Tras la actualización de las previsiones del organismo internacional, el PIB colombiano ya no caería entre -6,1 y -7,9% este año, sino que lo haría al -8,3%. Para 2021 el rebote sería de 3,5%. El Gobierno espera una contracción de -6,8% este año y un repunte de 5% en 2021.

De acuerdo con las nuevas perspectivas económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) -mejor conocido como el club de buenas prácticas-, el PIB colombiano caería al 8,3% este año, dato peor que el estimado en junio (rango entre el -6,1 y -7,9%).

Con estos datos, el organismo sigue siendo más pesimista que el Gobierno que espera una caída de -6,8% este año y un rebote de 5% en 2021. Cabe mencionar que las estimaciones del Minhacienda fueron recientemente ajustadas, puesto que en junio esperaban una contracción de la economía al -5,5% en 2020 y un crecimiento de 6,6% el año que viene.

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El club de buenas prácticas, del que Colombia oficializó su ingreso este año, resaltó que “las políticas macroeconómicas han dado respuesta a la crisis de manera contundente y oportuna. Una suspensión temporal de la regla fiscal ha propiciado un incremento del gasto en salud, ayudas económicas a hogares, subvenciones salariales y una expansión de las líneas de crédito”.

Para el grupo, aunque la deuda aumentará de manera considerable, esta se mantendrá en niveles manejables de acuerdo con lo planes de las autoridades del país entre los que se incluyen un aumento en los ingresos y un recorte a los gastos desde 2022.

Pese a que el desempleo está comenzando a mostrar moderados descensos (14,7% anual en septiembre), la Ocde resalta que para fomentar el empleo formal en el país, será clave reducir los impuestos sobre las remuneraciones (nóminas). Sobre estos últimos puntos en mención, se espera que el Gobierno tramite una reforma tributaria y laboral próximamente, para lo cual hay un grupo de expertos trabajando en recomendaciones.

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Según la Ocde, la relajación de las medidas de contención ha propiciado una recuperación gradual. Luego de que en el segundo trimestre de 2020 el confinamiento y el descenso de los precios del crudo impactaran negativamente a la actividad económica, desde finales de mayo, la relajación limitada del confinamiento ha propiciado el repunte de algunos sectores. Sin embargo, el ocio, las actividades recreativas, el comercio al por menor, el transporte y el sector hotelero, continúan rezagados.

Después del 2020

Para el club de buenas prácticas, a través del programa de inversión del Gobierno -Compromiso por Colombia- que incluye infraestructuras y viviendas financiadas con recursos públicos, se espera que la recuperación avance en 2021, año en el que la Ocde estima que el rebote de la economía llegue a 3,5% tras la caída del -8,3% en 2020.

“En 2021 y 2022, la debilidad del entorno externo no será de gran ayuda. Si las tasas de contagio vuelven a aumentar o si la vacuna tarda en estar disponible, podrían ser necesarias restricciones más estrictas y producirse un nuevo descenso de la actividad (…) Por lo que se refiere a la coyuntura externa, Colombia sigue siendo vulnerable a una evolución negativa de los precios de las materias primas, ya reducidos, en especial del petróleo”, detalla la Ocde en su reciente informe.

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Como ya lo han advertido otros expertos, para la Organización, de no implementarse las medidas planificadas en cuanto a la recaudación y aumentar la eficiencia del gasto público, incluso mediante una mejor orientación de las ayudas públicas y la eliminación de numerosas exenciones fiscales, “el futuro cumplimiento de la regla fiscal podría peligrar y también la sostenibilidad de la deuda”. Esto a su vez, podría llevar a la pérdida del grado de inversión del país.

Para la Ocde, en 2021, las políticas fiscales y monetarias deberían seguir brindando apoyo a la economía de manera general. Así mismo, enfatizó en que “se necesitan mejores incentivos para promover la creación de puestos de trabajo formales, entre otras medidas a través de la reducción de los impuestos sobre las remuneraciones y la rebaja de los costos de registro de las empresas”.

A lo anterior, agregó que con dichas medidas, además de la eliminación de barreras al comercio y el refuerzo de la competitividad, “la economía sería más resiliente y se impulsaría la productividad y la equidad, en especial si se combinan con programas de formación profesional bien diseñados”.