Si hay que mirar atrás es para aprender cómo una próxima crisis puede coger fortalecido al país en distintas aristas. Las complejidades de los discursos técnicos y políticos tienen que converger en la recuperación no solo económica, sino de debates que se han aplazado. ¿Qué salidas hay a la crisis?
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Ad portas de decirle adiós al inolvidable 2020, las esperanzas están puestas en un nuevo año que no podría ser nuevo sin tomar las principales lecciones de la actual crisis y traducirlas en unos pasos más allá del discurso, la acción. Pese a que la palabra incertidumbre continuará acompañando las principales discusiones, a esta le puede ir quitando terreno la recuperación que, aunque muchos apuntan a Colombia como un todo, debe ser revisada desde las regiones.
Antes de entrar en materia regional, es importante tener claro el panorama general del país y ver cuáles son los principales desafíos que le deja la pandemia a la economía nacional. Para Martha Elena Delgado, directora de análisis macro y sectorial de Fedesarrollo, un factor clave hacia la recuperación es impulsar la diversificación productiva para evitar que se siga dependiendo en gran medida de las materias primas como la industria extractiva (commodities) “porque ese mercado no se va a recuperar en el corto plazo”.
Para Delgado otro reto que deja la actual crisis es solucionar los problemas del mercado laboral, disminuir la alta informalidad y el desempleo en general. “La destrucción de ocupados fue impresionante, eso habla mucho de nuestro mercado laboral y de su poca capacidad de absorber los choques (…) a nuestra estructura económica todavía le falta mucho crecimiento de sectores alternativos diferentes al petróleo para generar empleo formal”.
Además de la recuperación del empleo, José Ignacio López, jefe de investigaciones económicas de Corficolombiana, resaltó que hay dos retos adicionales importantes: disminuir el nivel de deuda y gasto público, y reducir la pobreza acelerada por el impacto de la crisis.
Sobre el primer punto López reiteró que, según cálculos de Corficolombiana, este año el déficit fiscal sería de 8,9% del PIB, 0,7 puntos porcentuales arriba del 8,2% (un poco más de $80 billones) estimado por el Gobierno, y superior al 6% en 2021 (5,1% previsto por el Ejecutivo), “con lo cual estaríamos en una senda de la deuda que podría superar el 65% del PIB”. Con ello, el desafío es hacer una política de ajuste fiscal que logre aumentar el recaudo o disminuir el gasto “sin descarrilar la senda de recuperación”.

Frente al segundo reto, el experto mencionó que tras el aumento de la pobreza monetaria en 2019 (año precrisis) y teniendo en cuenta que para 2020 se podrían ver retrocesos en esta materia equivalentes a cifras que no se veían dos décadas atrás cuando cerca de la mitad de la población colombiana estaba en esta condición, “se requiere no solo perfeccionar los mecanismos de alivio para las personas, sino generar una economía que crezca a tasas superiores al 3,5% que son las que permiten superar la pobreza”.
En línea con lo que ya se ha mencionado, desde la visión de Mauricio Santamaría, presidente de Anif, hay dos desafíos principales: el mercado laboral y equilibrar las finanzas del país. Respecto al primero mencionó que en el periodo marzo-agosto de 2020 la disminución de empleos tuvo como resultado una pérdida de $24,1 billones (2,3% del PIB) en los ingresos laborales de los hogares, lo que se traduce en un impacto negativo en el bienestar de la población. Ello terminaría en graves consecuencias relacionadas a la pobreza y el deterioro de otros indicadores sociales, complementó el directivo de Anif.

