El Eje Cafetero y el Valle del Cauca tienen claro que, aunque la crisis golpeó distinto a cada territorio, la clave está en actuar como región y apalancarse en sus fortalezas competitivas para atraer inversiones y dinamizar sus bases empresariales. Mantener la recuperación, el nuevo foco

La diversidad de la que está compuesta Colombia aplica para los resultados regionales frente a la absorción del choque que enfrenta el país tras una de sus peores crisis recientes con la llegada de la pandemia del coronavirus. Con oportunidades distintas, la región occidental de Colombia entre la que se encuentran los departamentos del Valle del Cauca, Caldas, Risaralda y Quindío, se juega sus cartas de cara a la recuperación.

Para el Valle del Cauca, que como muchos otros territorios vio su caída más fuerte del año en el segundo trimestre cuando las fuertes restricciones para contener el virus estaban recién implementadas, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imae) -que hace la Javeriana de Cali y el Banco de la República- estima que la contracción económica entre abril y junio fue de 12,9% frente al mismo lapso de 2019, cifra inferior a la caída que reportó el Dane para la economía nacional (-15,7%).

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En palabras de Lya Sierra, investigadora del departamento de Economía de la Universidad Javeriana de Cali, “la menor caída en el Valle se da porque es un departamento con una fuerte composición industrial, con énfasis en la producción de alimentos, bienes farmacéuticos y de cuidado personal, los cuales se vieron menos afectados durante la cuarentena estricta”. 

Sierra añadió que “el mayor reto para la economía del Valle del Cauca es mantener un ritmo de recuperación, esta vez con un mayor impulso a la demanda de los hogares por parte del gobierno local. El segundo desafío tiene que ver con la recuperación de empleo perdido durante la pandemia. Aunque la tasa de desempleo muestra signos de recuperación (pasó de 29,8% en mayo a 20,4% en agosto), la mayor parte de ocupados está en el mercado informal, con poca calidad en el empleo”.

Desde la visión de Carlos Andrés Pérez, director de competitividad de la Cámara de Comercio de Cali (CCC), el reto del departamento está en atraer principales cadenas productivas de la región que les permita dinamizar la actividad de la base empresarial de manufacturas y servicios. Además, “la diversidad productiva y la operación del nodo portuario de Buenaventura deben ser aprovechados para impulsar la economía regional”.

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Sobre los sectores llamados a jalonar la actividad económica del Valle del Cauca, Pérez dijo que las apuestas productivas regionales a través de los clusters empresariales serán los principales jalonadores de la economía del departamento. Para el directivo de la CCC, los clusters que continuarán siendo claves son los de macrosnacks, proteína blanca, belleza y cuidado personal, economía digital y excelencia clínica que lograron mantener altos niveles de operación en lo corrido del año, contribuyendo de forma destacada a que los efectos negativos de la pandemia fueran menores.

Para la experta de la Javeriana de Cali, desde abril la economía del Valle se ha recuperado, aunque aún en terreno negativo frente a 2019. Así las cosas, estiman que la economía del departamento se recuperó en mayo 11,1% (con relación a abril), en junio 6,7% (con relación a mayo) y en julio 2,5% (con relación a junio).  “Hasta el mes de julio, el sector de la construcción lideraba esta recuperación”, detalló Sierra.

La cara de la moneda en el Eje Cafetero

De acuerdo con Carlos David Cardona, coordinador del departamento de Administración y Economía de la Universidad Autónoma de Manizales, dado que la dinámica económica del aparato productivo del Eje Cafetero ya mostraba signos de contracción leve en el tránsito de 2019 al 2020, la situación se agudizó con las medidas de aislamiento “debido a la dependencia de la región a la economía de servicios y de manera más puntual al comercio, turismo y servicios a empresas y personales”.

Con base en lo anterior, Cardona agregó que las actividades con mayor nivel de afectación en el Eje Cafetero son las de comercio, de entretenimiento y recreación, alojamiento y servicios de comida. “Los efectos negativos se centran en la disponibilidad de recursos financieros de liquidez en el corto y mediano plazo para enfrentar el impacto de la disminución de la demanda, lo cual genera una reducción de la disponibilidad de caja, limitando la inversión y la continuidad en el crecimiento de las empresas, de las actividades mencionas, para ser más competitivas”.

Bajo este panorama, ¿qué sectores están llamados a apoyar la recuperación?, para Mateo Rivera, profesional de estudios económicos de la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas, los renglones dinamizadores de la economía del departamento en función de la dinámica reciente deben ser la agricultura, industria, el comercio y el sector servicios los cuáles de manera conjunta representan cerca de un 56% del PIB del departamento y antes de la pandemia generaban cerca de 295.000 empleos.

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Desde la visión de Jorge Iván Ramírez, presidente de la Cámara de Comercio de Pereira, por número de empresas, las secciones económicas más representativas en el departamento son el comercio, alojamiento, servicios de comida, industrias manufactureras y otras actividades de servicios, por lo que estrategias que busquen impactar estos sectores tendrán una gran repercusión en el proceso de reactivación. “En el caso del comercio y la industria manufacturera se debe destacar a su vez, que representan cerca del 80% de los ocupados en Pereira y su área metropolitana”, destacó.

Para Rodrigo Estrada, presidente de la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío, el mayor reto del departamento se mantiene en términos de empleabilidad y en el fortalecimiento de sus sectores priorizando el agroindustrial, turismo o y TIC donde “Armenia ha venido ocupando los primeros lugares como la ciudad más fácil para abrir negocios en Colombia y con la menor carga impositiva para las empresas”.

Aunque la evolución de la recuperación de los departamentos mencionados dependerá en gran parte de la evolución de la situación sanitaria, también estará ligada a las acciones coordinadas entre los distintos actores de la actividad productiva junto a las autoridades regionales. Entre los puntos en común, como sucede en todo el país, está ser más atractivos para la inversión nacional y extranjera, disminuir los niveles de informalidad, mejorar el entorno de negocios, entre otros.