obras.
Esta dinámica también estará acompañada de la expansión de la construcción en los municipios del Valle de Aburra, así como el impulso de la industria textil en medio de la alta demanda del equipamento médico en Colombia y el mundo. Bien lo dice Azucena Restrepo, presidente de ProAntioquia, quien destaca que la reactivación deberá incluir también a las microempresas. “Debemos tenerlas en cuenta para mover la economía y activar los diferentes sectores. Hay subsidios y debemos orientarlos para que sepan cómo beneficiarse de estos apoyos”.
Lea también: Estudiantes de Medellín ganaron concurso global de energía limpia de Schneider Electric
A diferencia de las demás regiones del país, el ADN de Medellín deberá estar enfocado en la tecnología y la innovación. La capital antioqueña venía proyectándose como un ‘hub’ para el desarrollo del emprendimiento y la tecnología antes del covid, por lo que el reto más grande será recuperar esa senda de crecimiento. Con este nuevo modelo de desarrollo, los empresarios y la Alcaldía de Medellín buscarán transformar el sistema educativo, mejorar en ciencia y tecnología, y posicionar el Centro para la Cuarta Revolución Industrial. El motivo: consolidarlo como un complejo de exportación de talento y software.
A esto se suma el impulso transversal que puede inyectar el sector turismo, pues, según los cálculos de la Alcaldía de Medellín, mientras que al cierre del año esta industria creció en una tasa del 3,5% en el país, en la capital antioqueña fue 19%. Esta cifra muestra las buenas oportunidades ante el aumento que se estima de los viajeros de negocios y los visitantes extranjeros a mediano plazo.
Para concretar todos estos planes sectoriales, dicen los expertos, se deberá resolver uno de los cuellos de botella que tiene en jaque a la ciudad: el desempleo juvenil y la alta brecha de género. Medellín y el Valle de Aburra tienen planes concretos para combatir las deterioradas cifras del mercado laboral, “pero será fundamental construir una agenda que le permita a la ciudad atacar esos puntos débiles que tanto agobian al desarrollo colectivo de ciudad”, concluye Tamayo.