En el segundo punto, indicó que teniendo en cuenta que el país deberá retomar la senda implícita en la regla fiscal (suspendida entre 2020 y 2021 por la magnitud del choque derivado de la pandemia), es importante el otro año empezar las discusiones profundas sobre una reforma al estatuto tributario. “En Anif consideramos que se deberá revisar la forma en la que se hace el recaudo y fomentar una mayor tributación de las personas naturales, además un análisis detenido sobre las disposiciones en materia de gasto público”, comentó Santamaría.
Antes de entrar en otros detalles, vale recordar que el Gobierno instaló la Misión de Empleo y la Comisión de Estudio de Beneficios Tributarios con el fin de que expertos nacionales e internacionales den propuestas de cara a los ajustes laborales y fiscales que requiere implementar el país. Se espera que el próximo año estas recomendaciones ya estén listas y se tomen cartas en el asunto en un complejo año preelectoral.
Soluciones de cara a la recuperación regional
Viendo al país desde sus regiones, Delgado, la directiva de Fedesarrollo, es clara. “De corto plazo hay que evitar confinamientos estrictos de no ser necesarios y mantener la caída de los ingresos de los hogares con subsidios para activar la demanda y mantener un mayor crecimiento o uno menos negativo en los próximos meses”.
Sobre este punto, Santamaría, de Anif dijo que en la medida en que haya diferencias en la implementación de cuarentenas y procesos de aislamiento obligatorio en los grandes centros urbanos, la reactivación tendrá efectos diferenciales en las regiones. “Con análisis econométricos comparativos hemos encontrado que no existe una relación clara desde el punto de vista estadístico entre la tasa de mortalidad y la severidad de las cuarentenas”, añadió.
Por su parte, en el mediano plazo el país debe tener en su agenda las reformas en materia laboral, de apertura de mercados, garantizar mayor competencia y por supuesto, ajustes tributarios que permitan pagar la deuda en la que se incurrió para enfrentar la pandemia y la que se traía desde antes, resaltó Delgado de Fedesarrollo. “De la peor crisis económica reciente, nuestro país no puede salir sin hacer nada y tratar de llegar a niveles anteriores sin hacer nada”, agregó.

Para el directivo de Anif las soluciones van en línea con tres puntos: continuar con la apertura de sectores económicos; mantener el impulso de la construcción que puede jalonar a la economía debido a su encadenamiento con otras actividades productivas, lo cual lo convierte en un motor importante de generación de empleo; y acelerar la ejecución de proyectos de infraestructura de mayor calado como la finalización de las autopistas 4G y el comienzo de las 5G, además de la modernización y ampliación de aeropuertos y puertos.
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Entre los sectores clave para jalonar la recuperación, López, de Corficolombiana aseguró que el primero es el agrícola, “es muy importante hacer apuesta fuerte por el agro, que logre tener empleos formales con más tecnificación y que pueda exportar”. Además de la infraestructura, que permite avanzar hacia el cierre de la brecha que tiene el país para ser más competitivo y que la logística del país sea una fortaleza y no una debilidad, el experto agregó que el renglón tecnológico será clave en esta etapa.
En línea con lo anterior, López resaltó que el país tiene “algunos unicornios como Rappi, pero necesitamos crear un ecosistema o ambiente de servicios que no solo sirva para aumentar la competitividad de Colombia, sino que incluso se pueda exportar y genere modelos de cambio tecnológico para la región”.
Una vez llegado a este punto, otra de las preguntas clave a revisar es qué tan dispareja puede ser la recuperación por regiones en el país y cuánto podría tomar esta en general. En palabras de la directiva de Fedesarrollo, eso dependerá mucho de la coordinación de la agenda del sector público y privado.
De hecho, Delgado mencionó que aquellos territorios -que están en la región Andina, Orinoquía y Caribe- que tienen vocación minero-energética y exportadora de commodities van a tener una tarea más difícil en la recuperación porque el petróleo no va a ser tan atractivo en los próximos años por una demanda más débil y una amplia oferta en el mercado, “también porque los recursos de regalías y los que deja la actividad económica ligada al petróleo son bastantes” y se verían reducidos. Las regiones dedicadas al turismo, entre las que está el Caribe, verían una recuperación más lenta, principalmente los que atraen turistas internacionales, agregó.
Tiempos para recuperar niveles prepandemia
En este aspecto, como en muchos otros hasta ahora planteados, las respuestas pueden variar dependiendo de las firmas que lo analizan. En el caso de Corficolombiana, López mencionó que la senda de crecimiento que tienen prevista para este año es de -6,2%, esperando un repunte de 4,2% en 2021. “Debemos buscar políticas para que sea mayor ese rebote. En términos de PIB, solo lo recuperaríamos hacia 2022 y depende de muchas cosas entre las que está el comportamiento del virus. Es muy importante evitar un escenario donde tenemos una segunda ola vertiginosa como está ocurriendo en países como Israel o regiones como Madrid”, agregó.
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Por su parte, la directiva de Fedesarrollo mencionó que están estimando que “para volver a niveles anteriores que teníamos de PIB pasará por lo menos 2 años, más sesgado a 3 años. Con la destrucción de ingresos estamos llegando a niveles del PIB que teníamos en 2015 y 2016 más o menos y recuperarnos nos va a costar 3 años aproximadamente, eso nos pone retos para poder alcanzar el PIB y los ingresos per cápita que teníamos”.
Por último, los expertos coinciden en que será clave que las autoridades nacionales trabajen de la mano de los entes territoriales para que las soluciones a la recuperación sean más integrales. De esta manera, aunque el punto en común es Colombia, los ejes centrales a las respuestas deben incluir a los territorios.