En octubre el desempleo femenino llegó a 20,1%, mientras que en los hombres fue de 10,7%, una diferencia de 9,4 puntos porcentuales (pps). Esta cifra es el segundo pico más alto de 2020 y duplica lo registrado en el décimo mes de 2019 (4,65 pps). Expertos dan sus opciones de salida al problema, profundizado por la crisis.

Resultados agridulces, así se podrían describir los datos del mercado laboral que se han registrado en medio de la crisis derivada por el coronavirus este año en Colombia: el desempleo ha ido descendiendo en el país en los últimos meses, pero la brecha entre géneros ha aumentado.

Tras el pico del 21,4% de mayo, el desempleo ha bajado a 14,7% en octubre en el total nacional. En ese mismo periodo, la brecha de género ha pasado de ser 6,8 puntos porcentuales (pps) a 9,4 pps en el décimo mes del año. Este último dato se traduce en un desempleo femenino de 20,1% y uno de 10,7% masculino en octubre, según cifras del Dane.

Previo a entrar en otros detalles, hay que tener presente que esa brecha -la de 9,4 pps- es la segunda cifra más alta tocada en 2020, la primera se registró en agosto (10 pps). Además, si se comparara con la de octubre de 2019 (4,65 pps), el dato actual se ha duplicado.

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Estas cifras sirven de contexto para hacer un alto y preguntarle a expertos sobre las propuestas para ayudar a bajar la brecha entre géneros en el desempleo colombiano.

Son varios puntos los que mencionan, entre ellos coinciden en la mayoría, y algunos destacan ampliar la licencia de paternidad para que las mujeres no sean rezagadas en contrataciones laborales formales por los costos que le implica a la empresa darles el tiempo para estar con sus hijos. Actualmente la licencia de las mujeres es de 18 semanas (4,5 meses), la de los hombres, 8 días hábiles.

¿Por qué hablar de la licencia de paternidad?

Para Martha Elena Delgado, directora de análisis macro y sectorial de Fedesarrollo, mirar el tema de las licencias de maternidad es clave, porque termina haciendo que los empresarios prefieran no contratarlas porque saben que eventualmente van a tener que asumir el tiempo de maternidad y prefieren contratar hombres porque su licencia es corta. “Igualar esos dos tiempos es fundamental para además tener paternidades y maternidades responsables porque la carga no puede caer completamente sobre la mujer”.

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Desde la perspectiva de Oscar Becerra, docente de la Universidad de los Andes experto en economía laboral, la extensión de la licencia de paternidad para hombres es fundamental y tiene dos efectos: “uno social, al reconocer que los hombres también tienen responsabilidades en el cuidado de los niños; y otro económico, al reducir las diferencias en los costos de contratar hombres o contratar mujeres”.

Además de lo expuesto, Becerra dijo también al referirse a la desproporcionada carga del cuidado que recae sobre las mujeres que, “aunque varios de estos elementos son un resultado de nuestra sociedad y requieren cambios más profundos en nuestra forma de pensar, otros requieren cambios de política”.

Delgado complementó la idea diciendo que lo de las licencias debe ir acompañado por una reforma social “que desde la misma política pública, del Estado, se empiecen a impulsar cambios de paradigmas acerca de las labores que tradicionalmente se le han asignado a las mujeres. Ya es hora de que eso empiece a cambiar y también hay que verlo de una manera integral no solo en lo urbano, en lo rural también, allí es aún más complejo el tema de las mujeres y la economía del cuidado”.

Otras propuestas

Maribel Castillo, directora del programa de economía de la Universidad Javeriana de Cali, expone que las brechas de género se reducen teniendo en cuenta no solo el mercado laboral, también hay que considerar la economía del cuidado y sobre todo la parte no remunerada. “Muchas mujeres al no poder enviar los niños a los colegios debieron aumentar las horas de cuidado en los hogares afectando su participación en el mercado laboral”.

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Lo dicho por Castillo va en línea con lo que piensa la directiva de Fedesarrollo. Para ella la primera estrategia tiene que ser la apertura de jardines y colegios porque, en otras palabras, la carga del cuidado del hogar continúa siendo muy desigual entre hombres y mujeres, recayendo en gran medida en estas últimas -impulsado también por las creencias culturales que indican que son ellas quienes deben hacer las tareas de cuidado, afectando su trabajo remunerado-.

Delgado añadió que lo que han visto al revisar la Gran Encuesta Integrada de Hogares (Geih), que hace el Dane, es que mientras los niños pudieron continuar en el colegio a través de internet, las que asumieron esta carga fueron casi que totalmente las mujeres, incrementando el tiempo que tienen que pasar en la casa y la inactividad (que no están trabajando -formalmente y remunerado- ni buscando empleo).

Desde la visión de Mauricio Olivera, exviceministro de Trabajo y director de Econometría, en la brecha de género del desempleo se observan dos cosas: lo coyuntural y lo estructural. Para él, aunque las políticas de empleo tienen que ser para todos los colombianos, deben existir unas de emergencia que incluyan a grupos poblacionales específicos como mujeres y jóvenes. Además, en sus palabras, es clave la formación para el trabajo con base en lo que está requiriendo el mercado, en parte también para enfrentar la baja productividad a la que se enfrenta Colombia y la región.

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Sobre este último punto, Castillo, de la Javeriana de Cali, resaltó que si se quiere reducir significativamente la brecha de género en el desempleo, en el mediano plazo la formación para el trabajo es fundamental y en el largo plazo es clave empezar a impulsar a las niñas a que también estudien carreras Stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), -unas de las áreas que están siendo más demandadas actualmente-.

En palabras de Becerra, de la Universidad de los Andes, para reducir la brecha de empleo causada por la crisis del coronavirus se necesita una política integral, que combine dos aspectos: “(1) un apoyo fuerte a la recuperación de algunos sectores que fueron afectados fuertemente por la pandemia y donde predomina el empleo femenino (por ejemplo, el sector servicios) y (2) una política clara y efectiva para que los niños retornen a las escuelas y a los centros de cuidado”.

Para la directiva de Fedesarrollo aseguró que el tema del cuidado de niños y ancianos no es solo competencia de las mujeres, “es un tema de la sociedad, razón por la que tiene que ser parte de la política pública donde se cree un esquema público de cuidados para que tanto hombres como mujeres puedan seguir su vida laboral”.

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Por último, Mauricio Olivera comentó que en el código sustantivo del trabajo también se podría pensar en medidas como feminizar las leyes laborales, “es decir, poder dar horarios flexibles para las mujeres que en general también están al cuidado de los hijos, sin dejar de lado que los hombres también deben estar al cuidado de los hijos”.

¿Cuánto le tomará al país reducir esa amplia brecha? Sobre este punto los expertos prefirieron no comprometerse con fechas, pues el problema además de coyuntural es estructural, pero enfatizaron en que mientras más rápido se tomen las acciones, más rápido se dará la reducción de esa diferencia entre géneros en el desempleo colombiano.