El covid reveló que las compañías ya no pueden enfocarse sólo en resultados financieros, pensando exclusivamente en sus accionistas (shareholderism), sino que requieren tener una visión más amplia e involucrar a los diferentes grupos de interés.

Por: Ángela Hurtado, presidenta de J.P Morgan Colombia y de la Asociación Women in Connection. 

El covid ha acelerado y visibilizado tendencias que estamos obligados a aprovechar. Desde hace varios años, cuando se hablaba de principios ASG (Ambiental, Social y Gobernanza) se venían quedando en mucho discurso, expresiones idealistas y cambios lentos, pero ahora su relevancia es una tendencia clara. La lentitud de este proceso puede estar explicada en parte en dos áreas. La primera tiene que ver con cómo compatibilizar los temas de ASG con el deber fiduciario de los administradores de fondos de inversión y, la segunda, la rentabilidad/diversificación que ofrecen estas inversiones frente a las tradicionales.

Hace unos días tuve la oportunidad de comentar un reporte preparado por una de las economistas más prestigiosas de J.P.Morgan, Joyce Chang, y su equipo. Para mí fue un informe que en medio de esta discusión, genera un aliento de positivismo en la tendencia de inversiones responsables. Los mensajes principales que rescato son: primero, el mundo corporativo se está moviendo a una visión alineada con los principios de ASG, segundo, debemos ir más allá de la materialidad financiera y buscar la materialidad de sostenibilidad y tercero, con estas dos bases, los inversionistas institucionales necesitan una regulación que amplíe su deber fiduciario a materialidad sostenible.

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El covid reveló que las compañías ya no pueden enfocarse sólo en resultados financieros, pensando exclusivamente en sus accionistas (shareholderism), sino que requieren tener una visión más amplia e involucrar a los diferentes grupos de interés donde sus empleados, clientes, proveedores, comunidades y ambiente sean tenidos en cuenta en sus decisiones estratégicas (stakeholderism). Las empresas que no hagan esta transformación probablemente van a ser insostenibles en el largo plazo porque las nuevas generaciones van a ser cada vez más exigentes como consumidores, empleados y clientes. Adicionalmente, la ayuda económica que implementan hoy los gobiernos a nivel global para apoyar al sector empresarial, generará una presión adicional para que, vía regulación, los cambios en la dimensión ASG se den a una mayor velocidad.

¿Cómo hacer para que esta transformación no sea tan solo una reacción a la pandemia y se mantenga a largo plazo? Existe ya en algunos países desarrollados el concepto de la doble materialidad. Si la regulación incentiva que las compañías midan su desempeño en una combinación de materialidad financiera y sostenible y de esta forma puedan definir la brecha entre las dos, tendremos un plan estratégico claro de movernos hacia un modelo de desarrollo más consciente, incluyente y sostenible. Esto es muy relevante porque es lo que permite integrar los principios ASG en los procesos de inversión.

El tercer nivel tiene que ver con cómo alinear estos cambios del mundo corporativo con el mundo de inversionistas institucionales (fondos de pensiones, aseguradoras, fiduciarias). Es vital asistir este proceso con la ampliación del deber fiduciario de los administradores de portafolio. Esto permitirá más pronto que tarde que los grandes recursos del mundo se muevan de forma que generen más impacto. Además, este año fue una muestra de que las inversiones que cumplen con criterios ASG tuvieron un desempeño mejor durante la crisis.

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Colombia debe actuar ya. No nos comparemos con los vecinos en Latam sino con los que están liderando las tendencias globales y acompañemos con compromiso a los actores del mercado. Tenemos dos oportunidades puntuales. Primero destaco que muchos de los fondos de pensiones han firmado los Principios de Inversión Responsable (PRI) lo cual es un avance fundamental. Ahora debemos movernos a que los clientes corporativos y todos los inversionistas institucionales vean incentivos en tomar decisiones estratégicas más alineadas con ASG. Adicionalmente, estamos cerca de expedir la Ley del Mercado de Capitales lo cual sería una excelente oportunidad para que incluyamos estos principios e impulsemos un crecimiento económico que busque la reducción de brechas y mejores condiciones sociales de los colombianos. Los cambios no son fáciles, ni rápidos, pero tenemos la oportunidad de hacerlos a un ritmo más acelerado. Quedémonos con lo bueno que nos deja el Covid.

*Presidenta de JPMorgan para Colombia*, Ha impulsado la equidad de género en los ámbitos laborales y directivos. Es una de las fundadoras y hoy Presidente de la Asociación Women in Connection.  Women in Connection es un grupo de mujeres líderes que trabajan por la equidad de género, el empoderamiento de la mujer y el bienestar económico y social del país. *Las opiniones expresadas son personales y no comprometen a JPMorgan